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Viernes, 28 de octubre de 2005

TELEVISION › TELEVISION LA PRIMERA PRODUCCION BRASILEÑA PARA LA SEÑAL HBO.

Este Mandrake no es mago

La serie cuenta la historia de un abogado amoral que resuelve los problemas de sus clientes por fuera de la ley.

 Por Emanuel Respighi

“En una palabra, la desmoralización era general. Clero, nobleza y pueblo estaban todos pervertidos.” Joaquín Manoel de Macedo, Un paseo por la ciudad de Río de Janeiro, 1862.

“Vivo rodeado de clientes acusados de contrabando, tráfico de drogas, violaciones, secuestros y otros crímenes menores”, dispara, sin inmutarse en lo más mínimo, Mandrake, un joven abogado criminalístico dispuesto a resolver problemas con la ley... ¡por fuera de la ley! Siempre preparado para solucionar todo tipo de inconvenientes legales a quienes le paguen una cuantiosa suma de dinero, Mandrake definitivamente no es el abogado aséptico y correcto que supo construir la TV del Primer Mundo: carente de todo sentido ético y moral, el protagonista de Mandrake (la serie que HBO estrena el sábado, a las 23) no tiene complejos a la hora de defender a los poderosos de la peor calaña, como narcotraficantes, asesinos, secuestradores y contrabandistas. En su (i)lógica, el muchacho no discrimina. “Cuando me mienten –piensa en voz alta–, les creo para defenderlos mejor. Si dicen la verdad, recurro a otros mecanismos psíquicos que calman la conciencia, diciéndome a mí mismo: no juzgues, intenta entender.”
Continuando con la estrategia implementada hace dos años de crear contenidos originales en América latina, HBO trae a los televidentes del continente la primera realización brasileña para su pantalla, luego de la experiencia previa que hubo con Epitafios (producida por Pol-ka) y Sexo urbano (Cuatro Cabezas). Basada en varios textos pertenecientes a Historias de amor, la obra del brasileño Rubem Fonseca (ganador del premio Juan Rulfo en el 2003), Mandrake permite acercarse a lo mejor de la TV del país vecino. Si bien se trata de un mercado que no es nuevo para los televidentes argentinos, a partir de las telenovelas brasileñas que invaden las pantallas de los canales de aire, la serie unitaria de ocho capítulos se destaca por una realización y un estilo narrativo muy peculiar, alejada de la estética del culebrón, más cercana al film Ciudad de Dios que a Señora del pecado. Producida en calidad cinematográfica por Conspiraçao Filmes, la serie tuvo un presupuesto total de alrededor de 2,5 millones de dólares.
La trama de Mandrake se centra en la agitada vida del protagonista (Marcos Palmeira), un abogado criminalista especializado en casos de chantaje y extorsión, quien detrás de su aspecto de seductor esconde al peor egresado de la carrera de Derecho. Escéptico y crítico de la sociedad actual, Mandrake, este abogado residente de Copacabana, desprecia la vida de los poderosos, ricos y famosos. Pese a ello, no es de extrañar que sus clientes más habituales provengan de la alta sociedad carioca: al fin de cuentas, sus servicios son demandados para que no lleguen a manos de la Justicia cuestiones que no sería grato que salgan a luz pública. Aunque manifiesta una estrecha relación con las personas más marginales, Mandrake pareciera erigirse como el abogado que mejor representa a estos tiempos: nunca deja de cumplir con sus obligaciones, cobrando caro, actuando con discreción, sin involucrar a las fuerzas de seguridad ni usar la violencia. De hecho, su andar por los pasillos judiciales es casi nulo. Desde su visión del mundo, los golpes dados por prostitutas, traficantes de poca monta o detectives de segunda línea no son peores que aquellos que cotidianamente, en silencio pero de manera constante, ejecutan los banqueros, los políticos y los hombres de negocios por sobre las clases explotadas.
Claro que la trama de Mandrake trasciende la vida de este abogado amante del dinero, la noche y las mujeres ocasionales. Casi cumpliendo un papel coprotagónico, la ciudad de Río de Janeiro es desnudada sin filtros turísticos, mostrando la otra cara de la ciudad costera más famosa del mundo. Alejado de la playa, el samba y los turistas tostados, las aventuras que suceden en Mandrake ocurren en la parte menos popular y conocida de Río de Janeiro, una faceta mucho más brutal, cruel y oscura que la que suelen retratar las postales turísticas.

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Marcos Palmeira interpreta al abogado Mandrake.
 
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