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Martes, 2 de diciembre de 2014

LITERATURA › UN HOMENAJE AL NOTABLE ESCRITOR ARGENTINO

Las pasiones de Bioy

Juan Ignacio Boido, Tununa Mercado y María Rosa Lojo pusieron
sus voces en la mesa, pero el análisis de la obra de Adolfo Bioy Casares se extendió a un auditorio que incluyó a Noé Jitrik.

 Por Silvina Friera

Desde Guadalajara

Adolfo Bioy Casares es “el mejor” novelista argentino del siglo XX. Juan Ignacio Boido reafirmó su profunda pasión por el escritor en un homenaje en el que participaron Tununa Mercado y María Rosa Lojo. En el auditorio del pabellón argentino de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), Cristina Mucci recordó ese lugar común que postula que la literatura del autor de La invención de Morel “no conmueve” y es ajena a las emociones. “A mí me conmueve, lo que más me agrada de Bioy es que tiene un gran oído para el castellano. Tal vez no tiene la sensualidad aceitosa del (Julio) Cortázar de Rayuela, pero no olvidemos que Borges y él fueron templados en otro tipo de literatura”, subrayó Boido. Mercado coincidió que es una escritura que conmueve, aunque las emociones en Bioy se dan “en un territorio abstracto, casi filosófico o metafísico”. Lojo expresó que hay “una estética contenida que no significa que no pueda conmover, porque lo que se elide es muchas veces lo más terrible, y las historias de Bioy son trágicas”, y además destacó que lo que más le gusta es “su oído para el habla cotidiana, lo que convierte a sus obras en un palimpsesto de las hablas de la ciudad”.

La cuestión de las emociones agitó bastante el avispero. Noé Jitrik, sentado entre el público, hizo un aporte sustancial. “Tengo la impresión de que a Bioy no se lo acepta con el mismo entusiasmo con que se celebra a Cortázar”, comparó el escritor y crítico. “El fue de los que tomó a la literatura como un campo específico que no puede ser contaminado y que no adhiere a la literatura lacrimógena.” A contrapelo de la supuesta frialdad, Jitrik planteó que la escritura de Bioy “extirpa todos los golpes bajos de realismo crudo”. Boido hizo una introducción sobre el rol de la novela en la narrativa nacional. “En una literatura como la argentina, que se ha desarrollado un poco en contra de la idea de la novela –por el carácter experimental de muchos de sus autores, como Leopoldo Marechal o el propio Cortázar–, Bioy publica pequeñas novelas cuya recepción tardó más que otras y se oyó menos”, advirtió el escritor y editor de Penguin Random House Mondadori. Lojo se preguntó si El sueño de los héroes no habrá sido “la novela que Borges hubiera querido escribir”, y luego trazó un paralelismo entre ese texto y algunos relatos del autor de Ficciones.

La charla se puso tan picante como la comida mexicana cuando Mucci quiso saber qué opinaban del monumental Borges, el diario póstumo de 1600 páginas. “Yo me tiré de cabeza y lo tuve arriba de la mesa como el I Ching”, reconoció Boido. “El libro está teñido por la malicia y la perfidia con algunas personas, y a veces parecen dos vecinas malísimas despellejándose en la peluquería, pero también he disfrutado largos pasajes donde habla de la literatura, que para mí son clases magistrales de literatura.” Lojo confesó que no quiso leer el libro. “Leí Descanso de caminantes –una recopilación de los diarios íntimos de Bioy que van de 1975 a 1989– y me molestaron mucho algunas partes que tienen oscuridades y se refieren en forma dura a personas que he conocido. Me enojé con Bioy y con el libro.” Boido añadió que en varias entradas de este libro, que le parece “el mejor blog” de la literatura argentina, Silvina Ocampo es “una voz en el fondo de la sala que siempre tiene razón”, y se refirió al triángulo Silvina-Bioy-Borges como “una hipótesis arriesgada para los estudios queer”. Mercado –que tampoco leyó el libro y conoció al autor de El diario de la guerra del cerdo hacia el final de su vida– aseguró que la mujer en la literatura de Bioy está “muy” idealizada. “Es una forma del amor en la que no hay piel. Yo creo que no hay una cama nunca, ¿o sí?” Boido respondió que: “‘Dormir la siesta’ era el gran eufemismo de Bioy para la cama”...

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En el encuentro se remarcó que quizá Bioy Casares no cuenta con un pleno reconocimiento.
 
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