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Jueves, 1 de noviembre de 2007

CINE › “EL SOSPECHOSO”, DE GAVIN HOOD

La abducción como práctica política

A partir de un hecho real, el film de Hood denuncia el accionar de la CIA post 9/11.

 Por Horacio Bernades

En 2003, el ciudadano alemán de origen kuwaití Khalid el Masri fue abducido por agentes de la CIA, drogado y trasladado a un centro de detención ubicado en Afganistán, bajo la presunción de que se trataría de un terrorista internacional. Tras cinco meses de tortura, los secuestradores llegaron a la conclusión de que se habían equivocado de persona, procediendo a su liberación. El sospechoso se inspira en ese caso, debiendo su título original (Rendition) al eufemismo con que se designa esta práctica ilegal –extraordinary rendition o “entrega extraordinaria”– que los servicios secretos estadounidenses llevan a cabo con regularidad, desde el momento en que su gobierno declaró la guerra al “terrorismo internacional”. Ya el año pasado, El camino de Guantánamo había dado cuenta de un episodio semejante.

El Masri pasa a ser aquí Anwar el Ibrahimi (Omar Metwally), un ingeniero químico de origen egipcio, largamente radicado en Estados Unidos, que en cuanto baja de un avión en Washington resulta secuestrado por fuerzas de seguridad. Es el inicio de una pesadilla que, si no fuera demasiado real, se diría propia de un episodio de Dimensión desconocida. Con ese secuestro como nudo central, el guión de El sospechoso, escrito por Kelley Sane, se despliega en un ramillete de historias. Por un lado, el estallido de una bomba en un país del norte de Africa, que obliga a un joven analista de la CIA (Jake Gylenhaal) a asumir tareas más pesadas que las que suele desempeñar. Esa bomba tenía por destinatario al jefe de policía que terminará torturando a Ibrahimi, y detrás de ella están su hija y el novio de ésta, militante musulmán. Al mismo tiempo, en Chicago y con un embarazo de varios meses, Isabella el Ibrahimi (Reese Witherspoon, confirmando que en papeles dramáticos puede ser tan convincente como en comedias) sale a investigar la desaparición de su marido. Logra llegar primero hasta un encumbrado senador (Alan Arkin) y finalmente hasta la propia jefa del Departamento Antiterrorista de la CIA (Meryl Streep), que es quien autorizó la desaparición, extradición ilegal e interrogatorio de Ibrahimi.

El sospechoso coincide con Michael Clayton en tres cosas: la idea del enemigo interno, la sugerencia de que las mujeres poderosas no tienen por qué ser más derechas y humanas que los hombres y un happy end que no suena del todo creíble. En cuanto a la estructura de puzzle, recuerda más bien la de Syriana, otro thriller político vinculado con la cuestión árabe. Transparente puesta en escena de la idea misma de globalización, el relato zappea de Ciudad del Cabo a Chicago, de Chicago a Washington y de Washington al norte africano, mostrando hasta qué punto todo está cada vez más interconectado. Como suele suceder en esta clase de películas, algunas subtramas (la de la chica árabe y su novio, por ejemplo) parecen menos justificadas por su interés dramático que por el carácter de bisagra que el entramado general les asigna. En el último acto se descubrirá que no todas esas historias eran tan simultáneas como parecía. Lo cual no altera el sentido general del puzzle, quedando como un gesto tan ostentoso como prescindible.

Filmando de nuevo en formato scope y estilizando luz y color con ayuda del talentoso Dion Bebee, en su debut hollywoodense el realizador sudafricano Gavin Hood confirma la sofisticación técnica que la anterior Mi nombre es Tsotsi (Oscar 2006 al Mejor Film Extranjero) dejaba ver. Políticamente irreprochable, Mr. Hood no repite aquí la dudosa ética dramática que en Tsotsi lo llevaba a jugar con la suerte de un bebé, secuestrado por un muy pesado chico de la calle. En este caso, las escenas de tortura no suenan a golpes por debajo del cinturón sino a simple imposición de la funcionalidad narrativa. Funcionalidad narrativa que es la principal virtud y, a la vez, la mayor limitación de una película que, por lo demás, no agrega demasiado a lo que el espectador sabía de antemano.

6-EL SOSPECHOSO

(Rendition) EE.UU., 2007.

Dirección: Gavin Hood.

Guión: Kelley Sane.

Intérpretes: Reese Witherspoon, Jake Gylenhaal, Meryl Streep, Alan Arkin, Omar Metwally y Peter Sarsgaard.

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Meryl Streep es la directora de la CIA que ordena los secuestros preventivos.
 
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