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Por Hernan Maldonado

Emanuel Ginóbili ha llegado ya hasta donde nunca antes llegó un jugador argentino en la liga norteamericana de básquetbol, la televisivamente universal NBA, y ahora –en las vísperas de la finalísima– está dispuesto a echar el resto “para que esta historia tenga un final feliz”.
Manu, más arriba y más lejos
“Haré todo lo que esté al alcance de mis manos”, prometió el talentoso escolta, convertido en la novedad del momento al haber contribuido al éxito de los San Antonio Spurs, flamantes campeones de la Conferencia del Oeste de la NBA. Se sabe: los Spurs recibirán el miércoles a los New Jersey Nets, campeones de la Conferencia del Este, en el primero de una serie al mejor siete encuentros para decidir al campeón de la mejor liga de baloncesto del mundo de la temporada 2002-2003.
Con Tim Duncan, el “Jugador Más Valioso” por segunda temporada consecutiva, los Spurs aparecen como los favoritos para lograr el título. Hace un año se quedaron en el camino al ser eliminados por Los Angeles Lakers, que a la postre consiguieron su tercer título consecutivo.
Para llegar a la finalísima, los Spurs eliminaron en seis partidos (4-2) a los Dallas Mavericks, un equipo que sólo al final del último cuarto del sexto juego alzó las manos, quizás ante la imposibilidad de remontar la enorme desventaja que fue haber perdido desde el segundo partido, por lesión, a su mejor valor, el alemán Dirk Nowitzki.
“Costó, como nos cuesta todo a nosotros, pero valió la pena”, dijo Ginóbili, que sabe que desde el miércoles estará bajo la mirada de millones de personas alrededor del mundo. Manu, que llega a la gran final en su primer año en la NBA, señala lo difícil que es participar de esta instancia y como ejemplo recuerda que sus compañeros Kevin Willis, con 19 temporadas en la NBA, nunca jugó una final, lo mismo que Steve Smith, con 12 campañas sobre los hombros.
“Me siento realmente afortunado de tener esta chance y pienso disfrutarla al máximo, no lo duden”, dijo el argentino, que el año pasado se proclamó subcampeón mundial en Indianápolis con Argentina. “Haré todo lo que esté al alcance de mis manos, y quizás más, para que esta historia tenga un final feliz”, prometió.
Cabe recordar que Ginóbili se perdió varios encuentros al comienzo de la campaña debido a una lesión que incluso lo alejó del juego Novatos-Sophomores que precedió este año al Juego de las Estrellas, a principios de febrero. Sin embargo, a partir de entonces fue uno de los valores más firmes en el banco de San Antonio y su importancia llegó a niveles espectaculares en los play offs cuando los Spurs, camino del título, se deshicieron sucesivamente de los Phoenix Suns, los Lakers y los Mavericks.
“K-Mart” contra Tim Duncan
Esta final será la segunda finalísima para los dos equipos. Los Spurs ganaron el título en 1999 al batir a los New York Knicks, mientras el año pasado los Nets fueron barridos por Los Angeles Lakers. En esta temporada, Jason Kidd se puso al hombro a los New Jersey Nets hasta conducirlos al título de la Conferencia del Este, pero no será él sino Kenyon Martin quien buscará neutralizar el poderío que significa al ataque Tim Duncan.
Kenyon Martin es el hombre que librará un duelo particular con Duncan, el “Jugador Más Valioso” (MVP) por segundo año consecutivo. El entrenador de los Nets, Byron Scott, es un convencido de que Martin puede neutralizar a Duncan. “Si paramos a Duncan, pararemos a la mitad del equipo”, dijo Scott, ex jugador de Los Angeles Lakers que suele llamar a su jugador por el apodo de “K-Mart”, haciendo un juego con el nombre de una cadena nacional de tiendas. “Duncan no es Shaquille O’Neal”, dijo Scott refiriéndose al corpulento pivot de los Lakers que el año pasado fue factor preponderante en la eliminación de los Spurs en la lucha por el título del Oeste. Duncan no es tan imponente como O’Neal debajo los tableros, pero es más cerebral. Trabaja con la precisión de un reloj a la hora de los rebotes, del emboque y las asistencias.
Martin, elegido en la primera selección del “draft” del 2000, aunque es siete centímetros más bajo que Duncan, tiene una enorme agilidad y unos reflejos envidiables. Es 13 kilogramos menos pesado que Duncan.
En la temporada regular, cada equipo ganó un partido y perdió el otro. “Cada rival es un reto, porque no importa si juega todo el partido o sólo unos minutos. El asunto está en anularlo”, dijo Martin.
La estrategia de Scott podría ser impedir a Duncan operar debajo del tablero, desde donde es muy efectivo. Para esta labor contará con Martin. Anulando a Duncan, está por verse cómo reaccionarán sus demás compañeros. En el último encuentro, contra los Dallas Mavericks, la excelente marca sobre Duncan neutralizó su efectividad, pero el empleo de hasta tres hombres en esa labor facilitó que diera la cara Stephen Jackson con sus 24 puntos.
Pero en el esperado duelo personal Duncan-Martin, el “K-Mart” de New Jersey no deberá descuidar su labor ofensiva. En la cancha estará no sólo el MVP de la NBA sino el MVP de los Nets, como una atracción especial. “El año pasado nos sentíamos felices de haber alcanzado la final. Este año queremos algo más”, dijo con franqueza Martin.
Los expertos creen que el panorama para los Nets es similar al del año pasado y no les dan posibilidades de éxito. Los Lakers, aparte de O’Neal, tenían en la cancha a Kobe Bryant. En los Spurs no hay nadie que se le parezca, pero para infortunio del Este estarán Ginóbili y el francés Tony Parker, que están mostrando que son capaces de amargarle la mejor de las sonrisas a sus rivales.