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Viernes, 6 de mayo de 2016

CINE › COMO FILMAR UN BORGES INEDITO

Ojos sin cara

Es conocida la pasión de Peter Greenaway por la pintura, por eso comenzar la charla con él citando una anécdota parece una buena idea. Jorge Luis Borges solía contar una en la que, durante una fiesta, Oscar Wilde es invitado a ver desde el balcón una puesta de sol que la dueña de casa juzga maravillosa. El escritor acepta y al salir se encuentra con que la escena del crepúsculo tiene a todos extasiados. Lejos de sumarse al consenso, Wilde compara la escena con un cuadro: “Es como un Joseph Turner de la peor época”, sentencia lapidario. Pero esta historia en lugar animar a Greenaway a discutir acerca de la forma en que el arte puede enseñarnos a ver de un modo distinto, sólo despierta su deseo de hablar sobre Borges. “Descubrí un cuento suyo inédito que se llama ‘Ojos sin cara’, que por supuesto es una metáfora para los argentinos: la idea de un país sin rostro”, reflexiona el director. “Y tengo un guión sobre ese cuento listo para hacer una película, pero necesito plata. ¿Conocés algún productor al que pudiera interesarle? Conseguir dinero para filmar es igual de difícil en todo el mundo.”

–¿Cómo llegó hasta ese cuento inédito de Borges?

–A través de María Kodama. No diría que tenemos una amistad, pero nos conocemos desde hace unos años y cierta vez que visité Buenos Aires ella me mostró la casa y la biblioteca de Borges con su colección. Y también el edificio viejo de la Biblioteca Nacional donde él trabajaba. En cuanto a su obra, la descubrí a los 17 años y ha sido una gran influencia para mí. Se hicieron muchas películas basadas en Borges, pero todas son muy malas. El problema con el realismo mágico o lo fantástico es paradójico, porque lo excitante ahí radica en lo que no se ve. ¿Y cómo filmar lo que no se ve?

–Acaba de reconocer a Borges como una de sus influencias pero, más allá de usted, ¿qué tan fuerte es la influencia de Borges en Europa actualmente?

–Es extraño. Tengo 74 años y mi generación admiraba mucho a Borges. Pero es notable que ahora su fama esté desapareciendo y la gente joven ya no lo lee tanto. En siglo XX no han sido muchos los escritores tan influyentes como él. Podríamos nombrar a Proust, a Kafka... ¿Tal vez Kundera? ¿Y quién en la actualidad? ¿Houellebecq? No lo sé.

–Alguna vez usted llamó la atención acerca de lo escasa y veladamente que aparece mencionado el sexo en la obra de Borges.

–He leído muchas biografías sobre él y las fantasías que tenía acerca del sexo carnal eran muy fuertes y estaba desesperado por encontrar el amor. Y parece que recién pudo consumarlo muy tarde en su vida. Mucha gente piensa que era homosexual. ¿Vos qué creés?

–No sé que tan relevante pueda ser saberlo para disfrutar de su lectura.

–¿Sos de los que creen aquella tesis acerca de que no importa la vida personal del artista? Vos mencionaste a Oscar Wilde y en su caso, por ejemplo, su homosexualidad fue una parte realmente central de su obra.

–Claro, pero porque Wilde se esmeró en que eso fuera así.

–Todo el mundo lo hace. Hasta la más célibe de las monjas está centrada en su sexualidad. Estoy convencido que la sexualidad es absolutamente relevante en términos de cómo funcionamos y cómo actuamos.

–Justamente, aunque las alusiones a lo sexual son escasas en la obra de Borges, las pocas que hay son muy elocuentes. Como aquella que dice que “Los espejos y la cópula son abominables porque multiplican a los hombres”.

–Cierto. Suena como la afirmación de un hombre realmente desesperado.

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