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Sábado, 4 de diciembre de 2010

VIDEO › VINCERE Y EL SECRETO DE MUSSOLINI

La mujer escondida por el Duce

La notable película de Marco Bellocchio y el documental televisivo emitido en su momento por la RAI coinciden en las bateas. Ambos films rescatan, con distintos registros, la historia de Ida Dalser, que llegó a casarse con Mussolini antes de ser sepultada en el olvido.

 Por Horacio Bernades

La historia permaneció oculta hasta poco tiempo atrás, como si nadie hubiera querido saber nada con ella durante un siglo entero. La historia es la de “la otra mujer” de Mussolini, con la que –como si de la telenovela de la tarde se tratara– el inventor del fascismo llegó a casarse y tener un hijo, antes de sepultar a ambos para siempre en el olvido, encerrándolos en sendos manicomios. El asunto llegó a ser todo un secreto de Estado en tiempos del fascismo, hasta que a comienzos de este siglo lo devolvió a la luz pública un periodista llamado Marco Zeni, en el libro La moglie di Mussolini. Detrás del libro de Zeni vino El secreto de Mussolini, documental que la RAI emitió cinco años atrás. Finalmente llegó el turno –el año pasado en Italia, unos meses atrás aquí– de Vincere, donde Marco Bellocchio explora aquella historia de melodrama a través del múltiple prisma de la historia, de la política, de la cultura de la época, de la tiranía de género, del amour fou all’italiana. Por una de esas raras coincidencias de programación las dos películas aterrizan ahora, casi de la mano, en las bateas de los videoclubes.

Ida Dalser se llamaba la mujer nacida en Trento, al norte de Italia. Dueña de un salón de belleza, cuando la Dalser lo conoció, a comienzos del siglo XX, Mussolini todavía no era Mussolini. No sólo por su abundante cabellera, no sólo por ser un fervoroso periodista, sino, sobre todo, porque su causa era el socialismo. Editor del periódico Avanti, el joven Benito no tardó en relacionarse con la atractiva, fogosa Ida, con la que según coinciden las fuentes se habría casado, ceremonia religiosa incluida, en 1914. Al año siguiente nació Benito Albino. El muchacho fue el primer hijo varón, pero no el primer hijo del futuro Duce: Mussolini era padre de Edda, a la que tuvo con Rachele Guidi, una mujer con la que convivía desde bastante tiempo atrás. Regresado del frente, Mussolini ya era otro: había trocado el socialismo por el ultranacionalismo belicista, se encaminaba a fundar el fascismo y se hallaba ya en plena carrera política.

Cuando unos años más tarde llegó al poder, Il Duce comprendió que tener dos mujeres (oficiales, porque amantes tuvo por centenares) no era lo más conveniente para su imagen. Rompió con la Dalser, hizo desaparecer el registro de casamiento y se casó con la Guidi, que respondía a la perfección al modelo de esposa que el fascismo estaba construyendo. Apoyado en una actuación consagratoria de Giovanna Mezzogiorno, Bellocchio hace de Ida una pasionaria y de su pasión una ópera. El realizador de la recién estrenada La hora de la religión embebe la primera mitad de Vincere de energía futurista (movimiento que dominaba la cultura italiana por la época), planteándosela como love story musical y, por momentos, como cine mudo, antes de lanzarse de cabeza a las aguas del melodrama.

En la segunda parte de Vincere –lanzada por el sello Transeuropa–, el antiguo amante se convierte para la mujer internada en el payasesco hombre de Estado, cuyos discursos a los gritos difunde la propaganda oficial. Hay una segunda figura masculina a la que Ida jamás podrá acceder, por más que intente fugarse una y otra vez del hospicio: Benito Albino, a quien no ve desde que era un chico, y a quien no volverá a ver. Documental televisivo apoyado sobre material de archivo y algún testimonio, El secreto de Mussolini –que en días más pondrá en la calle el sello SP– cuenta con la palabra de una sobrina de la Dalser, que reconstruye en detalle su historia íntima. Se aconseja ver El secreto de Mussolini en doble programa con el film de Bellocchio, como quien consulta un artículo de Wikipedia.

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Vincere y las implicancias de un secreto de Estado.
 
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