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Sábado, 19 de enero de 2013

TELEVISION › FEDERICO FELLINI, IMPERDIBLE DOBLE PROGRAMA EN EUROPA EUROPA

Un mentiroso dice la verdad

Para celebrar el aniversario del nacimiento del cineasta, la señal de cable emitirá Casanova, uno de sus films más oscuros, seguido por un documental digno de ver y dejar grabado: Federico Fellini: una autobiografía recuperada.

Por Horacio Bernades

“Usted lo que quiere es que yo diga cosas edificantes, tranquilizadoras, ¿no? Que les indique a los jóvenes realizadores qué camino deben seguir”, pesca al vuelo e ironiza el cincuentón de rostro cuadrado, vestido como un empleado bancario: saco de tweed, camisa, corbata, pantalón de franela. El hombre anónimo por excelencia. Sin embargo, de anónimo ese hombre no tiene nada. Es uno de los directores de cine más famosos del mundo, de los pocos que basta nombrarlos para que cualquiera sepa de qué se está hablando. Tan famoso y reconocido, de estilo tan identificable, que en la época de la entrevista (segunda mitad de los ’70), el habla común ya hace tiempo incorporó una palabra para definir todo aquello que parece salido de una de sus películas. “Es felliniano”, decía cualquiera por entonces para referirse a un rostro caricaturesco, a una señora de más de cien kilos, a un ser de aspecto lunar. En ocasión de cumplirse un nuevo aniversario de su nacimiento (Rímini, 20/1/20), en la trasnoche de hoy el canal Europa Europa emitirá una de sus películas más fúnebres y oscuras, Casanova, y a continuación –en el horario cultural de las 3 de la mañana, dirían Les Luthiers– el documental Federico Fellini: una autobiografía recuperada, poco y nada visto por aquí.

Producida por la RAI, dirigida (editada, más bien) por un señor Paquito del Bosco y estrenada en la TV italiana en 2000, Un autoritratto ritrovato recopila, durante poco más de una hora, fragmentos filmados desde fines de los ’50 hasta mediados de los ’70. Desde la preproducción de La dolce vita hasta las repercusiones de Amarcord, básicamente. Enteramente en blanco y negro, esta autobiografía o autorretrato (que en verdad no es ni autobiografía ni autorretrato) aprovecha el hecho de que Fellini fue, como Hitchcock, un adelantado del marketing, que no dudó en usar a los medios para popularizar su figura y difundir su obra. Y eso desde el comienzo. El film empieza con un fragmento de audio tomado de la radio, donde Federico habla, en 1952, de su ópera prima, El sheik. De allí en más lo hará en tele y noticieros, brindando entrevistas a periodistas amigos (así se presentan ellos, al menos) e incursionando en los protomaking-of.

Uno de esos making-of avant la léttre permite asistir, nada menos, a la preparación y rodaje de la escena más famosa en toda la obra de Fellini: la de La dolce vita en la que Anita Ekberg juguetea, como ondina nórdica (“una vikinga sueca”, trastrueca il giornalista) en la Fontana di Trevi. Todo preparadísimo, el periodista llega en medio del ensayo, con un doble de cuerpo de la Ekberg (pocas cosas más imposibles que ésa) y Federico no tiene problema en interrumpir el rodaje y concederle una minientrevista al borde de la fuente. Es sólo el comienzo de la cobertura mediática del film más célebre de Fellini. La RAI graba la famosa escena del Cristo llevado en helicóptero, frente a un público de curiosos (católicos o no). Habrá quien ingrese a la sala de montaje para cruzar un par de palabras con Federico referidas a su signo astrológico, y más tarde el mismo periodista “amigo” que lo encaró junto a la fontana charlará con él de balcón a balcón, en el Palais de la Croisette de Cannes donde se presenta la película.

“Estoy algo decepcionado”, confiesa el periodista. “Duermo en la habitación de al lado de Fellini, y aunque sus sueños son famosos, durante toda la noche no escuché nada raro.” “No dormí en toda la noche”, dice, bromea o miente Federico, desde el balcón vecino. “Mi madre me pregunta de dónde saqué esa idea de que de chico me fugué con un circo”, reconocerá más tarde, con su delicadísimo timbre de voz, el célebre fabulador (Fellini: Soy un mentiroso nato, se llama otro documental dedicado a él). Indicio de su megapopularidad en la época (más tarde, mucho público empezará a abandonarlo), en otra escena conectan en directo, desde el set de grabación del programa Canzonissima, con el de filmación de Satyricon. Allí, de pronto, la representación se vuelve perturbadoramente íntima. La conductora de Canzonissima es Mina, y Federico le susurra al movilero que le gustaría que Mina actúe en su película. “Pero es tan difícil ubicarla”, la manda al frente. “A ver cuándo podemos encontrarnos”, le dice a la diosa, que asiente con sonrisa tan afable como poco convincente.

Cosa curiosa, no hay entrevista en la que este mentiroso confeso no diga la verdad. Desde el minuto cero, Una autobiografía recuperada es una exposición completa del credo ético y estético de Fellini. “Con mi película no quise demostrar nada. Lo siento, pero no tengo ningún mensaje para dar. Para mí, el cine es un juguete maravilloso, y lo único que quise hacer fue divertirme. Divertir al espectador, si es posible.” Todo ese despliegue de autoconciencia, no en la madurez sino en el inicio, cuando acababa de terminar su primer largo, El sheik. “Si la película fuera un suceso enorme, si les gustara a todos, me preocuparía”, dirá más tarde. “Sólo pretendo que le guste a la cantidad de público suficiente como para poder seguir filmando.” Verdad + buen humor + sencillez + un gusto típico de narrador por las anécdotas estrambóticas o divertidísimas. La del productor que fingió un italianísimo suicidio, presuntamente por su culpa, simulando tomarse un frasco de tinta (“Me gustó tanto el gesto que quise que produjera la película”, dice Federico). La de la señora que se asoma a la ventanilla del Cadillac con un pedazo de oro aplicado en la nariz y sosteniendo un monito, para protestarle porque en La dolce vita “no aparece nadie normal”. O el pedido público para que sus interlocutores le hagan la pera, ya que quedarse esperando que alguien llegue es el único momento del día en que puede entregarse a sus pensamientos.

E tutto vero podría llamarse este documental sobre un famoso mentiroso.

* Casanova se emitirá por el canal Europa Europa a la 0.20 de mañana domingo.
* Federico Fellini: una autobiografía recuperada, a las 3 de la mañana.

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“Para mí, el cine es un juguete maravilloso, y lo único que quise hacer fue divertirme y divertir al espectador.”
 
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