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Lunes, 7 de marzo de 2005

AUTOMOVILISMO Y MOTORES › A PROPOSITO DEL GP DE AUSTRALIA

¿Qué cambió en la F-1?

La carrera que ganó el italiano Giancarlo Fisichella (Renault) en Melbourne trazó algunas pautas sobre lo que puede esperarse en el desarrollo del Mundial 2005, aunque falte para evaluar los cambios.

 Por Pablo Vignone

El Grand Prix de Australia, primera competencia del Mundial de Fórmula 1 de 2005, duró exactamente una hora y 24 minutos: eso fue lo que le tomó ganar, convincentemente, a Giancarlo Fisichella (Renault). Y aunque menos de 90 minutos parezcan poco trapo para cortar, es posible ensayar a partir de los 57 giros en el Albert Park de Melbourne algunas reflexiones con respecto a lo que podría ser una temporada “distinta” en el máximo campo del automovilismo mundial. Por ejemplo:

- Pese a los profundos cambios técnicos impuestos y la consecuente transformación operada en el manejo de los coches –porque hay menos agarre aerodinámico disponible, porque hay que cuidar más las gomas y el motor–, los F-1 versión 2005 no son mucho más lentos que los del 2004: apenas un segundo en carrera. Tampoco son mucho más difíciles de conducir, lo que lleva a pensar que no será éste un torneo con novedades demasiado radicales.

- En general, las cubiertas –otra de las incógnitas del arranque– duraron hasta el final de la carrera, pero no hay que perder de vista que no se usaron en la clasificación rápida del sábado (cuando los autos van con poco combustible y los neumáticos se exigen más) y que la temperatura en pista durante el Grand Prix fue, por lo menos, ocho a diez grados centígrados menor a la esperada. Si se esperaba que algunas performances fallaran sobre el cierre del Grand Prix a causa del desgaste, solamente se verificó en un caso: el de Jarno Trulli, que largó segundo, pero terminó fuera de la zona de puntos. En suma, ésa, la de las gomas, es una variable que en Australia no entró en juego.

- Aunque Michael Schumacher haya producido una de las entregas más decepcionantes de su carrera, Ferrari sigue siendo lo que es: el equipo campeón del mundo. Rubens Barrichello saltó de la segunda mitad de la grilla de largada al segundo lugar con un auto que ni siquiera es el modelo definitivo para la temporada. El estado de las cosas parece haber cambiado, porque también sorprendió la manera en la que el alemán fue incapaz de venirse para adelante en el marcador, superado en las instancias iniciales de la carrera por el McLaren de Kimi Raikkonen, aunque tampoco es descabellado suponer que, en caso de no haberse tocado con Nick Heidfeld, habría terminado quinto o sexto en el marcador. En fin, Australia no permite descartar al equipo italiano ni festejar por anticipado su emparejamiento con el resto de los equipos.

- De lo que se vio en la pista, queda claro que Renault confirmó la calidad de su mejoría experimentada ya en el 2004, mientras que BAR resultó la gran decepción. Los franceses siguen poseyendo la mejor tracción del parque; además, un miembro del equipo confió en Melbourne que sabían, desde la presentación en enero, que el coche era muy bueno y que habían realizado los tests de invierno con mucha carga de combustible, para no descubrir el potencial ante sus rivales. Eso supone desarrollo posible para las próximas competencias.

- Sorprendieron el RBR Racing y David Coulthard; decepcionaron Toyota y Sauber. McLaren fue de mayor a menor, pero parece gozar más potencial que Williams.
¿Qué traerá Malasia dentro de dos semanas? Mucho calor para motores ya fatigados en Melbourne, algunos trucos y la posibilidad de seguir comprobando qué tan distinta es esta
F-1 2005, que ya suena más excitante que el fiasco del 2004. Habrá que comprobarlo.

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El Renault de Fisichella fue inalcanzable.
 
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