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Miércoles, 17 de diciembre de 2008

CINE › PREMIOS SUR DE LA ACADEMIA DE ARTES CINEMATOGRAFICAS DE LA ARGENTINA

Favio y Martel, a la cabeza

Con La mujer sin cabeza, Lucrecia Martel se llevó los galardones al mejor film, dirección y guión, mientras que Aniceto (con Leonardo Favio autoproscripto) sumó ocho distinciones, entre ellas al mejor actor revelación para Hernán Piquín.

En una ceremonia celebrada en la lujosa Maison del Hotel Four Seasons, el lunes por la noche se entregaron los Premios Sur a la producción nacional que brinda la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de la Argentina, compuesta por 257 miembros de la industria local. Uno de los máximos exponentes del Nuevo Cine Argentino, Lucrecia Martel, obtuvo tres de los galardones principales por su tercer largometraje La mujer sin cabeza: mejor película de ficción, mejor dirección y mejor guión original. Estrenada en mayo pasado en la competencia oficial del Festival de Cannes, La mujer sin cabeza es un virtuoso puzzle cinematográfico protagonizado por María One-tto, como una mujer de la clase media-alta salteña que entra en una suerte de extrañamiento de su personalidad, a partir de un accidente en la ruta en el que cree haber matado a alguien. Es el tercer largometraje de Martel –después de La ciénaga y de La niña santa– y ha sido incluido entre las mejores películas del año por asociaciones de críticos de diversos países.

El otro gran ganador de la noche –que no estuvo presente al igual que Martel– fue uno de los máximos referentes del cine clásico nacional: Leonardo Favio. Su film Aniceto, pensado como un ballet cinematográfico y basado en el mismo cuento –El cenizo– de su hermano Zuhair Jury que sirvió de base a El romance del Aniceto y la Francisca (una de sus obras cumbre, estrenada en 1966), cosechó ocho Premios Sur. Y si Favio no se hubiera bajado previamente de las categorías mejor película y mejor director para las que estaba nominado, hubiera tenido chances de llevarse más premios.

Hernán Piquín, que compone al Aniceto –el hombre encargado de seducir a una bella y dulce joven, “La Francisca” (Natalia Pelayo) y a “La Lucía” (Alejandra Baldoni), que es la contracara de aquélla–, fue reconocido como mejor actor revelación. Los otros galardones para Aniceto fueron en las categorías guión adaptado (Leonardo Favio, Rodolfo Tórtola y Verónica Muriel), fotografía (Alejandro Giuliani), dirección artística (Andrés Echebeste), diseño de vestuario (Mónica Toschi), maquillaje y caracterización (Marisa Amenta), música original (Iván Wyszogrod) y sonido (Iván Wyszogrod).

Distinta fue la suerte de Leonera, de Pablo Trapero, otra de las favoritas de la noche y que solamente obtuvo una distinción en el rubro mejor actriz revelación para Martina Gusmán, esposa de Trapero y productora ejecutiva de la película. Como se recordará, Gusmán encarna a Julia, una mujer que cae presa estando embarazada, acusada de homicidio, y que debe criar a su hijo en la cárcel. Leonera viene de ganar el Premio Especial del Jurado del Festival de La Habana y tiene chances de competir en la categoría mejor película extranjera para los próximos premios Oscar. El otro film argentino que podría haberse perfilado con una buena performance y que, sin embargo, no fue tan premiado por los académicos del cine argentino, fue El nido vacío, de Daniel Burman, que se llevó las distinciones al mejor montaje y al mejor actor. En este rubro el premio fue para Oscar Martínez, como ese padre de familia que vive una fantasía producto de su condición de escritor y de sus propios temores como pater familias, en las que imagina un vacío difícil de llenar ante la inminencia de la partida de casa de sus hijos adolescentes.

La mejor actriz protagónica, según el voto de la Academia, fue Valeria Bertuccelli por su interpretación en Un novio para mi mujer, tercera comedia de Juan Taratuto (¿Quién dice que es fácil?, No sos vos, soy yo), el mayor éxito de taquilla del cine nacional de esta temporada. La mejor actriz de reparto, en tanto, fue Malena Solda por Cordero de Dios, film que marcó el debut en la dirección de Lucía Cedrón y que fue considerado también como la mejor ópera prima. A su vez, Cordero de Dios cosechó una tercera estatuilla, para Juan Minujín, reconocido como el mejor actor de reparto.

El Premio Sur al mejor documental lo obtuvo La próxima estación, de Fernando “Pino” Solanas, cuarto largometraje del gran fresco sobre la Argentina del director de La hora de los hornos, que comenzó con Memoria del saqueo y continuó con La dignidad de los nadies y Argentina latente. La próxima estación está centrada en la historia de los ferrocarriles argentinos desde su origen y apogeo hasta su debacle, incluido el estado de abandono que generó la ola privatizadora menemista.

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Hernán Piquín fue el rostro de Favio en su ausencia.
 
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