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Martes, 11 de agosto de 2015

PLASTICA › ENTREVISTA A LA ARQUITECTA LILIANA PIñEIRO

Para pensar el país y la región

La Casa Nacional del Bicentenario, creada por el Ministerio de Cultura de la Nación, cumplió cinco años durante los cuales realizó muestras para reflexionar sobre la identidad argentina y regional. Entrevista a su directora.

 Por Fabián Lebenglik

Carrito (1990), de Liliana Maresca, en Economía y política.

–Su gestión empezó con la misma creación de la Casa del Bicentenario.

–Al dejar la Dirección General del Centro Cultural Recoleta, en diciembre de 2007, recibí la propuesta de dirigir “la Casa” (como me gusta llamarla) de Riobamba 985. Fue un apasionante desafío y la oportunidad de contribuir al diseño y creación de un nuevo espacio cultural desde su inicio, definir su programa de actividades, su organigrama, presupuesto... en definitiva: su propuesta de gestión. Además, como arquitecta me transformé durante los primeros tiempos, en comitente y fui solicitando a los arquitectos, que desde el área de infraestructura de la entonces Secretaría de Cultura, estaban a cargo de su remodelación, modificaciones en el proyecto arquitectónico a fin de ajustar el edificio a las actividades que nos proponíamos desarrollar en él.

–¿Cuál es el eje de la actividad de “la Casa”?

–Lo que articula la actividad son las exposiciones, que van acompañadas de ciclos de cine, música, teatro, danza, cursos, conferencias y debates. Y están dedicadas a temas claves de la historia y la cultura de la sociedad argentina, las exhibiciones abordan temas que invitan y contribuyen a conocer, interrogar y debatir acerca la historia política, social, artística y cultural de nuestro país.

–¿Cómo se organiza cada muestra?

–Las exposiciones están basadas en investigaciones llevadas adelante por académicos que convocamos especialmente para cada proyecto. Son producidas íntegramente por el equipo de profesionales de la Casa en base a los resultados de esta investigación, y son concebidas con un singular modelo expositivo donde planteamos el cruce permanente de diferentes disciplinas artísticas, diseñando un guión en el que se entrelazan textos, material de archivo, objetos, documentos, producción audiovisual y sobre todo obras de arte argentino. La inclusión de obras producidas por artistas argentinos enriquece el recorrido de estas exposiciones que no son de arte, incluyéndolo. Es además una oportunidad para la difusión y promoción del patrimonio artístico y para provocar el acercamiento del arte con públicos que no siempre están familiarizados con él. Creemos que dar a conocer la producción de nuestros artistas es una manera más de hablar de nuestra identidad.

–En un recuento, ¿cuáles son las principales exposiciones de estos años?

–Hemos realizado exposiciones que dan cuenta de la historia de la música, del trabajo, de la economía, del amor, las mujeres, el arte y, también, el homenaje a algunas personalidades significativas de nuestra cultura, como Mercedes Sosa, Leonardo Favio y Leopoldo Marechal.

–¿Quiénes fueron los curadores y qué artistas fueron incluidos en las muestras?

–Muchas veces trabajamos con curadores invitados como Clelia Taricco, Valeria González, Diana Weschler, Eduardo Stupía, Andrés Duprat, con quienes fuimos asumiendo este desafío curatorial y expositivo, de pensar las exposiciones no desde una curaduría tradicional sino desde un permanente trabajo en equipo con los asesores, los artistas y el equipo de la Casa. En estas exposiciones pudimos exhibir obras de Liliana Maresca, Luis Freitzav, Feliciano Centurión, León Ferrari, Antonio Berni, que pocas veces están en contacto con el público fuera del ámbito de los museos. Hemos convocado artistas para realizar instalaciones site-specific, tal el caso de Patricio Larrambebere, Diana Schuffer, Diana Aisemberg, Augusto Zanella, por citar algunos ejemplos, contribuyendo desde el lenguaje de cada uno de ellos a profundizar en la reflexión que proponen las exposiciones.

–¿De qué colecciones toman las obras?

–Me interesa especialmente que la Casa difunda el patrimonio artístico que atesoran y preservan los museos, coleccionistas y otras instituciones del país, porque es un patrimonio que no siempre tiene la oportunidad de ser exhibido, por lo tanto incorporamos muchas de sus obras en nuestros relatos curatoriales. En ese sentido realizamos la exposición que denominamos “Microrrelatos en las colecciones de arte”, donde se organizaron relatos en imágenes a partir de dos colecciones, la colección del Palais de Glace y la colección del Fondo Nacional de las Artes, dos instituciones con un muy valioso patrimonio artístico, el Palais, lo va constituyendo a partir de la incorporación de los premios que otorga el Salón Nacional y el FNA a través de su programa de adquisiciones.

–¿En qué consiste la exposición que presenta la Casa en estos días y cuáles son las próximas?

–En este momento estamos exhibiendo un exhaustivo panorama de la pintura argentina, el resultado del Salón Nacional de Pintura 2015, que organiza anualmente la Fundación del Banco Nación, pudiendo ver unas setenta obras distribuidas en dos pisos de la Casa. En el mes de septiembre inauguraremos una nueva experiencia de cruce entre colecciones de arte, esta vez sumando a las colecciones del Palais de Glace y del Fondo Nacional de las Artes, la de la Cancillería Argentina, la del Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson de San Juan y la del Muntref. Son cinco colecciones que se entrelazarán y dialogarán en dos pisos de la Casa del Bicentenario. Y a fin de noviembre esta exposición se completará con otra que se inaugurará en San Juan en el Museo Franklin Rawson. Será una nueva oportunidad de poner en contacto con el público en, San Juan y en Buenos Aires, las valiosas obras de cinco colecciones nacionales. En este sentido, como el proyecto de la Casa es federal, hemos adaptado seis exposiciones para su itinerancia por el país: ya hemos realizado unas cincuenta experiencias en distintos espacios. Y además las exposiciones se completan con un proyecto editorial mediante la edición de catálogos que reúnen la totalidad del material exhibido.

–Ya fuera del tema de la Casa, ¿por qué se presentó al concurso para dirigir el Museo Nacional de Bellas Artes y qué proyecto presentó?

–Me pareció importante presentarme al concurso para la dirección ejecutiva del Museo Nacional de Bellas Artes: sería un nuevo desafío en mi carrera, por su valiosísimo patrimonio y a la vez de una enorme responsabilidad con la comunidad. Es un concurso celebrado por todos. Los nombres de quienes estamos concursando han circulado informalmente y dan cuenta de que se trata de personas muy comprometidas con el arte y la gestión cultural. Por mi parte elaboré un proyecto de gestión desde mi experiencia en la conducción de dos espacios culturales y muchos años de desempeño en la administración pública.

Instalación de Patricio Larrambebere para la muestra Economía y política en 2011.

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