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Lunes, 17 de junio de 2002

FúTBOL › EL ARQUERO ESPAÑOL, EN UN MOMENTO MAGICO

Iker Casillas, el héroe

Por Sebastián Fest

A la suerte hay que ayudarla. Y eso lo sabe muy bien el arquero de España, Iker Casillas, fundamental al atajar tres penales –uno en el partido y otros dos en la serie final– para que su equipo avanzara a los cuartos de final del Mundial. Hasta hace 31 días su temporada venía siendo nefasta: suplente en el Real Madrid y deprimido ante los primeros obstáculos en una carrera donde todo había sido subir.
En pocos días todo cambió. Fue fundamental para que su club ganara la Champions League al ingresar en los minutos finales ante el Bayer Leverkusen y sostener el triunfo con tres atajadas espectaculares. Una semana más tarde se encontró con la titularidad en la selección ante una insólita lesión de Santiago Cañizares, que se perdió el Mundial porque se rompió un tendón cuando se le cayó un frasco de colonia en el pie.
Irlanda explotó en Suwon su mayor defecto, el juego aéreo, pero Casillas compensó con creces con su visión para parar los tiros desde los doce pasos. Casillas –con 21 años, el arquero más joven del Mundial– tiene una gran intuición en el uno contra uno y una agilidad felina bajo los palos. Y lo más importante: en los momentos fundamentales no falló. Minuto 61: Ian Harte se prepara para patear el penal tras una buena jugada de Damien Duff ingresando al área. No fue penal, pero ya no importaba: Harte se preparaba para patearlo.
Las piernas semiflexionadas y la atención al máximo, Casillas saltó como un resorte hacia su derecha ante el tiro, anunciado y a media altura. El rebote no pudo ser aprovechado por los irlandeses, y Casillas sumó un hito más a su historia de aportes en momentos clave. Más de una hora después España era otra, y Casillas, su único sostén. Con Raúl reemplazado, el equipo cansado y con un jugador menos por la salida de Albelda lesionado, España estaba para salir del Mundial.
Peor aún: el conjunto de Camacho estaba golpeado anímicamente tras el empate irlandés. Jugarse todo a los penales no era en el fondo una mala salida. Sobre todo si se tiene a Casillas. Matt Holland estrelló en el travesaño el segundo penal irlandés, y Casillas atajó el tercero –a David Connolly– y el cuarto –a Kevin Kilbane–. “Los penales son una lotería, cuestión de suerte: a veces paras dos o tres y otra vez, ninguno”, dijo apenas terminó el partido, olvidando por un momento que a la suerte siempre hay que ayudarla.

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Secuencia del cuarto penal de la serie, el atajado a Kevin Kilbane.
 
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