El Indio Solari y su público tuvieron el sábado su primera celebración, en la que 60 mil personas rebasaron la capacidad del Estadio Unico de La Plata. Anoche, al cierre de esta edición, el ex cantante de los Redonditos de Ricota cumplía su segunda función. Solari, que presentó su último CD, Porco Rex, tuvo como invitado especial a Andrés Calamaro, quien cantó tres canciones. Como suele suceder en los rituales con espíritu ricotero, el público desempeñó un papel protagónico: los campings de La Plata recibieron las coloridas carpas de fans redondos de todo el país. San Luis, Córdoba, Tandil, Mar del Plata fueron algunos de los sitios lejanos presentes con banderas, aunque La Matanza y otros partidos del conurbano bonaerense dieron el “presente” más fuerte. La gente de Ciudad Evita, Laferrere, San Justo colgó banderas gigantescas dentro del estadio aunque ninguna pudo igualar a la que los chicos del barrio Copello de Villa Lugano hicieron circular por la cabeza de los que pisaban el campo. No menos importante en este ritual fue la música, y en ese sentido la banda Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado dio una nueva muestra de solidez. El Indio alternó canciones de su carrera solista con clásicos de los Redondos. Abrió con tres canciones de su nuevo CD: “Porco Rex”, “Pedía siempre temas en la radio” y “Ramas desnudas”. Solari arengó: “se que hace calor pero nos vamos a hacer bien saltar un poco”. Ante esa mención la banda arrancó con los clásicos ricoteros “Me matan Limón”, “Rock para el Negro Atila” y “Divina Tv Fuhrer” que sacudieron al público. Más tarde sonaron versiones de “Nadie es perfecto” y “Ñam fri fru fi”, dos inoxidables himnos ricoteros. Cuando subió al escenario Calamaro, el Indio recomendó a su público que lo tratara bien. Solari y Andrés interpretaron “Veneno paciente” (incluida en Porco Rex), una versión antológica de “Esa estrella era mi lujo” y “El salmón”, que el ex Redondos debió coronar con un “los artistas populares no son nuestros enemigos” a manera de reto a la ortodoxia ricotera que silbó tibiamente a Calamaro. Después de varios hits ricoteros, el final, inevitable, llegó con “Ji Ji Ji” y el pogo generalizado.