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Viernes, 7 de junio de 2013

MUSICA › JULIETA VENEGAS PRESENTA LAS CANCIONES DE SU NUEVO DISCO, LOS MOMENTOS

“Tuve ganas de salir del lugar común”

La cantante y compositora mexicana dice que la maternidad le cambió la vida, pero no en el sentido más habitual: “Me gusta mucho la maternidad, disfruto la música con mi hija, me parece hermoso, pero me pegó diferente: me puso más oscura y reflexiva”, dice.

 Por Yumber Vera Rojas

Impresionante. Aunque lleva desde la mañana defendiendo ante los medios porteños Los momentos, su más reciente disco de estudio, que presentará esta noche en el Teatro Gran Rex, Julieta Venegas se mantiene, al menos aparentemente, estoica. Tanto que en este ocaso de tarde, el ritmo de su cháchara, en las oficinas de su disquera en Palermo, está tan embalado que se torna una metáfora de una noche bolichera hasta el día siguiente. Y es que ciertamente la inauguración de la maternidad, con la llegada de Simona, hace ya dos años, desató, además de un complejo sentimiento de seguridad, la transformación artística, pero no de la manera que la cantautora mexicana esperaba. La sexta producción de estudio de la artífice del hit “Eres para mí”, quien considera a la Argentina su segunda casa (no es un cliché, pues la mitad de su oficina de representación se encuentra en Buenos Aires), testimonió la metamorfosis a partir de un lugar oscuro, que exorcizó su veta más pop –luego de transar durante años con el mestizaje sonoro y la balada– y que, al mismo tiempo, sacó del placard su desazón política.

–Antes que mostrarse influido por el nacimiento de su primogénita, Los momentos es un disco que evidencia su preocupación por la actual situación social que vive México. ¿Por qué tomó esa decisión artística?

–Ser mamá me dio una buena sacudida, y este álbum tiene que ver con eso. Aunque mi manera de expresarlo fue distinta, pues mi radar se amplió. Miro hacia los lados, a lo que hay alrededor, de otra forma. Me di cuenta de que tenía que profundizar más en lo que exploraba, que prefería eso a dar la teta. Me gusta mucho la maternidad, disfruto la música con mi hija, me parece hermoso, pero me pegó diferente: me puso más oscura y reflexiva. Pese a que “Hoy”, la canción que abre el disco, se la dediqué a Simona, al escucharla nunca pensarías que está dirigida a ella. Si bien trata sobre la entrega y el amor, también podría ser para una pareja. Mi lado maternal lo vivo propiamente desde ese espacio, donde canto temas que son nada más que para nosotras dos, que componen nuestra complicidad. Por eso, cuando me senté a escribir, me dieron ganas de salir del lugar común.

–Gracias a la llamada “Primavera mexicana”, en la que los estudiantes universitarios, a partir de los comicios presidenciales del año pasado, denotaron el agotamiento del sistema político y el conservadurismo de los medios de su país, los músicos de la escena de pop y rock local también demostraron su hartazgo por la situación política que padecen. ¿Sucedió lo mismo en su caso?

–No sé si mi acercamiento es realmente politizado. Reacciono emocionalmente ante una situación que sucede, y la describo. Cuento el dolor que me da la violencia que surgió en los últimos años y lo que muestra, que somos un país en el que no se sabe quiénes son los buenos y los malos. Me parece que estamos en esa instancia en la que se culpa al otro, y no lo digo por el tema del narcotráfico. Tiene que ver con muchos elementos que fueron descuidados. México es una nación muy grande y rica que vive un momento horroroso, que se traduce en la muerte de gente muy joven. Eso es horrible. Una generación entera está desapareciendo. ¿Qué nos depara entonces el futuro? El regreso del PRI (N. de la R.: Con la polémica elección del flamante presidente Enrique Peña Nieto, el Partido Revolucionario Institucional, que se mantuvo en el poder desde 1928 hasta 2000, recuperó el Palacio Nacional en 2012) fue algo que me tiró para abajo, porque es como un retroceso. Eso habla de que nos encontramos atorados en una educación en la que el autoritarismo es la manera con la que se cría a los chicos. No para pensar por sí mismos, sino para obedecer.

–Al tiempo que sus canciones testimonian su lectura del momento que vive su terruño, su más reciente disco es musicalmente el más pop de su obra. ¿Le fue complejo encontrar el equilibrio entre lo concienzudo y lo popular?

–Nunca me puse a pensar si éste era un disco de pop. Siempre me voy un poco por lo que me gusta, que son las canciones redondas, las historias, y definitivamente me quería sacar los instrumentos acústicos, los cavaquinhos, cuatros y ukeleles, que venía usando en los últimos trabajos, más que nada porque ya sabía adónde me llevarían. Posiblemente sea un experimento, aunque todos mis trabajos se basan en eso. A partir de una plática que tuve con el productor de Los momentos, Yamil Rezc, en la que le explicaba lo que deseaba esta vez, armamos un microcosmos de sonidos, y así fuimos resolviendo cada canción. Todo esto dio un giro hacia los teclados, al punto de que los primeros demos los hice con piano y sintetizador. Surgió naturalmente, y funcionó. Me dicen que ahora soy un artista de electropop, pero no estuve ahí aún.

–“Vuelve” es el tema más alegórico: apela a un pop reflexivo, aunque sin rodeos. No obstante, de las dos versiones que existen de la canción, la primera con la compañía de la dupla de Rubén Albarrán (vocalista de Café Tacvba) y la rapera chilena Ana Tijoux y la otra con las nuevas estrellas musicales chilenas, Javiera Mena y Gepe, la segunda es más consecuente con la intención de su repertorio. ¿Con cuál de las dos adaptaciones se queda?

–A pesar de que me gustan ambas versiones, la original es la de Ana y Rubén. Una vez que la hice, pensé en ella porque le podía dar otra voz a esa historia debido a que me encanta cómo escribe, al igual que su sensibilidad y su voz. Mientras que él le aporta fuerza al tema. Me atraía más la idea de un trío que de una colaboración con un artista. Tiempo después, cuando estábamos grabando la adaptación en vivo de la canción, para meterla en el DVD, justo por casualidad, aunque por diferentes razones, Javiera y Gepe se encontraban en el DF. Por eso se dio así.

Si bien en la actualidad México es considerada internacionalmente, al lado de Chile, la movida referencial del pop independiente latinoamericano, la exponente de 42 años es generacionalmente una consecuencia de la campaña admirable del rock argentino a lo largo y a lo ancho de la región en los ochenta, cuando se demostró que era posible llevar adelante una propuesta ajustada a las diferentes idiosincrasias de la América latina hispanoparlante. Y es que al emprender su carrera unipersonal en 1996, apoyada por Café Tacvba, y luego de formar parte de la agrupación de ska y reggae Tijuana No!, la cantautora desarrolló un sonido tan moderno e identitario que se convirtió en icono de la renovación musical de su país. “En Argentina, en este momento, existe una buena oferta. Hay mucha gente del indie que está haciendo canciones súper bonitas. Me encantan Coiffeur y Prietto Viaja al Cosmos con Mariano. Pero a pesar de que acá están pasando cosas maravillosas, en México noto un empuje muy grande, porque los artistas se liberaron de la idea de que tenían que firmar con una disquera grande y comenzaron a surgir propuestas interesantes, incluso por fuera de la capital.”

–¿Se siente un referente de esa transición?

–No, porque, más allá de mi origen tijuanense, viví siempre en la capital, y firmé con una disquera multinacional. Soy todo lo opuesto. Pero gente como Carla Morrison, Centavrvs, Jessy Bulbo y varios otros exponentes que surgieron ahora, que no están dentro de los sellos grandes y su estructura, pues prefirieron involucrarse con etiquetas independientes y conocen el alcance que les permite Internet, comprendieron que también pueden tener éxito y llegar al público desde fuera del sistema, y eso cambió la actitud.

–Para una artista como usted, que, pese a que es conocida en la escena musical de habla hispana, tiene un pie en la novedad propia y ajena, ¿qué tipo de gimnasia musical realiza para no desatender la curiosidad?

–Siempre fui muy curiosa, tanto para escuchar la música de los demás como para hacer la mía. Y eso me permite estar en todas partes. No paro nunca de oír y descubrir artistas, sobre todo en Internet. No consumo la radio, salvo cuando estoy en México. Así que me pongo mal si pasan varios días y no doy con algo nuevo.

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“No paro nunca de oír y descubrir artistas, sobre todo en Internet.”
 
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