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Jueves, 13 de octubre de 2011

CINE › PINO SOLANAS ESTRENA TIERRA SUBLEVADA II - ORO NEGRO

“Hay que empezar a perforar”

Como en Oro impuro, el cineasta y diputado nacional investiga los procesos de privatización y sobreexplotación de los recursos naturales argentinos, con graves consecuencias. “Menem les entregó todo el manejo a las petroleras”, afirma.

 Por Diego Braude

En la sexta y última entrega de la serie de films que conforman Crónicas de la Causa Sur y que se inició con Memorias del saqueo en 2004, Fernando “Pino” Solanas se detiene en la historia petrolera del país. Oro negro es, a su vez, la segunda parte de Tierra sublevada, un díptico dedicado a los recursos naturales de la Argentina: su importancia ecológica, económica y estratégica, así como los procesos de privatización, corrupción y sobreexplotación a los que se han visto expuestos. El documental, que viene de cerrar la Jornada de Autores del Festival de Venecia –donde Solanas además recibió el premio Bisato D’Oro–, se estrena hoy.

Como en la primera parte –Oro impuro, 2009–, donde el director y diputado nacional por Proyecto Sur centraba su mirada sobre la megaminería, Solanas ubica en los ’90 del menemismo una época clave y un punto de inflexión negativo para el petróleo y el gas –el otro eje energético de Tierra sublevada II– en la Argentina. Apoyándose como contrapunto en la épica original del general Enrique Mosconi –ideólogo y primer director de YPF, primera petrolera estatal del mundo– y, en el otro extremo temporal, en los ex trabajadores de la ahora Repsol YPF –su resistencia en los ’90, el esfuerzo por reconstruir el tejido social de sus pueblos y la militancia por la recuperación nacional de los recursos naturales–, Solanas vuelve a investigar las graves consecuencias de las acciones de la administración menemista y el estado de situación actual.

–¿Cuánto tiempo tomó la investigación?

–Este es un tema que yo conozco mucho, estuve desde mi juventud ligado a la energía. En algún momento lo cuento: fui secretario privado del ingeniero Canessa, presidente de Gas del Estado en el año ’58, que había sido el primer presidente de Gas del Estado en el año ’47. En el año 2002, yo fundé el Moreno (Movimiento por la Recuperación de la Energía Nacional Orientadora)... He terminado siendo presidente de la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados, en reconocimiento a todo lo que he venido haciendo por la recuperación de la energía nacional. Después, para la película, hice varios viajes.

–¿Cómo encontró a los personajes?

–Fui a los principales lugares. Empecé por Plaza Huincul, en Neuquén, y por Yacimiento Norte (en Tartagal, Salta), y ahí fui encontrando personajes. Vas al encuentro de los ex trabajadores de YPF, antes de salir ya te informás muy bien de quién hay allá, quién está, y uno te va llevando al otro. Por supuesto, la película es el filtro de un trabajo de cien horas de material. Hay ocho personajes centrales –y un noveno que no tiene número, que es Mosconi–, pero además hay veinte secundarios; es un largo viaje, es todo un mundo.

–Desde el aspecto legal, ¿cuáles son las normas que las petroleras deberían cumplir y no cumplen?

–Una es la defensa del medio ambiente. Aparte, hay una alta defraudación fiscal en la industria petrolera porque no hay control. Creo que la Argentina es el único país del mundo que les permite a los privados el ciclo completo de la industria petrolera, entonces es muy difícil controlarlos.

–¿Y cuál sería una solución?

–Hoy en día, es la creación de Yacimientos Petrolíferos Federales, una gran petrolera federal donde participen las provincias con la Nación; la Nación pone el dinero asociada con las provincias. Hay que empezar a perforar. El mayor negocio del mundo es la extracción de petróleo.

–Por otro lado, también está lo que plantea en la película Víctor Bravo, investigador de la Fundación Bariloche, de conciencia hacia adelante...

–El hace un llamado al cambio cultural. En primer lugar, las tecnologías no están tan desarrolladas como para poder reemplazar al combustible como generador de energía. El 87 por ciento de la energía eléctrica se produce quemando gas y fuel oil, una monstruosidad.

–En Brasil y Holanda habían estado hace un par de años experimentando quemar basura para utilizar el gas metano producido como generador de energía.

–Eso es incipiente. La energía eólica, la mareomotriz, la biomasa –que sería esa que menciona–, la solar: sus desarrollos están avanzando, pero están lejos de poder satisfacer el reemplazo de la otra. Por eso, Bravo dice que en los próximos treinta o cuarenta años vamos a tener que seguir así, así que hagamos economía. Una gran salida es una acción cultural, educacional, que sea la fuerza interna familiar la que impide el derroche de energía y que recicla la basura. Y la creación de transportes públicos no contaminantes; acá, el 95 por ciento del transporte de mercaderías y de personas es con camiones, autobuses o autos. Menem suprimió los trenes y ningún gobierno hasta Kirchner hizo nada para reconstruir la red ferroviaria.

–Menciona la falta de control y de auditorías. ¿Se puede decir que no se tiene noción de qué es lo que han hecho, deshecho o dejado de hacer las petroleras?

–Menem les entregó todo a ellos, el manejo total.

–Normativamente, ¿dejó algo fácilmente modificable o un enjambre?

–Es que no sabe lo que han hecho... Nosotros tenemos un proyecto de ley para hacer una auditoría de reservas entre la Nación y las provincias, que lo financie la Nación, pero no conseguimos quórum. Vivimos en un país donde la clase dirigente le da la espalda al manejo de los recursos estratégicos. Todavía más escandaloso es con el mar, el Atlántico Sur, la mayor reserva alimentaria y de hidrocarburos; además de la depredación ambiental, se lo llevan todo las flotas extranjeras...

–¿Cuál es el objetivo de la película?

–No hay un solo objetivo, hay varios. Uno es descubrir una temática del país, que exista imagen, así después hay un parámetro para saber interpretar qué es el petróleo. Estas películas tienden a crear imagen desde nosotros con otra perspectiva que el verso oficial que es el silencio, que es que no se entere nadie de esto. Otro objetivo es una historia humana fuerte de gente muy apasionada en defensa de lo nuestro, y muy digna y ética, y eso a mí me parece emocionante. Cada uno de estos personajes podría ser un largometraje.

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“Desde mi juventud he estado ligado a la energía”, recuerda Fernando “Pino” Solanas.
Imagen: Leandro Teysseire
 
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