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Lunes, 11 de agosto de 2008

CINE › EL PRóXIMO JUEVES SE ESTRENA UN NOVIO PARA MI MUJER

El humor en la incomunicación

Los protagonistas, Adrián Suar y Valeria Bertucelli, y el director, Juan Taratuto, (No sos vos, soy yo) explican el sentido de esta comedia que hace foco en conflictos afectivos, particularizados en una crisis matrimonial.

 Por Oscar Ranzani

Especialista en comedias. Ese parece ser –al menos hasta ahora– el rol que define a Juan Taratuto. Exponente de un cine argentino comercial, se dio a conocer hace cuatro años con No sos vos, soy yo y luego, en 2006, con ¿Quién dice que es fácil?. Su tercera película, Un novio para mi mujer (que se estrena el próximo jueves), sigue la veta de sus anteriores trabajos, en el sentido de reflejar en la pantalla grande situaciones vinculadas con relaciones afectivas. Para convertir en realidad su proyecto no convocó a Diego Peretti (como en las dos anteriores), sino al actor y exitoso productor Adrián Suar. El principal personaje femenino es encarnado por Valeria Bertucelli.

El nuevo film del joven cineasta plantea, en clave de humor, la conflictiva relación de pareja entre “El Tenso” (Suar) y “La Tana” (Bertucelli). El romance se ve borroneado por el malhumor de esta mujer, quien parece estar peleada con la vida y se queja de todo, hasta de los encendedores que no prenden y de los “buscadores de coincidencias”. El Tenso –que, en realidad, es el más dócil– no sabe qué hacer frente a esta situación que ya se torna insostenible. Quiere separarse, pero no se anima a planteárselo a su compañera. Hasta que un amigo le habla del “Cuervo Flores” (Gabriel “Puma” Goity), un hombre capaz de seducir, incluso, a la más santita. El Tenso decide contratar los servicios de este seductor profesional para quitársela de encima, pero las cosas no resultarán tan sencillas.

–Teniendo en cuenta que sus tres películas fueron comedias, ¿qué similitudes y diferencias encuentra entre las tres?

Juan Taratuto: –La temática que abordan son más o menos congruentes: tienen que ver con relaciones humanas, relaciones de parejas, dificultades afectivas. En cuanto a las diferencias, la primera, No sos vos, soy yo, trata sobre una ruptura más juvenil, una ruptura de un noviazgo. La segunda, ¿Quién dice que es fácil?, viene a ser como una segunda etapa que tiene que ver con el comienzo de una convivencia. Y Un novio para mi mujer aborda una temática más centrada en una crisis matrimonial, donde la ruptura pareciera ser más dolorosa o más definitiva.

–Muchas de las situaciones graciosas de la película parecen tomadas de la realidad con un grado de exageración que las conduce al absurdo.

Valeria Bertucelli: –Ese es el código de la película. Lo fuimos construyendo durante los ensayos y la filmación.

J. T.: –Fue un trabajo premeditado, no sé si de absurdo puntualmente, pero sí de situaciones reales llevadas al último extremo.

–¿Cuáles son los temas serios que se desprenden de la risa en Un novio para mi mujer?

V. B.: –Hay varios. Uno es tener que decirle a tu pareja con la cual conviviste mucho tiempo que realmente no querés estar más al lado de ella. Y la culpa que te produce eso. Más allá de que uno pueda tener la decisión tomada o no, la culpa está. Después, la película está llena de humor. Pero si tenés que mirar más seriamente, creo que eso es lo que siente el personaje de Adrián.

Adrián Suar: –El humor tiene que ver con la situación de querer conseguirle un novio o no poder enfrentar la escena trágica que es la fatídica: Me quiero separar. Ahí aparece el humor en el personaje de Vale, que también genera una situación de reconocimiento en cuanto a una persona que está insatisfecha consigo misma.

J. T.: –El tema serio que se desprende de la risa es la comprensión, la posibilidad de aceptación del otro. Hay una gran incomunicación que es el disparador de la película. El personaje asume un destino trágico y se mete en una situación de la que después intenta salir, pero el costo que trae eso es muy alto.

–Cuando La Tana se encuentra con el seductor busca arreglar sus cosas y muestra otra actitud. ¿Cuál es su verdadero carácter?

V. B.: –No es que busca arreglar las cosas con su pareja, sino que se empieza a sentir mejor ella. Es como cuando estás mal y no te sentís aceptado: eso genera una insatisfacción muy grossa, que es lo que le pasa a mi personaje. Y lo que le sucede cuando conoce al personaje del Puma no es que busque arreglar sus cosas, sino que se empieza a sentir como aceptada, más segura, mejor.

A. S.: –Lo que tiene la película es que, desde el punto de vista de La Tana, ella defiende una situación, mientras que mi personaje está como muy ahogado en el comienzo de la película. Y eso le genera una seguidilla de cosas que termina aceptando y tomando al vuelo: la idea de conseguirle una persona.

–¿El Tenso es un cobarde?

V. B.: –Sí, es un cobarde. (Risas.)

A. S.: –Tenso es un aventurero. Pero sí es un cobarde.

V. B.: –Pero uno puede querer y elegir después a un cobarde, igual. De hecho, su mujer lo acepta y lo quiere.

J. T.: –Es un incapacitado emocionalmente.

A. S.: –¿Algo más? (Risas.)

J. T.: –Es un personaje que intenta de una manera fantasiosa solucionar algo que no tiene otra solución posible que el diálogo.

–¿Cómo buscaron construir sus personajes?

V. B.: –Me pasó que cuando leí el guión, enseguida imaginé cuál era el tono. Todo estaba muy claro: las situaciones, cómo estaba pintado el personaje, la manera de hablar, el vocabulario.

A. S.: –Hubo también una química con Vale y con Juan y entendimos perfectamente cuál era la situación y el conflicto de la película.

–Juan, ¿cuáles fueron las pautas, entonces?

J. T.: –Trabajamos mucho sobre gente que conocíamos o momentos que cada uno ha atravesado. Lo rico de los personajes es que tienen componentes muy reconocibles. Pero básicamente consistió en confiar en el texto, en la estructura de la película y después en buscar sutilezas.

–Si bien le dicen “El Tenso”, tiene un carácter bastante dócil. ¿Es todo lo contrario de “La Tana”, en principio?

A. S.: –No sé si es la contracara. Creo que en ese sentido, la película va mutando. Parece así, pero después toma un giro y reivindica mucho al personaje que interpreta Valeria. Ella se muestra más honesta cuando cuenta qué es lo que le pasa. Y, a la vez, lo “desnuda” a él y lo deja en una situación fea.

–¿Influye el hecho de que no tengan hijos en la actitud que ambos toman frente a la vida?

J. T.: –El no tener un hijo hace que las decisiones sean más sencillas, en un punto, y las resoluciones de los personajes tienen menos costo. Para una pareja con hijo, tomar la decisión de separarse no es igual. Esa liviandad que parecería tener El Tenso para sacársela de encima, si hubiese un hijo de por medio, sería otra película.

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Juan Taratuto, Valeria Bertucelli y Adrián Suar.
Imagen: Pablo Piovano
 
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