La televisión suele tener razones que la propia razón no puede comprender. Suerte de mundo paralelo al real, el de la pantalla chica es un universo regido por sus propias normas, tan cambiantes como las variaciones que evidencian los programas en la medición del rating “minuto a minuto”. El regreso a la pantalla chica de ShowMatch, previsto para el próximo lunes, vuelve a poner de relieve esa lógica que mueve a una industria –para muchos– inentendible. Es que el anuncio de la llegada del programa de baile, humor y escándalos conducido por Marcelo Tinelli provocó una serie de cambios en las programaciones de los canales líderes, lo que reafirma el rol central que ocupa para el mundo televisivo local. No sólo por el sistema de ciclos satélites que el programa de Ideas del Sur pone en movimiento para su difusión en continuado, sino fundamentalmente porque su vuelta condiciona al resto de la TV argentina, sin importar que en el reacomodamiento se vean afectados los programas más vistos de El Trece y de Telefe.

El huracán ShowMatch se pondrá en marcha el lunes a las 22.30. Tras un año obligadamente “sabático”, luego de la sorpresiva salida del programa de El Trece y su fallida llegada a Telefe, el ciclo que marca el pulso de la TV argentina retorna con un formato de emisiones que arrasa con la programación hasta esta semana conocida. El programa de Tinelli irá los lunes, martes, jueves y viernes a las 22.30 por El Trece, la misma pantalla que poco más de un año atrás había abandonado, a partir de la venta de Ideas del Sur de parte del animador y conductor al Grupo Indalo, del empresario Cristóbal López. Más de cuarenta parejas participarán de una nueva edición del Bailando por un sueño, con un casting que se garantiza las “peleas mediáticas”, esa suerte de subgénero televisivo que –programas de panelistas mediante– se convirtió en el principal eje temático de la pantalla chica. Además, la versión 2014 del ciclo tendrá segmentos de humor y un Gran Bailando en el que humoristas satirizarán a diferentes políticos.

La llegada de ShowMatch no será fácil de sortear para aquellos que no desean toparse con sus contenidos. En primer lugar, porque la pantalla de El Trece se pondrá a su disposición, echando más leña al fuego de las polémicas en ciclos como El diario de Mariana, Este es el show y en las distintas ediciones de los noticieros de El Trece, además de sumarse como ciclo satélite La previa del show, que diariamente irá a las 20 por la pantalla de Magazine, una de las señales de cable del Grupo Clarín. Además del sistema de amplificación propio, ShowMatch contará con la réplica de los demás canales. Basta con ver cómo funciona la TV en los últimos años para comprender que el resto de los programas de chimentos y los que hacen foco en lo que ocurre en TV le abrirán sus pantallas a lo que ocurra en esa hoguera de las vanidades televisivas.

El lugar central que ocupa ShowMatch en la TV argentina no sólo está dado por el sistema mediático que pone en funcionamiento cada vez que regresa. El estreno de esta nueva temporada ha logrado, incluso, afectar a los programas más vistos de El Trece y de Telefe. Créase o no, la TV se rinde a sus pies, al punto de que Avenida Brasil, que desde su estreno a finales de 2013 se convirtió en el programa más visto de la TV argentina, verá modificado su horario de emisión. Nadie sale indemne frente a Tinelli. Ni siquiera el programa de mayor audiencia de la TV local.

La telenovela brasileña, que Telefe emite diariamente a las 17 con un promedio de audiencia cercano a los 17 puntos, pasará desde la semana próxima a emitirse a las 22, para competir directamente con ShowMatch. La decisión de Tomás Yankelevich de pasar el fenómeno del año al prime time, es la más clara demostración de lo que Tinelli representa. El director artístico de Telefe pone en riesgo la impresionante audiencia que viene acaparando desde hace meses la telenovela producida por O Globo, en cuyo rating se recuesta buena parte del liderazgo general de la emisora. Los interrogantes caen de maduro: ¿podrá una lata como Avenida Brasil hacerle fuerza a ShowMatch? ¿Es trasladable la audiencia que una telenovela cosecha a la tarde al prime time, o justamente su rating depende fundamentalmente del horario en que se emite y no sólo del contenido que cuenta? ¿Es la misma audiencia televisiva la que está a las 5 de la tarde que la que ve TV a las 22? Preguntas cuyas respuestas comenzarán a conocerse desde el próximo lunes.

Las más de seis horas semanales que ShowMatch ocupará en el prime time de El Trece también modificará la programación del canal que maneja artísticamente Adrián Suar. En un año en el que la mayor audiencia la obtiene en la franja que va de 20 a 24, El Trece no dudó en deshacer lo construido en ese horario para darle paso a Tinelli. Aun cuando dos de los programas afectados directamente serán, desde el lunes, Guapas y Los 8 escalones, justamente los dos ciclos de mayor audiencia de una programación a la que no le sobran propuestas que superen el rating general.

En el caso de Los 8 escalones, el programa de preguntas y respuestas que conduce Guido Kazcka, que en el último mes y medio pasó a emitirse diariamente, alcanzando un promedio de 12,6 puntos, desde la semana próxima irá los fines de semana: sábados y domingos a las 20.30. La otra movida que sufrirá la pantalla de El Trece será la de Guapas, la ficción de Pol-Ka, que dejará su horario de las 23 para empezar a ir a las 21.45. Si bien el horario resulta ser más amigable para ver la ficción protagonizada por Mercedes Morán, Carla Peterson, Araceli González, Florencia Bertotti e Isabel Macedo, lo cierto es que el arribo de ShowMatch implicará mucho más que un cambio en la grilla: los episodios dejarán de tener una duración de 45 minutos, para pasar a tener una extensión de 35 minutos. Lo mismo le sucederá a los capítulos de Mis amigos de siempre, que ahora se emitirá diariamente a las 21 y no a las 22. Estrategias de una pantalla que se comprime para darle paso al rey del rating.

Más allá de las intenciones que cada programador puso en práctica ante la llegada de Tinelli, lo que resta por saber es qué conducta tomarán los televidentes. En un año en el que el encendido en la TV abierta sigue en baja, tanto manoseo en las programaciones no parece ser la mejor respuesta de la industria a un público que desde hace rato empieza a buscar otras alternativas televisivas. ¿O acaso los programadores siguen creyendo que, en plena era digital, los televidentes no son otra cosa que apacibles rehenes de sus decisiones?