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Jueves, 23 de enero de 2014

MUSICA › LOS QUINCE AÑOS DE ULTRAPOP Y EL FESTIVAL DEL AIRE ACONDICIONADO

Tratar de refrescar la escena

Con ediciones de artistas argentinos e internacionales, el sello independiente lucha contra una corriente no del todo receptiva de la escena emergente. “Salvo los Redondos, pocos exponentes se hicieron de abajo solos”, dice su responsable.

 Por Yumber Vera Rojas

Que no se malentienda. El ciclo de recitales más importante del verano porteño no es una sucursal estival de las misas ricoteras, sino una consecuencia de la carencia de ofertas musicales en la época de mayor radiación solar en Buenos Aires. No obstante, si en un rasgo coincide la banda que acompaña al Indio Solari con la tertulia sonora que organiza desde hace cuatro años el sello Ultrapop, es en su fundamentalismo. Y es que el Festival del Aire Acondicionado presenta en Ultra Bar, centro de operaciones de la etiqueta ubicado en el microcentro, una selección de lo mejor de rock argentino emergente (mechado con algunos próceres), amparada por el milagroso electrodoméstico creado hace 102 años por Willis Carrier. “No tenemos ventilador, sino aire acondicionado de verdad”, aclara Gustavo Kisinosky, director artístico de la disquera y de la programación del evento. “Siempre se llena el lugar porque se volvió una costumbre, incluso en invierno, pues la competencia es fuerte en esa estación.”

El festival, que continúa esta noche en San Martín 678, con Acorazado Potemkin y Elefante Mutante, presenta semanalmente a los artistas que frecuentemente trabajan con el sello. “Acorazado Potemkin tocó en todas las ediciones del festival, y con ellos organizamos un ciclo llamado Rompehielo Potemkin. Lo mismo que Falsos Profetas, quienes en 2013 hicieron 23 fechas en el bar”, ejemplifica Gustavo. “Richard Coleman se transformó en un habitué del evento luego de que lo conocimos, y a Daniel Melero, otro artista de la casa, lo estamos convenciendo para que forme parte de la programación. Además, ampliamos el espectro con bandas como Mi Amigo Invencible, componente de una joven generación de grupos que apuestan por la experimentación. Pese a que son muy buenos, tienen pocos espacios para mostrarse”.

Todos los miércoles de febrero, el evento juntará a Antonio Birabent, Diego Baiardi y Martín Elizalde para llevar adelante la cofradía Camaradería Masculina, a la que se sumarán algunos invitados. “La idea es que sea una peña en la que presentarán un total de 24 canciones de su autoría, pero no descartamos que suba algún artista que se encuentre entre el público para improvisar junto a ellos al mejor estilo de un tablao flamenco”, describe el productor artístico, al tiempo que advierte la reincidencia de Acorazado Potemkin y El Soldado el próximo mes. Sin embargo, dos semanas antes de que suceda, el jueves 13, Interama, emblema del pop rock de los 2000, hoy inactiva, se reunirá para celebrar los diez años del lanzamiento de su álbum El jardín que florece sin cesar, con la formación que lo grabó. “Lo harán siguiendo la tradición norteamericana de juntar a las bandas para repasar un disco. Ese show servirá para ver cómo se sienten, aunque por ahora están bien con sus respectivos proyectos.”

Si bien Gustavo asegura que el Festival del Aire Acondicionado es “lo más parecido a un ritual”, con entradas solidarias que oscilan entre los 50 y los 90 pesos, la actividad sucede en una época incierta para el rock emergente local. “A diferencia de otras expresiones artísticas, la música está muy complicada a causa de la inflación y por la falta de protección de las industrias culturales”, expone el frontman de la disquera que este año celebra 15 años de su creación. “Estamos con muchos discos por lanzar. Ya editamos el nuevo álbum de Stephen Malkmus, Wig out at Jagbags, incluso antes que en Estados Unidos. El mes que viene publicaremos, entre trabajos propios y coproducciones, unos diez títulos. A pesar de que las ediciones se autogestionan, no ganan en presencia porque trabajamos de otras cosas para hacer esto. Al tiempo que al público argentino le interesa cada vez más lo de afuera. Por eso, próximamente, presentaremos un blog en el que mostraremos 250 artistas nacionales que tienen algo interesante para decir”.

Aunque en los últimos años el imaginario de la autogestión, a través de la música indie, ganó la atención de la industria musical en todo el mundo, en la Argentina, más que una opción estética, sigue siendo una necesidad para sobrevivir. “Así como ya no sé qué es un artista nuevo en la Argentina tampoco entiendo la definición de indie o de under”, señala Kisinosky, también cantante de Los Barenboim (por lo “del productor que se muere por tocar”, justifica). “Salvo los Redondos, pocos exponentes se hicieron de abajo solos. Hay una pereza de las productoras de generar un producto nuevo local, al igual que de los medios para desarrollarlos, especialmente la radio y la tevé. Nosotros trabajamos con figuras internacionales, pero nunca tuvimos la misma presencia que empresas más grandes. Ellas, de la misma manera que la gente que critica a la escena ante su falta de creatividad –entre los que destaco a Afo Verde, a quien irá dedicado el próximo disco de Los Barenboim–, son los que no tienen nada nuevo para aportar.”

Luego del anuncio de Rock & Pop, tras el cambio de dueños, de que ahora se convertirá en una estación de clásicos del rock, los grupos emergentes nacionales, si antes tenían pocas chances para proyectarse en el dial, parece que sólo podrán hacerlo a través de Internet. “Rock & Pop llegó a pasar temas de nuestros artistas sólo en 2003, por lo que aprendimos a vivir sin ella. Así que tratamos de ir a contramano de los medios de comunicación para poder sobrevivir”, se resigna Gustavo. “Al igual que las radios, Internet es un gran oligopolio. Su democracia es un mito. iTunes o Spotify tienen los mismos sistemas de promoción que las emisoras tradicionales. Si un grupo argentino como El Perrodiablo consiguió mil Me gusta en Facebook, fue porque de uno en uno invitaron a la gente a que escucharan su música. La realidad es que la movida de acá no genera excitación entre el público. La inercia no es sólo de las empresas y de los medios, sino también del público. Hacemos lo que podemos.”

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Richard Coleman, Daniel Melero y un semioculto Gustavo Kisinosky.
 
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