7-Enseñanza de vida,

de Lone Scherfig. Con Carey Mulligan, P. Sarsgaard y Alfred Molina.

2009, 100 min. Sony Pictures.

Basada en un relato autobiográfico y con guión de Nick Hornby (autor de las novelas en las que se basan Alta fidelidad y Un buen chico), An Education (título original, menos tóxico que el que le pusieron acá) narra el hechizo de una colegiala por un tipo de mundo, que le lleva unos veinte años. Harta de la provinciana Londres pre-Beatles, en esos primeros ’60 Juliette Greco, el existencialismo y la nouvelle vague son, para Jenny, la representación misma de lo que the continent tiene de fascinante. Dirigida con sobria delicadeza por la danesa Lone Scherfig (Italiano para principiantes), Enseñanza de vida (¡uh!) logra transmitir esa fascinación, en el momento justo en que la protagonista (y el mundo) está(n) por perder la inocencia.

7-Una noche de locura,

de Allan Moyle. Con Scott Speedman, Wes Bentley y Taryn Manning.

2007, 90 min. Transeuropa.

Para pagar una deuda a un gangster ruso, dos drogones semidescerebrados intentan robar una casa, pero se olvidan la combinación de la caja fuerte. Miembros de una secta satánica (que se comportan como chupacirios, pero al revés) los persiguen, con la intención de sacrificarlos a Belcebú. Hay también una callgirl muerta por sobredosis y resucitada con una transfusión de sangre maldita, un vigilante enano medievalista y un tipo al que se le clavó una estalactita en la cabeza, sin provocarle mayores daños. Puede que en algún momento la acumulación de situaciones y personajes produzca cierto agotamiento, pero en líneas generales esta comedia canadiense es tan divertida como las del género “fumones en fuga” suelen serlo.

7-Cuando el destino nos...,

de Richard Fleischer. Con Charlton Heston y E. G. Robinson.

973, 97 min. AVH Ciencia ficción.

Este cruce de cine apocalíptico con film noir es el posible eslabón perdido de mucho cine posterior, desde Fuga de Nueva York hasta la reciente Identidad sustituta, pasando por El vengador del futuro. En el año 2002, a causa del efecto invernadero (nombrado así, casi cuarenta años atrás) el planeta se halla en estado de polución, hacinamiento, hambre y recalentamiento. Investigando el crimen de un poderoso (Joseph Cotten), un decadente detective de la policía de Nueva York (Charlton Heston, en papel insólito para él) terminará descubriendo algo mucho más espantoso. Aunque sobre el final se ponga un poquito aleccionadora, esta película del veterano Richard Fleischer chorrea podredumbre, en dosis que Hollywood hoy jamás permitiría.