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Viernes, 21 de noviembre de 2008

INUTILISIMO

El guardarropa del caballero impecable

Una vez más volvemos a dedicar un espacio a la etiqueta de los señores, “el mejor accesorio que puede lucir una dama, sobre todo si está apropiadamente vestido y calzado”, según apuntó una ácida humorista. Veamos, pues, el capítulo “Cómo debe vestirse el hombre hoy”, del libro Enciclopedia de Mundología, de Antonio de Armenteras (De Gasso Editores, Barcelona, 1957), claro y terminante en sus consejos, repartidos en los siguientes items:

Cosas que no deben usarse: Las botas no se llevarán nunca en la ciudad, admitiéndose únicamente su empleo en las excursiones campestres, para montar a caballo.

Los chanclos: Se trata de ese zapatón de goma negra en el que entra el pie ya calzado los días de lluvia, y que hay que quitar al entrar en un ámbito techado. Sin embargo, hay otras fundas que preservan de la humedad, más ligeras e incluso transparentes. No es que resulten la cumbre de la elegancia, pero lucen mejor que aquellos armatostes.

El bastón: Lamentablemente hoy sólo lo llevan los que deben apoyarse en él por un impedimento físico. Es una pena que haya caído en desuso, porque era un airoso complemento del buen vestir masculino. Además, daba ocupación justificada a las manos. El caballero de principio de siglo solía ir aumentando con los años una valiosa colección de bastones en finas y exóticas maderas o cañas, con puños de fantasía en plata, oro, marfil.

La levita: Quedó ya completamente arrinconada esta prenda de vestir que cuando se llevaba con prestancia comunicaba un aire señorial. Hoy ha sido sustituida por el chaqué, más cómodo especialmente en verano.

El alfiler de corbata: Raramente se encuentra hoy este adorno corbatil. Es que las damas se apuraron a convertir estas alhajas masculinas en pendientes o sortijas. No obstante, una perla o un brillante en la corbata del chaqué otorga siempre más tono a un traje de vestir.

Los puños duros: Los puños de la camisa almidonados han pasado a dormir el sueño de los justos. Es una lástima, pues jamás se ha de encontrar mejor carnet para anotar unas señas o un número telefónico.

El chaqué: Hoy se usa únicamente el negro, que en estas fechas debe llegar más debajo de la rodilla, con pantalón rayado, el chaleco puede seguir siendo negro aunque ya se está aceptando el blanco, como blanca ha de ser la camisa, almidonado su cuello. La corbata gris clara, el calcetín negro de seda y el zapato de tafilete negro bien abrillantado.

Guantes: Los guantes para los trajes de calle podrán ser de piel de cerdo, de gamuza, de cabritilla o de punto, en colores que no desentonen con el abrigo (de no llevar gabán o gabardina, los guantes deben dejarse en casa). El chaqué impone guantes de cabritilla gris, que pueden servir también para el smoking. Los que se usen con el frac serán blancos, de la mencionada piel.

Pañuelos: De color o rayados solo para los trajes de calle, jamás de vestir. En todos los casos, sólo ha de llevarse uno, el que asoma por el bolsillo del pecho de la camisa. Nada más cursi que llevar dos, uno para ser usado y otro para ser lucido.

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