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Lunes, 31 de octubre de 2011

LITERATURA

Todo o nada

¿Las nuevas tecnologías ayudan en la difusión del microrrelato?

–Creo que sí; es un género ideal para leer en pantalla. Igual que la poesía. Pero no es en absoluto, como dice mucha gente, el género adecuado de esta época en que hay poco tiempo para leer. Porque si uno quiere saber cuál es el género más adecuado tiene que ir a la lista de best sellers, donde siempre hay novelones de 500 páginas para arriba. Los editores coinciden en que el género es la novela larga; es una ley que está imponiendo mercado. Hay cierta facilidad en la novela porque uno entra, aprende más o menos cuáles son los códigos de ese mundo, conoce los personajes, las leyes por las que se rigen, y después entrar y salir ya es mucho más fácil. En cambio, con un libro de microrrelatos o de cuentos, uno entra en una historia, conoce los códigos, entiende las leyes y la historia se terminó. Y hay que hacer todo ese esfuerzo otra vez. Entonces da más trabajo. Cuando la gente tiene poco tiempo, le resulta más fácil leer novelas.

–Se podría decir que la novela se impone por cierta “pereza intelectual”.

–Algo de eso hay... Yo también soy apasionadísima lectora de novelas, no voy a decir que leer novelas es un acto de pereza intelectual. No lo es, depende de la novela. Pero el microrrelato, los cuentos y la poesía exigen más esfuerzo y concentración. Un libro de microrrelatos no es para leer uno detrás del otro. Hay que leer unos cuantos, dejarlos descansar y después volver, porque hay un efecto de fatiga muy concreto. Yo lo comprobé con Casa de geishas; había empezado a escribir el libro, tenía 20 o 30 textos y no estaba muy segura de si me estaban saliendo bien, si estaban a altura de La sueñera. Como los tenía en hojas sueltas, se los di a leer a cinco lectores diferentes, mezclados en distinto orden. Todos me dijeron lo mismo: “los diez primeros son los mejores”. Pero estaban en distinto orden. Se ve que los leyeron de un tirón y después de diez microrrelatos ya no se entiende de la misma manera porque exigen mucha concentración; el significado está muy condensado y hay que prestar mucha atención. Mientras que en la novela uno puede ir leyendo y saltearse un párrafo, avanzar dos páginas o leer unas páginas sin saber muy bien lo que leyó. Y sin embargo se puede seguir. El microrrelato, en cambio, es todo o nada.

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