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Lunes, 15 de junio de 2015

SERIES › SALEM, UN TEMA SIEMPRE ATRAYENTE, AHORA POR FOX1

La caza de brujas, otra vez

Este reciente estreno ofrece una nueva mirada sobre uno de los períodos más oscuros y fundantes de la historia estadounidense. “Sigue siendo un tema fascinante, parece de fantasía pero no lo es en absoluto”, asegura Shane West, uno de sus protagonistas.

 Por Federico Lisica

Todos los caminos conducirán a Roma, pero las brujas van a Salem: el pueblo que marcó su identidad por lo que sucedió a finales del siglo XVII. Desde Arthur Miller, pasando por Ripley y hasta la sitcom Hechizada se sintieron atraídos por ese período alucinatorio y persecuta. Sea para denunciar el macartismo, para narrar sus facetas inverosímiles en Aunque Usted No Lo Crea, o simplemente para situar algunos episodios de la rubia que movía la nariz, cada quien supo exprimir el tópico. La recién estrenada Salem (va los viernes a las 23 por FOX1) lo hace en una amplia escala de grises. Se mezclan hechos y personajes verídicos dentro del género thriller, con una lograda –aunque algo previsible– estética gótica.

En el comienzo está la historia de amor inconclusa entre John (Shane West) y Mary (Janet Montgomery). El puritanismo dominante no permitirá ni una mirada furtiva entre los amantes secretos. Cuando el protagonista vuelva de las batallas, encontrará a Sibley casada con un anciano, miembro de la elite local. Entre los colonos se respira un aire de severidad insoportable y el responsable es el párroco Cotton Mather (Seth Gabel) dispuesto a sacudir con su Biblia. John desconoce, por otra parte, la relación de Mary con los poderes ocultos. Aunque presente azotes públicos, algunas escenas de sexo, abortos clandestinos y hasta vómitos de sapos, por momentos la misma serie misma se vuelve ascética.

Salem está a unos kilómetros de distancia de Sleepy Hollow, otra entrega que jugó con aspectos fundacionales de la historia de ese país, pero jugándose por el absurdo y la ciencia ficción. Esta ficción creada por Brannon Braga (guionista y productor de 24), sorprende cuando se desentiende de su portarretrato de época y se asoma a los aquelarres o a las posesiones siempre rendidoras del El Exorcista (William Friedkin, 1973) a esta parte. “Lo que nos distingue es que todo está enraizado a la Historia, son incidentes reales, especialmente lo relativo a la primera temporada, pero hay un giro importante sobre esos hechos. También es sobre gente que está en el poder y, consecuentemente, abusa del mismo”, aseguró Shane West en una teleconferencia de la que participó Páginað12.

–Su personaje es uno de los que efectivamente existió. ¿Cuánta libertad o rigor hay en él?

–Bueno, nos hemos tomado algunas libertades. La precisión histórica está dada porque fueron parte de esos eventos. John Alden era bastante reconocido en ese lugar. Fue llevado a juicio, acusado de brujería, y luego liberado. Todo eso es cierto y lo tratamos en la primera temporada. Hay pequeñas cosas que no son reales o de las cuales no hemos hablado demasiado. John Alden estaba casado con otra mujer, hasta donde se sabe no estaba enamorado de Mary Sibley. Tenía nueve hermanos y tuvo diez hijos. Pero ese fue el trasfondo de su historia.

–¿El personaje está motivado por la ira o por amor?

–Creo que lo moviliza el amor. En la segunda temporada, las cosas cambian un poquito. Está motivado por algo más. Pero por ahora es un hombre enamorado. Es compasivo con la mujer que adoró desde que era un pequeño, y del pueblo en el que fue criado, y que su padre ayudó a construir. Es alguien orgulloso de donde viene y de quién es.

–El programa se codea con lo fantástico y el horror, ¿qué fue lo más espeluznante que hizo hasta ahora?

–No quiero arruinar demasiado, pero intentamos que haya, al menos, dos escenas de puro miedo por episodio. Así que siendo trece episodios, hay bastante material. Hay una escena en la que los muertos vuelven a tener vida y mi personaje pelea con Cotton Mather. Es muy divertida de ver, pero bastante aterrador de hacer. Fue como un extracto de Evil Dead.

–En la actualidad las grandes ficciones generan su propia mitología. ¿Cree que Salem posee esa mitología?

–Sí, lo creo. Es una mezcla de lo que aconteció con la mitología que fuimos creando. Instantáneamente lo palpás en la primera temporada, en la segunda corrimos los límites, generando un potencial para lo que sigue. Hemos creados nuestra propia Biblia, nuestro propio libro de instrucciones de lo que podemos o no podemos hacer.

–¿Por qué cree que la gente sigue fascinada por los juicios de Salem?

–Es un período fascinante de la historia estadounidense, en los que además de la guerra civil, se peleó dentro del territorio. Está el aspecto de lo sobrenatural y de toda la confusión con las personas culpándose entre ellas. Por algún motivo alguien te caía mal y lo condenabas por brujería. Por Dios, fue increíble y espantoso. No podés imaginar a las personas actuando así en la actualidad. Aunque, por otro lado, estamos condenados a repetir los mismos errores. Siempre va a haber formas de pánico sean políticas, económicas, lógicas o no. Para nuestros estándares, pensarías que todo aquello fue fantasía, pero no lo fue.

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La serie aborda la persecución religiosa, lo alucinatorio y el abuso de poder en clave de thriller.
 
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