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Viernes, 13 de septiembre de 2013

MUSICA › JOHN PRIMER ACTUA ESTA NOCHE EN LA TRASTIENDA CLUB

El violero que tocó con todos

Su currículum incluye nombres como los de Muddy Waters, Magic Slim, Buddy Guy, Willie Dixon y The Rolling Stones. Pero Primer también tiene lo suyo para mostrar, como lo indica el material de Knockin’ around this Blues y el flamante Blues on Solid Ground.

 Por Cristian Vitale

John Primer. Dichos así, nombre y apellido no figuran más que para la tozuda guardia de hierro blusera, que atraviesa tiempos y vibraciones con el oído siempre puesto en la línea Mississippi-Chicago. Pero si a tal nombre y a tal apellido se les asocian los de Muddy Waters, Magic Slim, Buddy Guy, Willie Dixon y The Rolling Stones, la cosa cambia. Y bastante. John Primer no sólo tocó con cada uno de ellos sino que es uno de los referentes del blues con más agite en el presente. “Creo que no hay nadie vivo o de mi edad que pueda decir que tocó con esas personas”, ratifica este hombre nacido en el mismísimo Mississippi hace 68 años y que tocará hoy a las 21 en La Trastienda Club (Balcarce 460). “Sé que van a venir muchas personas que nunca me vieron en vivo, así que quiero dejarles la mejor impresión. Va a ser un show con mucho blues, pero también con algo de funk”, anuncia el guitarrista, compositor y cantante, que basará su repertorio en sus dos últimos discos: Knockin’ around this Blues y el flamante Blues on Solid Ground, un fresco blusero de trece piezas del propio Primer, grabado en una toma, que remite directo a las entrañas sonoras, acústicas y geográficas del género. “Con los avances de la tecnología, eso de grabar todos a la vez se ha perdido un poco, y la idea fue hacer disco espontáneo, como los que se escuchaban mientras yo crecía. La verdad es que la gente me conoce fundamentalmente como un guitarrista eléctrico, y quería que conocieran esa parte más cercana al campo... lo que yo solía hacer cuando vivía en Mississippi”, encuadra.

Y allí está su historia. Del Mississippi acústico y rural al Chicago urbano y eléctrico donde, entre club y club, se entró a codear fuerte con la quintaescencia del blues. Con la banda estable del Theresa’s, por caso, donde trabó talento con Junior Wells, James Cotton, Otis Rush, y llegó al alma madre de Willie Dixon. “Con él tuve mis primeros viajes al extranjero, fue una experiencia muy importante porque comprendí lo que era ser un músico profesional en gira. El me enseñó la importancia de escribir mis propias canciones y es de alguna manera lo que quise respetar con Blues on Solid Ground... Creo que Willie estaría orgulloso de estos discos que siguen la tradición del blues, pero con letras actuales y propias”, dice. Dixon fue también el puente entre el “primer” Primer y Muddy Waters. Cuenta la historia que Waters le pidió un guitarrista a Dixon, y el elegido fue él. “Toqué con Muddy desde 1979 hasta su muerte, en 1983. No puedo decir más que buenas cosas sobre él. La gente lo reverenciaba. Vi cómo consagrados como los Stones, Clapton y Johnny Winter parecían niños alrededor suyo, escuchaban con atención cada historia que contaba y se acercaban a los clubes en los que tocábamos, por más chicos que fueran.”

–¿Y Buddy Guy?

–Un innovador del blues, un músico que hizo sus primeras grabaciones en los años ’50 y sigue tocando hasta la actualidad. Es buenísimo ver que alguien que hizo tanto por el blues tenga ese reconocimiento en los medios masivos. Eso me da esperanzas... no es un chiste (risas).

Primer también curtió zapadas en dos de los clubes de blues que Guy abrió para mantener viva la llama del género, en Chicago: el Buddy Guy Legend’s, donde suelen parar Robert Plant, Rod Stewart y Brad Pitt; y el Checkerboard Lounge, un antro para 50 personas, donde llegaron a tocar Muddy Waters y los Stones juntos. “Eso fue en 1981”, rememora Primer, que cuenta con un Blues Music Award y en 2014 entrará en el Blues Hall of Fame. “Los Stones estaban en Chicago para hacer unos shows, completamente agotados, en un gran estadio. Sabíamos que querían ver a Muddy, y nos avisaron que iban a venir al Checkerboard, pero que no le podíamos decir a nadie, así que fue como una especie de secreto. La historia es que estábamos tocando como siempre, ya había pasado un buen rato y de repente se armó un gran revuelo y nos dimos cuenta de que algo estaba por pasar. Estábamos tocando “Baby, Please Don’t Go” y de repente aparecieron Mick Jagger, Keith Richards, Ron Wood y el pianista Ian Stewart”, narra Primer, sobre una jam inolvidable que terminó con Jagger cantando standards de blues hasta la madrugada y Richards tocando la guitarra arriba de las mesas. “Fue una zapada entre padres e hijos: los Stones admiraban a Muddy y lo reverenciaban. A ver, en el Checkerboard había un solo baño muy pequeño para hombres y esos tipos, que son superestrellas acostumbradas a los mejores lujos, no tuvieron ningún problema en compartirlo con 150 personas toda la noche.”

–¿Qué hizo usted, específicamente?

–Estuve todo el show detrás de Jagger, como se ve en el DVD. De vez en cuando Mick se daba vuelta y hablábamos un poco: para él era un sueño tocar en un auténtico club de blues de Chicago, lo estaba cumpliendo esa noche y se le podía ver en la cara... Parecía un chico en su cumpleaños.

–¿Cómo es Chicago hoy, en términos de blues?

–En la actualidad, incluso en Chicago, que es considerada la cuna del blues, no hay tanto blues. Hay clubes, sí, y uno puede elegir entre varios shows por noche, pero no tantos como hace 15 años. Tal vez esté relacionado con el hecho de que la población negra escucha hip hop y los principales fanáticos son blancos, e incluso europeos o japoneses. El interés por el blues se corrió a otros países y no tanto en Estados Unidos.

–¿Se puede expresar algo desde el blues bajo la realidad que se vive hoy?

–En mi caso es difícil porque son todos temas que escribí y que venía tocando hace tiempo. Uno es “When I Met the Blues”, que habla un poco de cuando descubrí el blues, de mi experiencia llegando a Chicago de Mississippi, y lo grabamos a dúo con el piano de Barrelhouse Chuck. Suena como si hubiera sido grabado antes del período del blues de Chicago, como uno de esos dúos de Leroy Carr y Scrapper Blackwell. “Poor Man Blues”, otro caso, dice cosas con las que mucha gente se puede identificar... en todo el mundo se ve cada vez más gente viviendo en la calle y eso da mucha lástima.

–¿Se asume como tradicionalista?

–A ver, no te podés alejar demasiado del blues. Si te alejás demasiado del blues, deja de ser blues. Y a mí lo que me gusta tocar es el blues con el que crecí escuchando en la radio de mi abuela, en Mississippi.

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“Va a ser un show con mucho blues, pero también con algo de funk.”
 
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