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Un año atrás, mientras el suizo Roger Federer, número uno indiscutible del mundo del tenis, ganaba el Masters Series de Indian Wells, Guillermo Cañas masticaba su bronca cotidiana, despojado de ranking y tratado como un paria por el establishment que hasta les negaba el acceso a los estadios.

Un año después, la novela del tenis argentino ve escrito otro de sus gloriosos capítulos. El suizo que no tenía rival se acható como un queso en mal estado y el argentino que no tenía ranking terminó aplastándolo con su derecha.

En ese último año, mientras Federer amasaba un record arrasador que trepaba hasta 41 victorias consecutivas. Cañas volvió a jugar, retornó al circuito profesional, conquistó cinco torneos challengers y recordó como era eso de disfrutar el sabor de un título ATP, ganando recientemente el Abierto de Brasil, metiéndose entre los mejores 60 tenistas del planeta. Siempre con Federer arriba de todo, más arriba que nadie. Además, desde que Cañas había vuelto a jugar, el suizo no había perdido un solo partido...

¡Y pensar que Cañas no podía jugar su primer Masters Series desde que fue rehabilitado! Es que había caído en la última ronda de clasificación ante el alemán Alexander Waske; pero la ventana en el cuadro se abrió al retirarse el belga Xavier Malisse.

Las victorias en sucesión de Federer apuntaban a un record: el que conserva Guillermo Vilas desde 1977, cuando hilvanó 46 triunfos sin desmayo. Ese record está a salvo: lo puso a cubierto otro Guillermo...

En 2007, Federer llevaba 12 partidos jugados, doce ganados: los siete del Abierto de Australia, otro título de Grand Slam en la bolsa, y los cinco que precisó para llevarse, una semana atrás, el título de Dubai.

Así que, después de vencer a Mikhail Youzhny en la final del torneo asiático, el número uno del mundo tuvo una semana de descanso. En la cancha esperaba Cañas, el mismo al que había visto por última vez red por medio dos años antes, en este mismo torneo. Ese partido había igualado el marcador: el argentino le había ganado en Montreal 2002, y el suizo devolvió atenciones. Ahora, otra vez, el enfrentamiento vuelve a estar en desnivel.

Una hora y 45 minutos se tomó el tenista de Tapiales, de 29 años, para corporizar su más grande hazaña tenística. Durante el primer set alternaron su saque, y el argentino llegó a levantar un par de set points en contra con el marcador 4-5. Pero emparejó y logró quebrar en el siguiente juego para ponerse 6-5 y finalmente ganar el parcial con su servicio.

Federer comenzó a mostrar signos de dolor y debió ser atendido por el trainer a causa de unas molestas ampollas en su pie derecho. El suizo ganó su saque, pero Cañas lo emparejó y volvió a quebrarle. Ya dominaba el partido. En el séptimo juego volvió a quebrarle para ponerse 5-2: Federer cometía errores poco habituales en su normalmente inviolable juego. Tuvo tres match points, de los cuales el suizo levantó uno solo.

Un par de datos estadísticos refuerzan la legitimidad del triunfo: Cañas cometió apenas 9 errores no forzados contra 37 de su rival; dispuso de 15 winners contra 36 de Federer.

La última vez que un número 1 del mundo cayó ante un argentino fue en la final del Masters de 2005, en Shanghai, cuando David Nalbandian venció, precisamente a Federer, que ostenta esa condición desde hace 162 semanas...

Fue la más grande victoria argentina de la jornada, y seguramente del año, David Nalbandian accedió a octavos de final al obtener un sufrido triunfo sobre el alemán Philipp Kohlschreiber por 1-6, 7-5 y 7-6 (6-1). El cordobés exhibió un rendimiento irregular, pero apeló a la jerarquía de su juego y a su mayor oficio para sacar adelante el partido, que cerró con contundencia en el tie break del set final. En la próxima ronda se medirá con el francés Paul-Henri Mathieu. En tanto, el argentino Juan Ignacio Chela también tuvo un exitoso debut, al obtener un apretado triunfo sobre el sueco Jonas Bjorkman por 6-3, 3-6 y 6-4.