7-Líbano,

de Samuel Maoz. Con Yoav Donat, Itay Tiran y Oshri Cohen.

2009, 93 min. AVH.

En 1982, el artillero del ejército israelí Samuel Maoz entró en Beirut a bordo de un tanque, dando inicio a la Guerra del Líbano. Un cuarto de siglo más tarde decidió filmar aquella experiencia, sin salirse en ningún momento del lugar desde el cual vivió la guerra. En consecuencia, salvo el plano inicial y el final, Líbano transcurre enteramente dentro del tanque. La idea es transmitir la experiencia desde el punto de vista del soldado raso, evocando las circunstancias bélicas a través de puras sensaciones: el ojo que mira a través del visor, los sonidos ahogados que vienen de afuera, el olor del orín y la muerte. Aunque pegue ocasionalmente debajo del cinturón, Líbano logra lo que se propone, con concentración e intensidad.

7-127 horas,

de Danny Boyle. Con James Franco, Amber Tamblyn y Kate Mara.

2010, 94 min. Fox Video.

Otra experiencia real, otro desafío narrativo. 127 horas reconstruye la experiencia de un amante del turismo de aventura, a quien durante un escalamiento se le queda una mano atrapada entre unas piedras. La película se reduce a una hora y media en compañía de un hombre solo en un espacio mínimo, inmovilizado casi por completo e intentando –mientras sus provisiones se agotan– lo que a todas luces es imposible: sacar la maldita mano de allí. Cuando el minimalismo parecía imponerse, el británico Danny Boyle aplica aquí toda la parafernalia pop-clip de la que hacía gala en la deplorable Slumdog Millionaire. La diferencia es que aquí todo ese burbujeo estético transmite el exuberante, contagioso optimismo del protagonista.

6-Río,

de Carlos Saldanha.

Con las voces de Jesse Eisenberg, Anne Hathaway y Leslie Mann.

2011, 96 min. Fox Video.

Dirigido por uno de los dos realizadores de La era de hielo, este exitosísimo largo de animación juega con las cartas marcadas de la corrección ecológica, con fondo de tarjeta postal y brazilian music. Un ornitólogo carioca y una chica de Minnesota se alían para salvar a una especie en extinción, el papagayo azul, buscándole novia al último macho. Para ello deberán viajar a la limpísima Río de Janeiro pre Mundial y pre Olimpíadas, y enfrentarán a una banda de traficantes internacionales de animales. Hasta aquí, todo está dado para una película insoportablemente demagógica. Algo de eso hay, sin duda, pero la combinación de belleza visual, encanto de algunos personajes y hasta ciertos toques documentalistas-realistas hacen llevadero el tour.