espectaculos

Jueves, 25 de noviembre de 2010

MUSICA › STEVE SHELLEY, INTEGRANTE DE SONIC YOUTH, TAMBIéN ES PARTE DE HALLOGALLO 2010

“Sé cuándo correrme y no hacer ruido”

El baterista del combo neoyorquino de noise rock vuelve a Buenos Aires para interpretar las canciones de NEU! junto a Michael Rother, guitarrista de esa banda clave del krautrock alemán.

A Steve Shelley ya se lo vio dos veces en Buenos Aires. La primera fue en 2000, durante la única visita de Sonic Youth, la banda icono del noise rock en la que toca desde 1985. La segunda fue este mismo año, cuando fue el baterista invitado de la española Christina Rosenvinge. Y hoy a las 22, en Samsung Studio (Balcarce 433), volverá a vérselo tras los parches como parte de un proyecto llamado Hallogallo 2010, que recupera la música de NEU! –grupo crucial del krautrock alemán– con su guitarrista Michael Rother al comando. “Hace mucho que soy fan de la música de Michael”, confiesa Shelley en conversación telefónica con Página/12. “Cuando me uní a Sonic Youth viajábamos en una van por Estados Unidos o por Europa, y por supuesto llevábamos música. Los de NEU! eran discos que escuchábamos siempre. A todos nos gustaba mucho la banda y fue una gran inspiración.” El cuarteto neoyorquino no fue el único al que la música de NEU! le modificó el ADN: David Bowie, Iggy Pop, Radiohead, U2, Stereolab, Wilco y Primal Scream han citado a la dupla alemana –conformada por Rother y el fallecido baterista Klauss Dinger– como influencia fundamental.

NEU! publicó apenas tres discos –todos epónimos– entre 1972 y 1975, pero la banda se separó sin haber tocado mucho en vivo. Los álbumes estuvieron descatalogados mucho tiempo, pero el nombre de la banda pasó de boca en boca y eso mantuvo vivo el culto. Hubo una breve reunión en los ’80, después de que Rother se concentrara en proyectos como Harmonia, pero las relaciones entre los dos integrantes seguían siendo problemáticas. Este año, el sello Gronland Records publicó una caja con aquellos tres álbumes y mucho material extra, y eso inspiró a Rother a intentar mostrar en vivo aquellos temas, de ahí Hallogallo (donde también tocan Benjamin Curtis y Aaron Mullan). “En el estudio de Sonic Youth trabaja un muchacho llamado Erin y él a veces hace sonido para el festival All Tomorrow Parties. Allí trabajó con Michael y se hicieron amigos. Finalmente Erin invitó a Michael a nuestro estudio, lo conocí y ése fue el comienzo de lo que ahora son estos shows”, explica Shelley.

–¿Rother ya estaba pensando en hacer los shows o fue algo que surgió cuando se conocieron?

–Creo que él estaba empezando a pensarlo. Sé que estuvo trabajando durante mucho tiempo en el boxset de NEU!, quizás eso fue lo que disparó sus ganas de tocar. Es extraño, pero creo que esto no habría pasado si Klauss Dinger viviera. Hubo demasiado problemas entre él y Michael, y seguramente Michael no hubiera salido de gira con Klauss. Ahora las cosas son diferentes: Klauss falleció y Michael siente que está bien presentar esta música que es parte de su historia.

–¿Cómo es para usted tocar las partes de un baterista como Dinger, a quien se consideraba una especie de salvaje en vivo?

–Bueno, eso no se sabe bien, porque no hicieron tantos shows. Supongo que no pienso mucho en Klauss cuando toco, sino más bien en ponerme al servicio de la canción en la que trabajamos y en tratar de hacer lo que pueda. Ciertamente, no trato de ocupar el lugar de Klauss, él era un músico único. Cada músico es único. Así que trato de hacer lo mejor que puedo con lo que presentamos cada noche. Hay cosas que hago de un modo diferente al que lo hubiera hecho Klauss, pero somos músicos y personas diferentes, así que es lo más natural.

–Habló de ponerse al servicio de la canción. ¿Ese es su propósito como baterista? Porque usted no es de los que tratan de ocupar cada espacio sonoro vacío...

–Sí, soy un baterista que desearía ser compositor, así que soy muy consciente acerca del arte y el oficio de la composición. Por eso a veces sé cuándo correrme y no hacer ruido. Alguna gente dice que soy un baterista muy receptivo con los cantantes y con lo que la banda propone. Eso es algo que aprendí y que disfruto. De todos modos, si quisiera, igual no podría ser un baterista muy ostentoso, simplemente no tengo la habilidad para eso. Mis recursos son muy simples y trato de hacerlos funcionar con lo que sucede en las canciones.

–Vamos, usted no es un baterista limitado... Incluso podría decirse que es lo que mantiene a Sonic Youth atado a la tierra cuando los demás se “pierden” en improvisaciones sónicas, y también es bueno para improvisar.

–Siempre es divertido ese momento entre el caos y la organización (se ríe), es el momento en el que uno piensa que algo mágico va a suceder, porque no hay un plan, pero todo el mundo está dispuesto a despegar en conjunto. Así que no se sabe exactamente qué va a pasar. “Nos encontramos acá mismo en dos minutos... ¡o en veinte!” Disfruto mucho de improvisar.

–¿Ya conocía a NEU! cuando se unió a Sonic Youth?

–No, fue en esa época, no creo que los haya escuchado antes de 1985, pero fue inmediato, como escuchar por primera vez a The Velvet Underground: simplemente supe que era música para mí. Es la clase de música a la que uno pertenece (se ríe), es como una sociedad: “Ok, aquí es adonde pertenecemos, somos fans de NEU!, Velvet Underground, The Stooges y Television”.

–En todas esas bandas que mencionó, los bateristas tocaban de un modo bastante simple, pero a la vez innovador. Incluso, el “motorik” (el estilo creado por Dinger) está inspirado en la forma de tocar de Moe Tucker, de Velvet Underground. Es interesante el modo en que se cruzan las influencias.

–Puede ser. Esto es una especulación mía, porque nunca conocí a Klauss ni lo vi tocar, pero supongo que también pesaba el hecho de que no era el baterista más habilidoso del mundo. Como yo, al fin y al cabo. Entonces, uno tiene que arreglarse con lo que tiene, trabajar dentro de sus limitaciones. Kim (Gordon, cantante y guitarrista) y yo siempre mencionamos eso dentro de Sonic Youth, porque no somos músicos entrenados sino autodidactas, entonces a veces tratamos de hacer algo muy bueno dentro de nuestras limitaciones. A lo que voy es a que quizá Klauss creó esto porque era fácil de hacer, pero eso no lo hace menos bueno: ha inspirado cientos de grupos de hoy. Cuando uno va de gira y toca en festivales, siempre escucha a bandas jóvenes y en determinado punto piensa “Ok, ahora llegaron a la parte NEU! de sus canciones”. Lo mismo pasa con Joy Division, por ejemplo, aunque probablemente NEU! también haya inspirado a Joy Division.

–El próximo año Sonic Youth va a cumplir treinta años. ¿Cómo describiría este momento de la banda?

–No sé, es como lo desconocido. Muchas veces nos preguntan sobre la longevidad de la banda y nosotros no sabemos cómo llegamos tan lejos ni cuánto más vamos a seguir. Así que la situación es la de siempre, sólo que más gente nos pregunta al respecto. El periodista que me entrevistó antes que usted me preguntó si íbamos a durar tanto como los Rolling Stones. Y no lo sé, somos una banda completamente diferente, tenemos una carrera muy distinta... No tenemos que tocar “Satisfaction” cada noche cuando salimos de gira. Nunca tuvimos un hit y creo que eso ha sido bueno para la vida de nuestra banda. Pero no sé cómo describir este momento. Sé que estamos planeando hacer cosas este mismo año, así que veremos qué pasa.

–¿Volverán pronto a Buenos Aires?

–Es probable, sí.

–¿Después de grabar un nuevo disco?

–En realidad, por el momento no hay disco nuevo, así que seguramente será antes. Pero es sólo una suposición, un pensamiento... Ese es mi pensamiento del día (risas). Me gusta mucho la Argentina, me encantaría que pudiéramos ir con Sonic Youth una vez por año. Y quizá se sorprendan muy pronto...

–Las giras de Sonic Youth dependen mucho de la vida familiar de sus miembros y usted es el único que no tiene hijos. ¿Eso le permite tener un compromiso diferente con la música y encarar distintos proyectos?

–Digamos que soy más flexible, aunque los otros integrantes de la banda también tienen varios proyectos. Seguramente para Kim y Thurston (Moore, guitarrista y cantante) es más difícil irse al mismo tiempo de su casa. Quizá puede irse uno de ellos, pero para que se vayan ambos en una gira de Sonic Youth tienen que pensar muy bien en el timming y en las cosas de su hogar. Mientras tanto, yo puedo abordar diferentes partes de mi personalidad: no todo lo que hago tiene que ser como Sonic Youth. Por supuesto que me dedicaría sólo a la banda todo el tiempo, pero no estamos en ese punto en nuestras vidas: sucede cuando los cuatro miembros podemos juntarnos.

–¿Es cada vez más difícil?

–No diría que es difícil, pero sí que pasa cada vez menos seguido. No sé cómo describirlo más allá de eso.

–De todos modos, la banda sigue sacando discos y son muy buenos. ¿Habrán desarrollado la habilidad de producir más rápido cuando tienen la oportunidad de juntarse?

–Sí, es así, cuando nos juntamos para grabar las cosas nos salen más rápido. Antes nos reuníamos a improvisar durante meses antes de ir al estudio, ahora los discos salen de manera mucho más inmediata. En parte, lo disfruto, pero a veces no tanto. El tema es que tenemos que hacerlo cuando es posible, eso es todo.

Compartir: 

Twitter

“Soy un baterista que desearía ser compositor”, admite Shelley.
 
CULTURA Y ESPECTáCULOS
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.