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Miércoles, 17 de diciembre de 2008

MUSICA › LEON GIECO Y UNA VISITA SOLIDARIA AL GARRAHAN

Música para los que sufren

Con el objetivo de ayudar a conseguir sesenta donantes de sangre diarios que respondan a las necesidades de los pacientes, el cantante regaló ayer un espectáculo para los chicos sin recursos que viven en un hogar de la institución.

El Hospital Garrahan de la Capital anda necesitando sesenta donantes de sangre diarios para responder a las necesidades de los pacientes, y León Gieco fue a dar una mano. El cantautor regaló ayer un espectáculo para los pibes sin recursos que viven en un hogarcito que depende de ese nosocomio. De paso, comunicó a la prensa lo que le hace falta a la institución. “El es como esos grandes afectos con los que se puede contar siempre”, coincidieron los médicos, al tiempo que los chicos se fascinaban con la habilidad de combinar la guitarra con la armónica y con esa capacidad que tiene el cantautor a la hora de llevar buena onda sin flaquear ni una vez. El encuentro fue en la Casa Garrahan, que queda al lado del hospital y sirve para que los niños pobres de las provincias no tengan que andar viajando mientras se atienden en Buenos Aires. Cuando el músico saludó ya se había acomodado la platea, ocupada por una multitud de bajitos que acumulaban silencio y expectación. Dos por tres pasaba una madre con un bebé en brazos, y los “¡Bravo León!” se intercalaban con los “¡Permiso doctor!”. Acompañado durante todo el show por un trío de guitarristas, el santafesino interpretó “Cuando llegue el alba”, composición que habla de una promesa de vivir. Y era tan conmovedor ver el efecto en los que escuchaban como admirable comprobar que Gieco es capaz de sentarse ante un auditorio que necesita un empujón y pagar el costo emocional sin que se le note, para terminar haciendo de la sala una compacta usina de optimismo.

Así pasaron también “La memoria” y sendos homenajes a Víctor Jara y Violeta Parra. De la última eligió “Casamiento de negros”, una especie de humorada musical que salió con el oficio que el hombre de Cañada Rosquín ha ido ganando tras casi medio siglo en los escenarios. Vino después una perlita cada vez más popular, que lleva melodías de Gieco y letra de Atahualpa Yupanqui. Se titula “La guitarra” y fue uno de los hits de la tarde. A esa altura el paisaje mezclaba juguetes con instrumentos. Los nenes se portaban insólitamente bien y los padres eran los que parecían más agradecidos: cerca de la puerta una mamá explicaba –con el lenguaje directo que da la estadía prolongada en un centro de salud– que a su hijo le encantaba León, pero que no lo podía acercar más “porque le daban convulsiones”.

Según relató a este diario Beatriz Resnik, responsable de Relaciones Institucionales de la Fundación Garrahan, el vínculo con Gieco empezó a ganar fuerza con aquella publicidad de Telefónica en la que sonaba “El país de la libertad”. “El donó íntegramente el dinero que le pagaron por aquel spot, y con eso compramos un equipo de neurocirugía”, recordó la mujer. Desde 2002, León es padrino institucional de Casa Garrahan y se da una vuelta siempre que lo llaman. “¡Y si no lo llamamos viene igual!”, añadió la funcionaria. Tras “Sólo le pido a Dios”, el público quiso una canción en guaraní. Había familias del noroeste argentino y del Paraguay, por lo que pasadas las primeras notas de “Kilómetro 11”, una de las mamás de allá se dio vuelta para mirar a los suyos. Tenía los ojos como platos, tanta era la sorpresa de oír su lengua en esa situación y a semejante distancia. En sintonía, la remera de León mostraba la frase “Einstein era un refugiado. Ningún refugiado viene con las manos vacías”. La sensación general era la de estar en un living entre amigos.

Rodeado de fans en miniatura que reclamaron autógrafos por largo rato, el artista se las arregló para dejar un par de pensamientos a propósito de la realidad que percibe en las instituciones que visita periódicamente. “El sistema de salud argentino tiene que empezar por la educación. Habría que aprender a comer bien desde la primaria, por ejemplo. Y debería haber en primer grado una materia que se llamara ‘solidaridad’. Ahí se destacaría lo significativo que es ayudarnos, se enseñaría a defender los derechos humanos y se darían pistas para cuidar la tierra. Educación y salud son parte de lo mismo”, propuso. Quienes quieran donar sangre deben concurrir de lunes a sábado, de 7 a 12, al Servicio de Hemoterapia del Garrahan (Pichincha 1850). Hay que ir con documento de identidad y habiendo desayunado. Más información en www.garrahan.gov.ar o llamando al 4308-4300.

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León Gieco conmovió a los médicos, los directivos y los pacientes del Garrahan.
Imagen: Leandro Teysseire
 
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