1) En el barro. Carlos Monzón nace el 7 de agosto de 1942 en un rancho con piso de tierra y techo de paja del barrio La Flecha de San Javier (provincia de Santa Fe). Octavo hijo (sexto varón) de los trece que tuvieron Roque Monzón y Amalia Ledesma, sólo llegó a tercer grado de la escuela primaria. Después tuvo que trabajar: fue sodero, lechero y canillita.

2) Llegan el boxeo y Brusa. El 2 de octubre de 1959, apenas cumplidos sus 17 años y con 64 kilos de peso, hace su primera pelea como amateur: empata en 3 asaltos con José Cardozo en la Sociedad Rural de Santa Fe. Luego de su séptimo combate en esa condición, ya en 1960, concurre al gimnasio de Unión de Santa Fe y se pone bajo las órdenes de Amílcar Brusa. Daba comienzo así uno de los binomios más importantes de la historia del boxeo mundial.

3) Pelusa. El 11 de mayo de 1962, sin haber cumplido los 20 años de edad, se casa en Santa Fe con Mercedes Beatriz García, una chica de 15 años conocida como Pelusa, quien le dará dos hijos: Silvia Beatriz (1963) y Abel Ricardo (1966). No son sus primeros descendientes: en 1959, de una relación con Zulema Torres, le había nacido un varón, Carlos Raúl.

4) Profesional. Luego de una campaña amateur que abarca 87 peleas con 73 triunfos, 6 empates y 8 derrotas, el 6 de febrero de 1963 pasa al profesionalismo. En Rafaela noquea en 2 rounds a Ramón Montenegro y el 17 de julio de ese mismo año debuta como preliminarista en el Luna Park, venciendo por KOT en 4 vueltas a Ramón Cejas. En su segunda actuación en Corrientes y Bouchard, el 28 de agosto, pierde su invicto por puntos en 10 rounds ante el estilista platense Antonio Aguilar.

5) Las últimas derrotas. En 1964, Monzón pierde las dos restantes peleas de su carrera rentada. El 28 de junio en Río de Janeiro ante Felipe Cambeiro (quien lo derribó tres veces) y el 9 de octubre en Córdoba frente a Alberto Massi. De todos sus ganadores se tomó revancha.

6) Campeón argentino y su-damericano. El 3 de septiembre de 1966 supera por puntos en 12 rounds a Jorge Fernández en el Luna Park y obtiene el título nacional de los medianos. El 10 de junio de 1967 vuelve a enfrentar a Fernández, vuelve a ganarle y se corona campeón sudamericano. Un mes antes, el 6 de mayo, había lanzado su campaña internacional, empatando en 10 asaltos con Bennie Briscoe en el Luna.

7) Campeón del mundo. El 7 de noviembre de 1970, anémico y con sus manos infiltradas, noquea en el 12º asalto a Nino Benvenuti en el Palazzo dello Sport de Roma y logra el campeonato mundial de los medianos. Ante Benvenuti hará también la primera defensa, el 8 de mayo de 1971 en Montecarlo, venciendo por abandono en el round 3º.

8) Luna lleno. En la tarde del 25 de septiembre de 1971 expone por segunda vez su corona en el Luna Park frente al ex campeón del mundo Emile Griffith, a quien derrota por nocaut técnico en la 14ª vuelta. Aún hoy este combate está considerado el más importante de todos los realizados en el país en la historia del boxeo.

9) Aquel piñazo. El 11 de noviembre de 1972 vuelve a defender su corona ante Bennie Briscoe en el Luna. Gana ampliamente por puntos, pero en el 9º asalto una derecha del estadounidense lo arroja contra las cuerdas de la calle Bouchard y lo obliga a un amarre desesperado. Su historia y la del boxeo argentino acaso podrían haber sido diferentes si Monzón hubiera recibido ese golpe en el centro del ring. Es la última pelea de su mejor año en el boxeo: antes retuvo su corona ante Denny Moyer (KOT 5º en Roma), Jean Claude Bouttier (ganó por abandono en el 13º en París) y Tom Bogs (GKOT 5º en Copenhague).

10) “Tirame y no le errés.” En marzo de 1973 acompaña a Nicolino Locche a su pelea en Maracay (Venezuela) ante Antonio Cervantes. La noche previa a la pelea, tres borrachos lo reconocen desde un auto, lo acusan de “cagón” por no querer pelear ante Mantequilla Nápoles y lo amenazan con armas de fuego. Monzón se abre la camisa y desafía a que le disparen, pero los pandilleros se dan a la fuga. “Qué manga de cagones... si tenés un fierro, tenés que tirar”, dijo tras el altercado callejero. Ese año defiende con éxito su título otra vez ante Griffith (GPP 15º en Montecarlo) y Bouttier (GPP 15º en París).

11) La noche de Mantequilla. El 9 de febrero de 1974, su pelea en París ante José Angel Nápoles paraliza la Argentina. Más grande, más fuerte y desbordante de confianza, le da una soberana paliza al cubano radicado en México y le gana por abandono al comienzo del 7º round. Es la mejor actuación de su carrera. “Si no se lo saco, tu negrito lo mataba a mi negrito”, le dijo Angelo Dundee, el técnico de Nápoles, a Brusa tras el combate.

12) La Mary. Tras esa pelea es contratado para coprotagonizar una película de fuerte tono sexual junto con Susana Giménez. El director Daniel Tinayre en principio se opone a la actuación de Monzón, pero lo acepta por su enorme fama. El actor Luis Medina Castro dobla su voz en los diálogos. En las alcobas de los sets de filmación –y en las privadas– nace un romance legendario, explosivo, inolvidable.

13) La última en el Luna. Tras oficializar su relación con Susana y la ruptura de su matrimonio con Pelusa García, el 5 de octubre de 1974 defiende por última vez su corona en la Argentina ante el australiano Tony Mundine, a quien noquea en 7 rounds.

14) En el Madison. El 30 de junio de 1975 hace su única pelea en los Estados Unidos: en el célebre estadio de 8 y 42 derrota por KOT en el 10º asalto a Tony Licata. El 13 de diciembre, en París, noquea en 5 rounds al francés Gratien Tonná.

15) Valdés y retiro. En 1976, el empresario José Steinberg toma el manejo de la carrera de Monzón, quien se aparta de Tito Lectoure por desavenencias económicas y deportivas. Steinberg negocia y consigue la pelea unificatoria del título de los medianos con el colombiano Rodrigo Valdés (campeón CMB) en las que cobra las bolsas más importantes de su campaña. Pelean por primera vez el 26 de junio de 1976 en Montecarlo y Monzón gana con lo justo, luego de haber derribado a Valdés en el 14º round. El desquite sucede el 30 de julio de 1977 también en Montecarlo y vuelve a ganar ajustadamente Monzón, pese a una caída en el 2º asalto. Es el 100º y último combate de su carrera, que se cierra con un invicto de 83 peleas consecutivas.

16) Chau Susana. “Mi relación con Monzón fue seria, buenísima y con altibajos. Nos peleábamos mucho. Cuando terminó su carrera, no tenía nada que hacer. Chupaba, se ponía muy agresivo y yo no podía soportar una agresión. Hubo una sola, en Italia (en 1978), cuando ya se había roto el enamoramiento. Todo lo que le pasó luego fue producto del alcohol, la falopa y la gente de mierda que lo empezó a rodear” (Susana Giménez a Clarín en 2014).

17) El amor final. En 1980, Monzón conoce y se enamora de la vedette uruguaya Alicia Muñiz, con la que forma pareja y tiene un hijo, Maximiliano Roque, quien nace el 28 de diciembre de 1981. Por sus celos, Monzón la obliga a retirarse del modelaje y el teatro de revistas, y le abre un salón de belleza en una galería del centro de Buenos Aires.

18) El drama. Después de una larga serie de peleas y reconciliaciones, Alicia Muñiz acepta pasar con Monzón el verano de 1988 en Mar del Plata. El 14 de febrero, luego de una salida, vuelven a discutir violentamente, la vedette cae por el balcón del primer piso del chalet que ocupaban en el barrio La Florida y fallece en el acto. Monzón es detenido, acusado de haberla estrangulado y arrojado por el balcón. Se lo recluye en la cárcel de Batán.

19) La condena. En un juicio transmitido por radio que concitó la atención de todo el país, el 3 de julio de 1989, Monzón es condenado en Mar del Plata a 11 años de prisión, acusado de haber asesinado a su esposa “en estado de emoción violenta y bajo los efectos del alcohol”, según el fallo judicial.

20) La muerte. El domingo 8 de enero de 1995, cuando gozaba de salidas transitorias del penal de Las Flores (Santa Fe), fallece en un accidente automovilístico sucedido en el paraje Los Cerrillos de la Ruta Provincial Nº 1. Se comprobó que manejaba a 140 kilómetros por hora y que estaba alcoholizado. Su velorio y sepelio producen en las calles de Santa Fe una multitudinaria manifestación de dolor popular. Osvaldo Soriano en Página/12 lo despide así: “Por más ídolo que haya sido, por mejor despedida que le hayan dado los santafesinos, aunque lo lloren el boxeo y las revistas del corazón, no lo acompañan en el largo viaje la simpatía de los dioses ni el calor de las estrellas”.

Contra Emile Griffith, un episodio inolvidable.