El tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos, y mientras tanto, los agujeros negros y los microcuásares se desplazan por el Universo. Y a su paso, estas singularidades espaciales, donde la gravedad es tan intensa que ni la luz –y por lo tanto ninguna otra cosa– puede escapar de ellas, devoran toda lo que se encuentre en su camino en un gran festín canibalesco. En diálogo con Futuro, el astrofísico argentino Félix Mirabel, que tiene en su haber varios agujeros negros descubiertos y observados, cuenta cómo se forman y adónde conducirían estos monstruosos especímenes de la fauna cosmológica.