espectaculos

Lunes, 13 de agosto de 2007

LO “NUEVO” DE JOHN STEINBECK

El vía crucis y el sueño americano

La edición de Los vagabundos de la cosecha recupera los reportajes del escritor que inspiraron Viñas de ira.

 Por Carlos Geli *
desde Barcelona

Huían de un polvo negruzco que lo cubría todo; una vez, en 1934, en apenas dos días, tocaron a dos kilos de arena por persona. Las tormentas fueron constantes entre 1931 y 1939. Tras la arena llegó una dura sequía, y tornados, y ventisca que, unidos a una sobreexplotación endémica, dejaron las tierras del medio oeste de Estados Unidos (Oklahoma, Kansas, Texas...) hechas un erial, un auténtico Dust Bowl (cuenco de polvo) como lo bautizó la prensa.

A lo que parecía una versión americana de la plaga bíblica le siguió, claro, el éxodo: entre 1935 y 1938, unos 400 mil campesinos, que se vieron obligados a malvender sus tierras a los bancos para afrontar sus créditos, empaquetaron lo poco que les quedó en sus desmembrados Ford y se fueron con sus familias a la supuesta tierra prometida de California para emplearse como jornaleros. En realidad, fue un vía crucis de miseria y muerte que el notable escritor John Steinbeck recogió en una brillante serie de artículos, semilla de su novela Viñas de ira, y que pueden leerse por vez primera en castellano en Los vagabundos de la cosecha (Libros del Asteroide).

El libro no figura entre los bestsellers del verano, pero de su calidad da cuenta la historia. La Universidad de Nueva York lo ha incluido en el puesto 31 entre los 100 mejores reportajes realizados en Estados Unidos en el último siglo y sus lectores encuentran en sus páginas ecos vivos que hablan también del hoy.

Que Steinbeck fuera sensible a realizar entre el 5 y el 12 de octubre de 1936 una serie de artículos para The San Francisco News era casi inevitable por razones biográficas. El escenario agrícola de su Salinas natal siempre alimentó su obra; después estaba la precaria economía familiar de un padre administrativo y una madre maestra. Finalmente, las amistades: frecuentaba un círculo de escritores y periodistas más o menos radicales (el más conocido, Lincoln Ste-ffens), próximos al partido comunista; su mujer, Carol Henning (a quien dedicó Viñas de ira), era marxista y su introductor en todo este mundo fue George West, redactor jefe de The San Francisco News y quien encargaría a Steinbeck el reportaje.

El escritor se lo puso fácil: en plena década roja impulsada por las consecuencias de la Gran Depresión, Steinbeck estaba maduro en lo literario y en lo social. En Los vagabundos de la cosecha no hay concesión a la metáfora. Se trataba de reflejar una realidad social y económica y Steinbeck lo hizo con una narración muy simple, directa y eficaz. Entregas estructuradas cartesianamente (antecedentes, situación, políticas de futuro...) y con el dato preciso y el adjetivo milimétrico: así, sabemos que era gente que ganaba 1000 dólares al mes y que ahora se mueve entre 150 y 400, y que, en un 85 por ciento, era propietaria de granjas. Steinbeck capta como nadie el sentimiento de esa gente, que en su mayoría acampa cerca de las cunetas de la carretera, en barracas de cartón o latón, en condiciones insalubres que facilitan la muerte de los más pequeños. El periodista detecta y escribe en estas páginas “una expresión que se aprecia en todos los rostros. No se trata de preocupación: es el terror absoluto al hambre”.

La crítica siempre atacó a Steinbeck por su inclinación al sentimentalismo. El Nobel de 1962 le llegó, contrariamente, “por su sensibilidad social y constante simpatía hacia los oprimidos y desheredados de la sociedad”, una manera de entender el mundo que aún reporta hoy la venta de dos millones de libros suyos al año. Especialmente, claro, de Viñas de ira, que inmortalizara ese Dust Bowl, expresión que hace poco recuperaba la prensa francesa al referirse a la extrema sequía que sufre Estados Unidos desde 2002. Se recuerda la ficción, pero antes fue la realidad.

* De El País de España. Especial para Página/12.

Compartir: 

Twitter

John Steinbeck junto a su familia, un entorno que alimentó su obra.
 
CULTURA Y ESPECTáCULOS
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.