A diferencia de las uruguayas, las murgas porteñas han transitado históricamente las calles de Buenos Aires, pero no han tenido tanto espacio ni en los estudios de grabación ni –consecuentemente– en las bateas. Parte de ese déficit se está subsanando en los últimos años, gracias al esfuerzo de un puñado de fanáticos con espíritu murguero. Uno de ellos es el baterista y agitador cultural Dani Buira, quien en 2006 motorizó el proyecto “Carnaval Porteño”. La iniciativa acaba de engendrar su segundo CD, una producción independiente que incluye una selección de murgas, clasificado a partir de la diversidad de estilos y de barrios de procedencia de sus intérpretes. Hay de todo: desde La Pasión que Faltaba (murga integrada mayoritariamente por adolescentes y niños de la Villa 24 de Barracas) hasta Los Viciosos de Almagro (una de las más tradicionales, fundada en 1950), pasando por Pasión Quemera (orgullo de Parque de los Patricios) y Gambeteando el Empedrado (agrupación gestada en un taller del Centro Cultural Rojas). Las hay murgas puristas de estilo porteño, otras más “rioplatenses”. Carnaval porteño Vol. 2 incluye un track extra en homenaje al cantor murguero José Luis Lagoa.