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Miércoles, 12 de abril de 2006

DISCOS

Lanzamientos

8-SUPER COLOSSAL
Joe Satriani Sony BMG
De los guitar heroes en actividad, Satriani –un tipo siempre más cercano a la efectividad que al efectismo– tiene un atractivo extra. Super colossal confirma esa capacidad para honrar todos los recursos de un guitarrista hipervirtuoso, sin por ello alejarse de los oídos de un público ajeno al ghetto. Momentos como el demoledor track de apertura Super colossal, pero también las curiosas mutaciones rítmicas de Just like lightnin’ o la épica Redshift riders, lo demuestran. Y el arsenal de recursos tímbricos y melódicos del pelado es ciertamente asombroso. E. F.

9-COLLECTED
Massive Attack EMI
En primera instancia, parece otro ejemplo de ese viejísimo truquito de la recopilación. Pero Collected es más que una ensalada oportunista del grupo de Bristol: en el disco integrado por tracks de Blue lines, Protection, Mezzanine y 100th. window aparece un nuevo single (Live with me), y hay otro CD con lados B y rarezas, otro paquete de canciones melancólicas, oscuras, por momentos inquietantes, que elude las obviedades del trip hop y se interna en un terreno personalísimo, que sólo Robert “3-D” del Naja conoce al dedillo. Es Massive Attack: está asegurado. E. F.

8-LOVE, LOVE
Julian Priester ECM, 1974
Hace un poco más de tres décadas, el entonces nuevo sello ECM publicó uno de los discos más extraños de su catálogo. Recién reeditada, esa fantasía neo-hippie, neo-free, neo-milesdavisiana y, sobre todo, llena de imaginación, demuestra su paradójica actualidad. El trombonista Julian Priester, junto a un grupo en que coexisten flautas y sintetizadores y donde descuella el guitarrista Bill Connors (integrante de Return to Forever junto a Chick Corea), logró una pieza de culto, final y felizmente resucitada. D.F.

7-MAX DE CASTRO
Idem Ultrapop
La música popular brasileña suele engendrar personajes como éste, es decir, inclasificables. Max de Castro parte, presuntamente, de los ejes fundantes de la canción de su país, pero a la segunda estrofa de Ciranda ao Redor da Galáxia se escapa de todos los bordes posibles de la convencionalidad. Músico de culto en su país, Max de Castro matiza el soul con la electrónica y el rock, para construir un disco tan deforme como interesante. Una suerte de carnaval psycho del siglo XXI, en definitiva. F.D.

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