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Jueves, 2 de noviembre de 2006

CINE › “NADIE SABE”, NOTABLE FILM DE HIROKAZU KORE-EDA

Una pequeña utopía infantil

El director japonés recreó ficcionalmente una historia real: la de unos niños que vivieron solos en un departamento de Tokio por más de seis meses. La mirada trasciende la mera denuncia social.

 Por Luciano Monteagudo

El espectador porteño tuvo su primer contacto con el director japonés Hirokazu Kore-eda allá por 1999, cuando ganó la competencia del primer, ya lejano Bafici con su segundo largometraje, After Life. Y ahora, dos años después de haber sido premiada en Cannes, llega –únicamente a dos salas de Buenos Aires, en dvd en pantalla ampliada– Nadie sabe, un film de una belleza muy singular, que confirma a Kore-eda como uno de los cineastas japoneses más valiosos a la hora de trazar el mapa del nuevo cine asiático.

Nacido en Tokio en 1962, Kore-eda pertenece aproximadamente a la misma generación de Naomi Kawase y Kiyoshi Kurosawa (dos cineastas bien conocidos por los cinéfilos locales a través del Festival de Buenos Aires) y comenzó trabajando en el campo del documental, lo que explica en parte la inmediatez de registro y la naturalidad que supo extraer de sus actores no profesionales, un grupo de cuatro chicos entre 12 y 5 años. La historia de su película, a su vez, proviene de un hecho real, que conoció a través de los diarios (“Los chicos abandonados de Nishi-Sugamo” los llamaban en los titulares) y que le atrajo particularmente, hasta que decidió recrearlo en una ficción: unos niños que vivieron absolutamente solos en un departamento de Tokio por más de seis meses, sin que ningún adulto reparara en su presencia. O en su ausencia.

Lo que plantea el film de Kore-eda va más allá de la típica historia de la niñez abandonada. Hay algo en Nadie sabe que trasciende la mera denuncia social para poner el acento en cambio en una suerte de pequeña utopía infantil, que el film transmite de una manera muy calma y, al mismo tiempo, muy poderosa. El director tampoco se ocupa de repartir culpas: la madre, por razones que la película se cuida muy bien de explicar, ha tenido sin duda una vida difícil y carga con cuatro hijos de distintos padres. Ninguno va al colegio y tres de ellos están de polizones en un departamento cuyo propietario –como muchos en Tokio, según deja inferir la película– no estima demasiado a los niños, porque se supone que son ruidosos y molestan a los otros inquilinos. Después de varias ausencias prolongadas, la madre un día deja el departamento a cargo de Akira, el hijo mayor, aparentemente con la idea de formar otra pareja y de volver más adelante a buscarlos. Pero los días pasan, las estaciones –siempre tan importantes en el concepción del tiempo que tienen los japoneses– van cambiando y los dos varones y las dos nenas deben arreglarse solos, sin la ayuda de nadie, salvo algunos pocos adolescentes, que llegan a conocer la situación y no les parece que tenga algún sentido pedir el auxilio de los adultos.

La falta de agua corriente, de gas, de electricidad, y aun de comida van dejando paulatinamente de ser un problema sin solución. De una u otra manera, los chicos se las ingenian para sobrevivir y van formando lazos cada vez más fuertes entre ellos. No reniegan del mundo exterior, pero sí del mundo adulto, del que están seguros que no tiene nada para ofrecerles, salvo una amable indiferencia. Lo notable del film de Kore-eda es la manera en que consigue narrar su historia, con una sensibilidad que no tiene nada de sentimentalismo o de sensiblería, como si se hubiera dejado guiar en su tono –seco, lacónico, preciso– por el de sus pequeños actores, que van madurando frente a la cámara, que los va esculpiendo en el tiempo. El film los ve crecer, asumir sus responsabilidades y organizarse –anárquica pero eficazmente– para resolver sus necesidades básicas. Y en ese devenir (no exento de situaciones trágicas) encuentra una poética capaz de expresar otro mundo posible.

8-NADIE SABE

Daremo shirinai. Japón, 2004.

Dirección, guión, producción y montaje: Hirokazu Kore-eda.

Fotografía: Yamazaki Yutaka.

Música: Gontiti.

Intérpretes: Yuya Yagira, Ayu Kitaura, Hiei Kimura, Momoko Shimizu, Hanae Kan.

Estreno en DVD únicamente en el Cosmos y Arteplex Belgrano.

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Kore-eda trabajó con actores no profesionales, con excelente resultado.
 
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