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Martes, 13 de junio de 2006

PLASTICA › ENSAYO FOTOGRAFICO DE NORA DOBARRO EN LA GALERIA RUTH BENZACAR

Puertas de entrada al arte

El particular fenómeno de estética popular urbana que una artista argentina registró en el relevamiento fotográfico de las puertas de la ciudad bahiana de Feira de Santana.

 Por Fabián Lebenglik

Hace tres años, por invitación de un artista amigo, Nora Dobarro visitó la ciudad de Feira de Santana en el Nordeste brasileño. Se trata de una de las ciudades más importantes del estado de Bahía, a 100 kilómetros de Salvador, con una población de 500 mil habitantes. La ciudad está situada en una planicie semiárida, sin salida al mar y no integra ninguno de los promocionados itinerarios turísticos del Brasil.

Como explica el arquitecto y artista plástico Juraci Dórea, nacido en esa ciudad, “durante las tres últimas décadas grandes contingentes poblacionales llegaron desde el campo a Feira de Santana, en la búsqueda de mejores condiciones de vida. Las consecuencias más inmediatas producto de ese fenómeno nacional de desplazamiento hacia los grandes centros urbanos fueron la desorganización ciudadana y el aumento de los índices de violencia, aspectos que crearon en las personas una creciente sensación de inseguridad que los llevó a exigir nuevas soluciones a los arquitectos y constructores”.

De modo que cuando Nora Dobarro llegó a la ciudad quedó sorprendida por el fenómeno estético que produce la enorme cantidad de puertas y portones de hierro –construidos por cuestiones de seguridad– en los que se combina el arte africano y el arte concreto, matizado con el kitsch.

“Inmediatamente asocié las formas y colores de esas puertas y portones –cuenta Dobarro– con las máscaras y escudos africanos de donde genéticamente proviene una parte importante de su población. El arte africano privilegia las formas sin analogías con la naturaleza, su síntesis, su planimetría y falta de perspectiva, con uso de colores puros y eso se expandió a principios del siglo XX en Europa y originó la estética del movimiento de arte concreto, participando del desarrollo del cubismo y, por lo tanto, del surgimiento de la ‘otra’ mirada, la de Mondrian y Picasso.”

En el primer viaje la artista tomó algunas fotografías (donde se ven grandes portones de un taller mecánico que parecen inspirados por Mondrian) que ya anunciaban en parte su próxima investigación. Una de esas fotos –titulada Mondrian en la calle– fue seleccionada en el Salón Chandon que se llevó a cabo el año pasado en el Museo Timoteo Navarro de Tucumán.

En diálogo con la artista, Página/12 la consultó sobre su investigación fotográfica.

“En mayo del 2004 –explica Dobarro–, luego de una muestra antológica en Buenos Aires que consideré bisagra para mi práctica artística, Techo nuevo - Viejas paredes, dispuse de una semana para llegar nuevamente a Feira de Santana, teniendo definida la investigación dentro de mi campo de obra y el sentido del nombre de Arte Concreto en la Calle. Desde entonces, en cuatro viajes más tomé alrededor de 800 fotografías, convirtiéndose de a poco este trabajo en un aporte para la construcción de identidad, con la recuperación de iconos culturales de estos emblemas elegidos por la gente para las puertas y portones de sus casas.”

–¿También tomó testimonios de los vecinos?

–El mío es un trabajo de investigación fotográfica y audiovisual que incluye reportajes. Allí apareció, en la mayoría de los entrevistados, vecinos, herreros y artistas, un sentimiento de pertenencia que no existía anteriormente porque a la ciudad se la vivía transitoriamente como “de paso”, por las características de su creación urbana.

–Hay todo un arco de sentidos asociados entre la ciudad de paso y la estética de las puertas y portones de las casas particulares.

–El mapa de Feira de Santana, su dibujo, es un círculo en donde existen decenas de puertas de este tipo: esto parecería corroborar la sensación de entrada y salida de lugar, pero también, por su figura geométrica circular, es como un intento de fijación y de atención especial. Otra de las características que me atrajo es su segundo nombre: a la ciudad se la llama Princesa do Sertâo y Portâo do Sertâo, en donde se encuentra contenida la palabra puerta. Pero lo que para mí indica la resistencia de los entrevistados a esa caracterización de “ciudad de paso” estaría dado por la necesidad de atraer la mirada hacia el diseño de las puertas y portones de sus casas. Si bien comenzaron colocándolas como consecuencia de un repliegue hacia el interior del hogar por la seguridad, hoy es un fenómeno cultural, por la calidad estética adquirida y desarrollada en sus diversos barrios, sin diferencias de clases sociales, como símbolos similares a los antiguos escudos o máscaras, sirviendo de protección y de presentación personal, pero distinguiéndose de su utilización como reja común.

–¿Cuál es el objetivo del proyecto Arte Concreto en la Calle?

–El objetivo es intentar lograr un cambio en la valoración cultural de la mirada hacia la ciudad de Feira de Santana, colaborando en la construcción de su identidad y en la conciencia de ésta por sus ciudadanos, a través de la difusión y distribución en espacios de arte y educativos y de la publicación de un libro. Deseo también a nivel conceptual continuar el debate vigente de que el origen del arte concreto, como ya ha sido dicho, pertenece al continente africano y que en este caso de cultura popular se evidencia. Mi formación como artista visual se encontró capturada por este fenómeno estético de Arte Concreto aplicado, con el uso de los signos que esta estética contiene desde su inicio y la vigencia en Argentina y en Brasil. El espíritu de los diseños de puertas y portones, en muchos casos realizados en viviendas muy humildes, no lo he observado en la arquitectura de sus casas, en su mayoría de líneas simples. Pero el pasaje de la privacidad a la calle sí lo tiene y los portones no están hechos sólo para protegerse sino para adornarse y presentarse al “otro”, como símbolos de protección análogos a los de las máscaras de antiguos rituales. Su lugar geográfico y su ausencia de turismo convencional es uno de los factores que permiten este poscolonialismo sin dependencias ni influencias para la práctica y conservación de sus culturas, tanto indígenas como africanas, prevaleciendo los códigos formales y prácticos de su comunidad original.

–¿Cuáles son los próximos pasos para difundir su proyecto?

–La exposición que estoy presentando en la galería Ruth Benzacar sigue hasta el 17 de junio. Fui invitada para la próxima conmemoración del aniversario de la ciudad de Feira de Santana, el 18 de septiembre próximo, como parte de la realización de varios eventos. Allí propongo hacer un mural fotográfico con fotos aportadas por los vecinos. En marzo del 2007 inauguro en el Centro Cultural Recoleta la presentación audiovisual del Proyecto Arte Concreto en la Calle, con la inclusión de videos documentales de los herreros y sus talleres y de cinco videos individuales de artistas de Feira de Santana, cuyo eje temático conceptual es la relación entre su trabajo y la ciudad donde viven. Ellos son los artistas plásticos Juraci Dórea, Antonio Brasilero, Maristela Ribeiro, Jorge Galeano y el poeta Roberval Pereyra, de los cuales presento también sus trabajos en tomas fotográficas, acentuando el carácter documental de toda la muestra en donde exhibiré los textos del libro y el contexto de Feira de Santana.

(En la galería Ruth Benzacar, Florida 1000, hasta el 17 de junio.)

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Uno de los portones “concretos” de Feira de Santana, fotografiado por Nora Dobarro.
 
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