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Sábado, 20 de enero de 2007

MUSICA

Una gran vidriera para ver el estado del folklore argentino

Lejos del boom de los ’90, la música criolla mantiene su vigencia en el interior. Esta vez sin apuestas extra genéricas, el festival mostrará un mapa desparejo, pero genuino, de la realidad folklórica. Serán nueve noches en las que, mucho de lo más interesante, no se verá por la tele.

 Por Karina Micheletto

La gran vidriera del folklore, el gran festival capaz de consagrar artistas, arranca esta noche su 47a edición. Las famosas nueve lunas coscoínas llegarán, como año tras año, marcando el momento más importante de la escena folklórica nacional. Claro que ya no son épocas de boom de folklore, cuando un Premio Consagración de Cosquín equivalía al inmediato lanzamiento de una carrera. Pero, en un género que nunca dejó de tener vigencia ni de mover cifras importantes en la industria discográfica –aunque no siempre los medios nacionales, tan ocupados como están en lo que ocurre en Buenos Aires, reflejen del todo bien su importancia– pasar por el mítico escenario Atahualpa Yupanqui significa un hito en el currículum de las nuevas figuras y de los consagrados.

¿Qué trae de nuevo este Cosquín 2007? Como siempre, la programación no es pareja, y hay lugar para todo. Esta vez no hay apuestas por fuera de lo estrictamente folklórico (como alguna vez se hizo con Les Luthiers o Julio Bocca), salvo alguna incursión rockera con Arbolito, la murga de Araca la Cana o los ritmos bolivianos de Los Kjarkas. Sí hay pequeñas producciones especiales, además del gran cierre de Argentina quiere cantar, con Mercedes Sosa, León Gieco y Víctor Heredia. Juan Falú y Jairo reeditarán su homenaje a Yupanqui; Patricia Sosa, Sandra Mihanovich, Marcela Morelo, Melania Pérez, Lito Vitale y Lucho González pondrán en escena Mujeres argentinas; habrá reuniones como la de los Quebradeños Fortunato Ramos, Tomás Lipán y Las Hermanas Cari, y Víctor Heredia presentará su Taki Ongoi, junto al coro polifónico y el ballet de Cosquín, y grupos musicales de los pueblos originarios.

La vidriera de Cosquín, se sabe, está en el ojo de todos, y siempre trae tela de polémica para cortar. Este año Horacio Guarany, tras su actuación en el Festival de la Papa, fue quien arrojó la primera piedra para la polémica: “Cosquín me traicionó”, declaró al matutino cordobés La Voz del Interior. “Ya no es el festival que yo fundé junto a tantos otros, lo convirtieron en un lugar de espectáculos donde hasta incluyeron rock. Por eso decidí ir al pueblo, pero nunca más al festival. Los que lo manejan tienen metas que no son las de defender el canto criollo”, condenó. Los festivales son una buena usina de chimentos en el mundillo del folklore, y este Cosquín seguramente servirá para dirimir el que parece ser el tema de este año: la forma en que Jorge Rojas les mojó la oreja a Los Nocheros, abandonándolos y superándolos en éxito como solista en poco tiempo. Habrá que ver cómo sale parado de esta competencia. El festival será transmitido en vivo por Canal 7, desde las 22 hasta las 3 de la mañana, y Radio Nacional promete una amplia cobertura.

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