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Viernes, 9 de febrero de 2007

TELEVISION › HENRY IAN CUSICK Y EL EXTRAÑO MODO DE TRABAJO DE “LOST”, UN FENOMENO MUNDIAL

“No sabemos casi nada del guión”

El actor que interpreta a Desmond detalla la mecánica detrás de la serie que cautiva a públicos de todo el mundo: puertas adentro, hay casi tantos secretos como en la misma ficción.

 Por Emanuel Respighi
Desde Ixtapan de la Sal, Mexico

Al igual que la serie más paranoica y entreverada que se recuerde en la televisión, incluso superando en misterio a Los expedientes X, entrevistar al actor que interpreta a Desmond en Lost es una tarea por demás compleja. Es que entre su pésimo español y la escasa información que tiene sobre lo que va a pasar con su personaje y la trama de la serie, el reportaje a Henry Ian Cusick se vuelve una tortura, tanto para el entrevistado como para quien realiza el reportaje. Una numerosa cantidad de incertezas se hacen presentes una y otra vez, transformando el diálogo en un compilado de “no sé” pocas veces visto en la historia del periodismo. ¿Es que nadie sabe nada acerca de lo que pasa y pasará en esa caja de Pandora que es la isla? “Los actores no sabemos nada de lo que va a pasar. Al igual que para el público, todo es posible y nada seguro. Los actores recibimos los guiones dos días antes de grabar. Sólo sabemos lo que está escrito en el papel, pero nada más. Ese es el mundo Lost, tanto fuera como dentro de la pantalla”, apunta el actor, en una entrevista que le concedió a Página/12 y otros medios latinoamericanos.

Peruano de nacimiento, de padres escoceses, el actor que interpreta al personaje que causó la caída del avión Oceanic 815 en la isla del Pacífico comenzó su carrera en Inglaterra, como actor secundario de algunas obras de teatro y series de televisión. Lo extraño es que su debut en Hollywood fue nada más y nada menos que en Lost, cuyos productores lo contactaron cuando él residía en Londres. Al principio, la convocatoria era para realizar una participación de tan sólo tres capítulos, pero –“Internet mediante”, dice– su personaje gustó tanto que le ofrecieron continuar en la serie más comentada en el mundo entero de los últimos años. “Desmond era un personaje de tres episodios, pero el personaje les gustó tanto a directores, productores y al público que me convocaron a seguir como parte del elenco estable del ciclo. Y acá estoy, trabajando en Hawai”, cuenta vía teléfono desde su casa allí. “Mi vida cambió completamente. Antes vivía en Inglaterra. Mi esposa trabajaba de directora y yo llevaba a los chicos al colegio, padeciendo el clima húmedo y frío. ¡Y ahora estoy en la playa! ¿Qué más se puede pedir?”, pregunta con la honestidad de quien se considera un privilegiado.

–O sea que es como si se hubiera ganado un premio...

–La vida aquí es tan buena que sería hipócrita decir que el trabajo en Lost es difícil. Todos los días surfeo, juego al fútbol, entreno en la playa, juego con mis hijos y mi mujer en la playa... Y de vez en cuando grabo.

En la tercera temporada, que AXN estrenará el próximo 5 de marzo a las 21, el centro de la escena cambia de lugar y de foco. Secuestrados Jack, Sawyer y Kate por “Los Otros”, los primeros seis capítulos se desarrollarán del otro lado de la isla. Allí, la narración comenzará a dar algunas pistas sobre quiénes son y qué hacen “Los Otros”, además de comenzar a revelar qué pasó con Locke, Mr. Eko y Desmond tras las extraña explosión. Y en los restantes siete episodios, la trama volverá al otro lado de la isla. Justamente, el personaje de Cusick tomará un rol más protagónico a lo largo de esta tercera temporada, ya que habrá novedades sobre su persona y sobre la búsqueda desesperada de su novia Penny desde el mundo exterior.

–Entonces, ¿qué va a pasar en Lost?

–Bueno... Este año se va a saber más de la vida de Desmond y su relación con Penny en el episodio 8 de la tercera temporada, que explicará qué pasó cuando era su turno el cuidar la escotilla. Ese es un episodio revelador, aunque parezca que en Lost esa palabra está en peligro de extinción. A través de un flashback se va a saber cuál era la vida anterior de Desmond, su relación con esta mujer, qué fue lo que lo llevó a emprender esa travesía alrededor del mundo y por qué llegó a la isla. Pero de lo que va a suceder después... nada se sabe.

–¿Cómo juega en la composición de un actor de un personaje el hecho de no saber qué es lo que va a ocurrir en la trama? Debe resultar estresante...

–Nosotros sabemos que tanto la serie como los personajes tienen un final. La única certeza de Lost es que todo en algún momento va a finalizar, que todo tiene un final y que en algún momento las respuestas serán más que las preguntas... creo. No sé. Trabajar en una serie como Lost es estupendo, por lo buena que es y por el fenómeno que se generó. La mejor forma de sobrellevar la incertidumbre permanente es que los actores tenemos que tener en claro que vamos a terminar. Ojalá sea dentro de mucho tiempo. Cada vez que nos entregan los guiones es muy gracioso y tensionante leer con desesperación los libros para saber si tu personaje seguirá con vida o no. En Lost ni como actor uno deja de sorprenderse.

–¿Y cómo planifica su personaje sin tener datos certeros sobre la trama?

–Sé que hay muchos actores que se quejan por esta situación. Y no tengo problemas, ya que aun sin saber demasiado el guión es tan bueno que tengo claro cómo tiene que decir tal o cual línea Desmond. Cada línea del guión está escrita no para hacer más difícil la tarea del actor, sino para facilitarle el trabajo.

–¿Cuánto hay de Desmond en usted y viceversa?

–Que ambos tenemos ascendencia escocesa. Que Desmond haya aceptado apretar el botón en la escotilla era una cuestión de fe. Y yo soy un tipo de fe en la vida cotidiana, aunque a veces parece que habría que perderla. La diferencia es que Desmond es heroico y yo, un simple actor.

–¿Formar parte del elenco de Lost le ha hecho pensar que en la vida todo está predestinado y que las acciones no pueden cambiar ese destino?

–Esa es una pregunta grande. Creo que los escritores de la serie siempre escriben los guiones y la trama pensando en el destino y en la posibilidad de torcerlo, en todo caso. Es la pregunta crucial de Lost y de mi personaje.

–¿Pero puede dar una certeza, al menos? ¿La caída del avión fue culpa suya o el público se puede topar con otra sorpresa?

–¡Ja! Eeeeeehhhh... No sé si puedo decirlo, pero sí, la caída del avión fue absolutamente culpa mía.

–¿Cómo va a ser la relación de Desmond con “Los Otros” en esta tercera temporada, si es que hay relación?

–Yo no sé si ellos saben de Desmond, y tampoco si Desmond sabe de ellos. No lo sé, ciertamente.

–No hay duda de que la fórmula de Lost es dejar instaladas preguntas, preguntas y más preguntas, no dar respuestas.

–Imposible contradecir eso. Lo que sí puedo decir es que en los primeros seis episodios de esta temporada el público va a encontrar respuestas sobre quiénes son y qué hacen “Los Otros”. Por su parte, en los siguientes siete capítulos la trama pasará a transcurrir en la otra parte de la isla. Esta vez se va a comenzar a dar respuestas.

–Hasta ahora, los pocos indicios que entrega la serie hacían pensar que “Los Otros” eran el mal dentro de la isla. ¿Esa idea se va a modificar en este temporada, donde la atención se traslada a su reducto?

–Yo no puedo decirlo. El público va a tener el tiempo y los elementos suficientes como para entender a “Los Otros”. Creo que se va a dar cuenta de que también son humanos, con sus miedos, y no superhéroes.

–¿Lost es ya una serie de culto?

–Basta meterse en Internet para darte la pauta de lo que es Lost. Hay de todo. Es un fenómeno mundial increíble.

–¿Por qué la serie tiene tanta popularidad?

–Básicamente, porque tiene un elenco en el que los personajes son de países diferentes y con personalidades disímiles, lo que permite hacer una especie de mirada universal. Por eso Lost atrae a todo tipo de público. Independientemente de que Estados Unidos, por ejemplo, sea enemigo de los iraquíes, en Lost no importa la nacionalidad ni algún otro status: sólo se trata de seres humanos que en igualdad de condiciones intentan sobrevivir. Se desechan las diferencias de clase. Y se trata de una historia que permanentemente plantea preguntas, lo que genera una activa participación del televidente..., algo no menor en estos tiempos.

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“Nadie sabe demasiado sobre el futuro de la trama.”
 
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