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Lunes, 26 de abril de 2004

AUTOMOVILISMO Y MOTORES › MICHAEL SCHUMACHER GANA A CUALQUIER COSTO

El fugitivo

Cuarta victoria en cuatro carreras del Mundial de F-1, venció en Imola sin atenuantes después de un incidente con Juan Pablo Montoya, que lo acusa de “ciego o tonto”.

Por Patrice Burchkalter
Desde Imola

Embajador de San Marino, Michael Schumacher quería ofrecer una victoria a los tifossi en la tierra de Ferrari, en un Grand Prix que el alemán considera como suyo. Schumacher estaba dispuesto a todo para imponerse. Aunque este nuevo triunfo, el cuarto de la temporada en cuatro carreras y el 74º de su carrera, no le cayera bien a todo el mundo, especialmente a Juan Pablo Montoya, con Williams-BMW, relegado al tercer puesto, detrás del sorprendente, y en ascenso, británico Jenson Button, piloto de BAR-Honda.
En el comienzo Schumacher nada pudo hacer contra Button, que el sábado había logrado la primera pole-position de su carrera. “Fue una sensación formidable encontrarse en la punta de la carrera en las primeras vueltas. Después del reabastecimiento, se hizo más difícil”, comentó Button, cuyo segundo puesto fue el mejor resultado de su carrera.
Más que al británico, Schumacher temía a Montoya, porque sabía que si el colombiano lo superaba, la situación se haría más difícil. Dos veces el Williams se puso a la altura del Ferrari. Las dos veces Schumacher lo contuvo, cerrándole la puerta. A la tercera, obligó a Montoya a salir de la pista. “No lo había visto. No me esperaba que apareciera ahí”, argumentó el séxtuple campeón.
“Michael (Schumacher) largó mal –declaró Montoya después de la carrera–. Estaba lento. Quise pasarlo y me cerró dos veces. Luego vino sobre mi coche, me golpeó y me sacó de la pista”, se quejó el colombiano.
“Es lamentable correr en esas condiciones y me sorprendería que eso cambie algún día –continuó el colombiano–. Entiendo que defienda su posición, pero ¿hasta cuándo se le permitirá comportarse así? Dice que no me vio, que no sabía que yo estaba allí. Probablemente se olvidó de mirar. Estaba delante de él en Tosa. ¿No me vio? Debe ser ciego o tonto.”
Montoya sentenció: “Recuerden en Indianápolis el año pasado. Me penalizaron con un paso por boxes y eso me costó el campeonato. Podría haber sido campeón. Pero el reglamento es injusto, está hecho para Ferrari y para nadie más”.
En Williams prefirieron adoptar una actitud más calma. “Habrá que ver —indicó el director técnico de la escudería, Patrick Head–. Dickie Stanford (el manager del equipo) se reunirá con Charlie Whiting, el director de la prueba, para saber qué piensa. Ferrari siempre actúa así.”
La pole de Button sólo fue una ilusión que se desvaneció rápidamente, en la novena vuelta, la elegida por su escudería para el primer reabastecimiento. A partir de ese momento, el séxtuple campeón mundial y su bólido rojo quedaron solos, dueños de la pista y de una disciplina que sufre por repetitiva.

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