“Fue el momento más importante de mi vida profesional”, reconoce Adrián Paenza cuando se le pregunta por el Premio Leelavati, que le otorgó la Unión Matemática Internacional como mejor divulgador de la disciplina en el mundo por “su decisiva contribución en cambiar la mente de todo un país acerca de cómo la matemática es percibida en la vida diaria”. “Más allá de lo que piense de los premios, o de que ni sabía de su existencia, me doy cuenta de que me cambió la vida profesional, es una validación internacional diferente a dar charlas o clases en Estados Unidos”, evalúa y sostiene que su galardón debe suponer un orgullo para todos los argentinos. “La mayor parte de mi trabajo está en castellano. Que la Unión haya mirado al Hemisferio Sur, a una obra no publicada en inglés, es un logro enorme”, afirma. Y recuerda que “Argentina tiene una gran tradición matemática” de la que él es sólo un divulgador.

Además, Paenza destaca el nombramiento de Alicia Dickenstein, del Departamento de Matemática de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, como vicedirectora del organismo internacional. “El Hemisferio Sur nunca había tenido un premio de estas características y en un lapso muy corto tres argentinos fueron reconocidos, no se puede hacer una lectura aislada, esto en otro momento hubiera sido impensable, porque usted puede ser un gran comunicador, pero si nadie lo publica, ¿dónde lo dice? Si no está Canal Encuentro, o Tecnópolis, o un diario...”. El periodista también recuerda a sus primeros editores, Carlos Díaz –director de Siglo XXI Ediciones– y al director de la colección Ciencia que ladra, Diego Golombek. “Ellos tampoco sabían que esto iba a suceder, tiraron 4000 ejemplares, en lugar de los 3000 habituales porque pensaron que por la tele mi nombre podría tener algo más de tracción, y vendió un millón de ejemplares”, rememora sobre Matemática... ¿estás ahí? “Y ese libro hoy se puede descargar gratuitamente. Todas las historias que va a publicar Página/12 se pueden encontrar en Internet, lo cual también permite poner en cuestión el modelo de negocios editorial.”