El título de esta película, con sus resonancias de comic y de literatura pulp, hace pensar en una saga de aventuras desfachatadas, alla Robert Rodríguez, si se quiere (encima se estrena el mismo día que Machete). Nada de eso. Basada en una serie de relatos publicados por Robert E. Howard (autor de Conan, el bárbaro) a fines de los años ’20 y comienzos de los ’30, a Solomon Kane, cazador de demonios le faltan sentido del humor, del disparate, de la aventura, y le sobran pompa y circunstancias. Un título más ajustado tal vez hubiera sido Solemne Kane, cazador de demonios.

Publicado por entregas en la revista Weird Tales, el folletín original –que transcurre en el siglo XVI– fue todo un éxito, lanzándose una decena de entregas a lo largo de un lustro, justo antes de Conan. La Marvel la convirtió en historieta en los años ’70, siguió publicándola en los ’80 y hace un par de años el sello Dark Horse lanzó una nueva serie de comics. Si bien la propia Conan no carecía de grandeur (y de un notorio y bastante repelente culto de la fuerza bruta, dicho sea de paso), no hay más que compararla con Solomon Kane, la película, para verificar hasta qué punto el cine contemporáneo perdió el espíritu de aventura que en los años ’80 todavía no se había extinguido del todo. Noble desheredado por su padre (¡Max Von Sydow!), la idea de que este ciudadano Kane se dedica a la caza de demonios es una invención del título local. El tipo es en verdad una suerte de proto-mercenario, que anda por los cinco continentes achurando infieles, contratado vaya a saber por quién. Hasta que se encuentra, sí, con un demonio mayor y una legión de íncubos menores. Pero en lugar de darles caza, los baña en sangre y se retira a un convento, acosado por lo que parecería un súbito acceso de culpa.

Del arrepentimiento será arrancado Kane (Caín, en inglés), cuando una gavilla de bárbaros secuestra a la hija del hombre que lo salvó de una muerte segura (¡Pete Postlethwaite!). Lanzado al rescate de la muchacha, Solomon terminará descubriendo algo apenas ligeramente distinto a lo que se le revelaba a Luke Skywalker en El Imperio contraataca. Escrita y dirigida por el británico Michael Ba-sset, protagonizada por el impávido James Purefoy (una especie de Christopher Lambert menos grandote), Solomon Kane es una de esas películas que más que películas parecen un trámite. No hay peripecias, sino simples cosas que suceden, y que no parecen importarle a nadie: ni al director y guionista ni a ninguno de los actores (Von Sydow debe haber aceptado porque su participación se reduce a dos escenas). Por qué habría de interesarle entonces al espectador...

4-SOLOMON KANE, CAZADOR DE DEMONIOS

(Solomon Kane, Gran Bret./Francia/Rep. Checa, 2009)

Dirección y guión: Michael Basset, sobre serie de novelas escritas por Robert E. Howard.

Intérpretes: James Purefoy, Max Von Sydow, Pete Postlethwaite y Jason Flemyng.