La de Hamdan Alí Mahmud Sefan no será la única historia de resistencia retratada por Martín Solá. El director de Caja cerrada (2008) y Mensajero (2011) está en plena preparación de un par de films a rodarse en Chechenia y el Tíbet, dos lugares que, como Palestina, sufren la falta de reconocimiento internacional como países libres y soberanos. “Quería darle más cuerpo a Hamdan, que formara parte de una obra y no fuera exclusivamente una película ‘sobre’ Palestina”, explica el director. Y adelanta: “La trilogía se llamará ‘¿Quién habla de victorias? El resistir lo es todo’, que es una línea de un poema de Rainer Maria Rilke. Me parecía interesante esa frase porque lo que más me llamó la atención tanto de Hamdan como de Abubakar –el protagonista de la película que preparo en Chechenia– es un espíritu de decir ‘No’ aun sabiendo el carácter precario de cualquier victoria. Por la forma de resistir saben que hoy no hay chances de ganar. Quizás en el futuro sí, pero ellos no lo van a ver”.

–¿El concepto de resistencia es el hilo conductor de la trilogía?

–Sí, la idea es mostrar tres tipos distintos de resistencia. La de Hamdan es a través de la lucha armada, la de Abubakar va a ser a partir de la fe y una danza religiosa sufí llamada zikr, y la del Tíbet, para la que falta bastante, sería a partir del amor.

–¿Las otras películas tendrán un formato similar a ésta?

–Es posible, pero me gustan las estructuras que permiten que un personaje se corra del centro y después vuelva sin que haya una explicación muy concreta, como pasaba en Mensajero. Que el personaje funcione como un hilo conductor, pero que cuando no se lo necesite pueda desaparecer y volver cuando sea necesario. Sí pienso a priori que en cada película haya un protagonista.