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Jueves, 2 de agosto de 2007

CINE › “EL REGRESO DEL TODOPODEROSO”, CON STEVE CARELL

Escaparle como al diluvio

 Por Horacio Bernades

3

EL REGRESO DEL TODOPODEROSO
(Evan Almighty), EE.UU., 2007.

Dirección: Tom Shadyac.
Guión: Steve Oedekerk.
Intérpretes: Steve Carell, Morgan Freeman, Lauren Graham, John Goodman y Wanda Sykes.

¿Secuela, spin-off o transferencia de responsabilidades, por fuga del principal accionista? Sea lo que sea, está claro que El regreso del Todopoderoso representa una superación con respecto a su precedente, Todopoderoso, estrenada aquí cuatro años atrás. Siempre y cuando se le atribuya a la palabra “superación” el mero sentido de “ir uno o varios pasos más allá” que la anterior. Efectivamente, si en Todopoderoso Dios ofrecía a una de sus criaturas remplazarlo por unos días, como forma de darle una lección moral, aquí encarga a otra de sus criaturas que se convierta en Noé y construya una nueva Arca de la Alianza. No lo hace como homenaje a una película de animación argentina casi homónima, sino para recordarle a la humanidad descarriada Quién manda aquí todavía, por mucho que el mundo moderno prefiera no darse por enterado.

Que Jim Carrey haya huido del proyecto en cuanto se enteró de qué iba (lo cual levanta su imagen unos cuantos puntos) vuelve a El regreso del Todopoderoso algo muy parecido a la fuga de Fernando de la Rúa y posteriores pases de pelota entre distintos sucesores. Al que le cayó el balón en este caso es a Steve Carell, cómico también proveniente de Saturday Night Live (como Carrey), que a partir de la superexitosa Virgen a los 40 años pasó a primera. En el momento del estreno de esa película, el cronista lo halló parecido al comisario Patti. Ahora daría la impresión de asemejarse más a Nicolas Sarkozy. En cualquier caso, muy gracioso no es. Carell era, en Todopoderoso, el principal rival de Carrey en una cadena televisiva, por lo cual ahora resulta más o menos lógico que en su nuevo descenso el Señor apunte el dedo sobre él, que acaba de ser elegido senador nacional.

Como se viene un nuevo diluvio universal, dispuesto todo el mundo sabe por Quién, Dios (a quien vuelve a encarnar un Morgan Freeman siempre vestido de blanco) encarga al personaje de Carell que construya el Arca, y hasta le provee la madera para hacerlo. Como ya nadie cree en la existencia del personaje encarnado por Freeman (debe reconocerse la audacia de haber creado un Dios negro, motivo por el cual ni esta película ni la anterior pueden estrenarse en países árabes), al flamante senador le costará un perú creer en el encargo, y hacérselo creer después al resto de sus congéneres. Pero ya comprobará que con un poco de fe, todo es posible. Tan panfletaria que parecería bancada por algún lobby evangelista (los católicos recalcitrantes ya están retirados de esta clase de cosas), El regreso del Todopoderoso se muerde la cola a sí misma, ya que una comedia parroquial es algo tan coherente como una sátira antibélica subsidiada por las Fuerzas Armadas.

Con chistes que la hacen más o menos llevadera al comienzo (la insistencia con que incontables parejas de animales siguen al protagonista es particularmente divertida), a partir del momento en que Evan “se convierte” El regreso... se asemeja cada vez más a la visita dominical de un vendedor pentecostal. Ni qué decir cuando Carell se transforma en Noé, con larga barba blanca y todo, y comienza a arengar al prójimo...

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