Miércoles, 29 de junio de 2016 | Hoy
LITERATURA › HOY SE LANZA EN LA CIUDAD DE SANTA FE EL PROGRAMA AñO SAER
“La importancia de un escritor en una literatura se mide por el tamaño de problemas que su obra genera”, dice Martín Prieto, curador del Año Saer, un ambicioso programa que incluirá nuevas publicaciones, un film, un congreso internacional y un plan de lectura para estudiantes.
Por Silvina Friera
El gran escritor argentino de la segunda mitad del siglo XX es Juan José Saer (1937-2005). La polémica frase la escribe –palabras más, palabras menos– Beatriz Sarlo en la introducción de Zona Saer (Ediciones Universidad Diego Portales), un puñado de ensayos escritos bajo un imperativo categórico revelado desde el principio: “Un orden canónico es interesante si tiene una fuerte carga de discusión estética”. Sarlo recuerda lo que dice un personaje de En la zona: “Si me dedico a la literatura tengo que hacerme hábil para las digresiones. La literatura misma es una digresión permanente de la realidad”. Y luego condensa el itinerario del autor de El limonero real, Nadie nada nunca y Glosa, entre otras novelas. “Hace más de cincuenta años, Saer ya sabía, en primer lugar, que la literatura tomaba caminos diagonales respecto de la realidad, pero que había una realidad. Segundo, sabía que la forma de su escritura sería la repetición, la digresión, las anticipaciones. Sabía eso y lo escribió en un momento en que esas cosas no estaban de moda. Finalmente, no estar de moda, fue una admirable cualidad saeriana”, plantea la crítica literaria que presentará su libro hoy a las 18 en el Museo Provincial de Bellas Artes Rosa Galisteo de Rodríguez, en Santa Fe, como parte del lanzamiento del programa Año Saer –organizado por el ministerio de Innovación y Cultura de la provincia con curaduría del escritor y crítico Martín Prieto–, acompañada por el escritor y editor Fabián Casas. Después, Guillermo Saavedra, Hinde Pomeraniec y Francisco Garamona presentarán Una forma más real que la del mundo, una compilación de entrevistas a Saer seleccionada por Prieto, publicada conjuntamente por Espacio Santafesino Ediciones y la editorial Mansalva. El cierre de la jornada llegará de la mano de la actriz y directora Irina Alonso con el unipersonal Sombras sobre vidrio esmerilado, versión del cuento publicado originalmente en Unidad de lugar.
El programa Año Saer –que se desarrollará hasta el 28 de junio de 2017, fecha en el escritor cumpliría 80 años– incluye la edición de nuevos libros sobre su obra, como el que está escribiendo María Teresa Gramuglio; una película que filmará el joven cineasta santafesino Iván Fund; una exposición compuesta por manuscritos del autor, fotografías y distintos materiales; un congreso internacional y un plan de lectura para los estudiantes de la provincia. “Me interesa especialmente ver el vínculo de Saer con el territorio: cómo funciona la relación de la obra de Saer con el imaginario territorial de la ciudad de Santa Fe, de la ciudad de Rosario, de Colastiné, de Rincón, que son los escenarios de su literatura –explica Prieto a Página/12–. Saer se fue de Santa Fe en el año 68 y no volvió más a vivir a la Argentina. Pero Santa Fe sigue siendo el imaginario de toda su obra. No es una obra que se europeizó; inclusive en La pesquisa, que es la única novela que sucede en París, está todo el tiempo haciendo referencia a Santa Fe”. El curador del Año Saer advierte que hay otra cuestión más biográfica vinculada con el territorio. “¿Por qué Saer, que nació en Serodino, un pueblito a 40 kilómetros de Rosario, hijo de unos tenderos sirios, en cuya casa no se hablaba necesariamente el español como primera lengua, con unas expectativas familiares no proyectadas al ejercicio de la literatura, ni de las humanidades, ni de las artes, se convirtió en uno de los escritores fundamentales de la lengua? Yo entiendo que es una pregunta sin respuesta porque es una pregunta muy de cuño romántico; pero me interesa develar también esta cuestión”.
Prieto subraya que hay un episodio importante dentro de la historia cultural santafesina, que es el vínculo que se establece desde mediados de los años 50 hasta el golpe de Juan Carlos Onganía entre un grupo de intelectuales y artistas de Santa Fe y de Rosario, a través del Instituto de Cine de Santa Fe y la Facultad de Filosofía y Letras de Rosario, como el propio Saer, Aldo Oliva (1927-2000), Hugo Gola (1927-2015), Juan Pablo Renzi (1940-1992), Nicolás Rosa (1934-2006), María Teresa Gramuglio y Hugo Padeletti, con una figura destacada de fondo: Juan L.Ortiz (1896-1978). “¿Cómo se arma toda esa historia, que es una historia de poetas y de críticos literarios? Hay una especie de autopista entre Rosario y Santa Fe; los poetas que van y que vienen, que se encuentran. Está también (Francisco) ‘Paco’ Urondo que organiza en el 57, en Santa Fe, un encuentro de Arte Contemporáneo muy importante; y las publicaciones de la Biblioteca Vigil en Rosario. Podemos ver la obra de Saer como un emergente muy destacado de esta trama cultural”, reflexiona el escritor y cuenta algunos criterios de selección de las entrevistas que integran Una forma más real que la del mundo. “Hay reportajes de largo aliento de cuando los jóvenes escritores de los años 80 como Sergio Chejfec, Alan Pauls o Matilde Sánchez descubren a Saer y le hacen unas entrevistas que están buenísimas. Lo que me gusta de estos reportajes es que Saer todavía no está amparado por su nombre. Éstá a la intemperie, explicando cómo es su literatura, qué es lo que él quiere hacer. Hay una entrevista muy rara que le hicieron en el ‘65, en el diario El mundo de Buenos Aires. En ese momento tenía 28 años y ya tiene en claro el programa: menciona a Franz Kafka, William Faulkner, Marcel Proust, Jorge Luis Borges y Juan L. Ortiz. El libro termina con el último reportaje que Saer dio en abril de 2005, que es sobre la figura de Cervantes”.
Queda un largo camino por recorrer hasta que se defina la fecha precisa del Congreso Internacional sobre Saer, que se realizará en Santa Fe entre abril y junio del 2017. El comité académico está integrado por Noé Jitrik, Beatriz Sarlo, María Teresa Gramuglio, Julio Premat, Alberto Giordano y Graciela Montaldo, entre otros escritores y críticos literarios. “El tamaño de la importancia de un escritor en una literatura se mide por el tamaño de problemas que su obra genera. Saer viene generando un montón de problemas en la literatura argentina desde hace cincuenta años, concentrados sobre todo en cómo narrar la percepción y en cómo narrar el presente. El único que le genera problemas a (César) Aira, el gran escritor argentino contemporáneo, es Saer. Aira escribe sobre Manuel Puig o sobre Osvaldo Lamborghini unos ensayos extraordinarios porque no le generan ningún problema. Lo que escribe sobre Saer es un síntoma sobre los problemas que Saer le provoca a Aira. En esas discusiones podemos percibir los movimientos de la literatura”, esgrime Prieto.
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