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Viernes, 12 de marzo de 2010

MUSICA › LUIZ CARLOS BORGES, VITOR RAMIL Y LILIANA HERRERO

Delicias del “Mercoson”

 Por Karina Micheletto

Fronteras abiertas en el Teatro 25 de Mayo de Villa Urquiza.
Imagen: Sandra Cartasso.

Aquello de que la cultura no reconoce fronteras suena cotidianamente en tantos ejemplos musicales. Las fronteras entre Argentina, Uruguay y Brasil han sido particularmente ricas en la conformación de un Mercoson cada vez más explorado. El neologismo es de Hermeto Pascoal y fue citado en el concierto que el miércoles pasado resultó un bello ejemplo de las posibilidades concretas de la tan mentada “integración regional”. Luiz Carlos Borges y la maestría de su acordeón a piano, la música sin fronteras de Vitor Ramil, la interpretación que siempre apuesta al riesgo de Liliana Herrero, junto a las posibilidades creativas del piano de Nora Sarmoria, mostraron una forma posible de encuentro. El concierto, realizado en el Teatro 25 de Mayo de Villa Urquiza, dentro de la programación del ciclo gratuito Expresso Porto Alegre en Buenos Aires, que continúa hasta el domingo, fue planteado además como un homenaje a Mercedes Sosa, y culminó con una conmovedora versión conjunta de “Gracias a la vida”.

La anfitriona argentina, Liliana Herrero, comenzó compartiendo dos zambas de Juan Falú con Nora Sarmoria al piano y luego, ya con Borges en el acordeón, avanzó sobre el Litoral. Juntos fueron de los paisajes pintados por Ramón Ayala (“Pan del agua”, “Retrato de un pescador”), resaltada en la interpretación esa capacidad del poeta de hacer presente al río, con su ritmo y su vaivén, en la música y en la letra, al himno de Jorge Fandermole, que es “Oración del remanso”, y al bellísimo “Mi hijo me ha pedido un chamamé”, el tema de Borges que ambos grabaron en el último CD del gaúcho, Borges con amigos argentinos.

Herrero explicó el porqué del homenaje a la mujer que “se ubicó en el vértice justo entre vanguardia y tradición”, según la definió. “No es posible cantar como ella; no es posible cantar como si ella no hubiera cantado. No creo que haya de aquí en más un concierto que no sea finalmente, se explicite o no, un homenaje a Mercedes Sosa”, dijo, y presentó a Vitor Ramil. El cantautor de Rio Grande do Sul propuso los dos temas que lo unen a la homenajeada. “Cielo no es”, para el que la tucumana buscó una versión que no llegó a grabar, fue transformado en su honor en “El cielo no es”. “A Mercedes no le terminaba de convencer que faltara el artículo, pero así es en portugués. Y, la verdad, tenía razón”, explicó. “Siembra”, la milonga que sí grabó Mercedes, es un tema emblemático para Ramil. “Fue la primera milonga que compuse, a los 17 años, inspirado en Mercedes Sosa, porque gracias a ella conocí la música argentina. Años después tuve el regalo de que ella la grabara”, contó.

Borges y su impecable cuarteto mostraron la forma en que hacen propio el chamamé, a su modo y a su estilo, con las influencias de la música de su región (y la batería como marca rítmica potente). Los de Ramil fueron sólo dos temas, a pesar de la insistencia del público, pero habrá más oportunidades de escucharlo dentro del ciclo (hoy y mañana, en este mismo teatro, también con entrada gratuita). Un encuentro de estas características, en un teatro de Buenos Aires recuperado por los vecinos, resulta una grata puesta en común de la riqueza de las fronteras.

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