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Lunes, 9 de febrero de 2004

FúTBOL › OPINION

La hora de los pibes

Por Facundo Martinez

Por lo que se pudo ver en el pentagonal del verano que disputaron los cinco grandes del fútbol argentino –River, Boca, Independiente, Racing y San Lorenzo–, el torneo Clausura que comenzará el viernes con el encuentro Racing-Colón tendrá un plus, que lo hará sin dudas más interesante y entretenido que en sus últimas ediciones. Para esta ocasión, los clubes no se precipitaron a agitar el mercado de pases con contrataciones destellantes, galácticas que le dicen, ni a emprender alocadas carreras para realizar el gasto más absurdo, y muchas veces injustificado.
Las esperanzas no descansan entonces en el regreso salvador de alguna gloria pasada, que tantas decepciones han producido; la apuesta principal es a los pibes, y a esos proyectos de los que muchos dirigentes se ufanaban pero que en realidad parecían haber caído en desgracia. Buscar a los futuros talentos del club entre los chicos de las divisiones inferiores es al fútbol como la cosecha a la siembra, algo tan natural que hasta ridiculiza las enormes cifras desembolsadas por los clubes en años anteriores para repatriar a los mismos jugadores que el fútbol europeo iba dejando afuera, sin chances de titularidad.
Meter mano en las inferiores para reforzar un equipo es un gesto de grandeza y entendimiento, tanto de los directores técnicos como de los dirigentes. Pero no sólo por la posibilidad cierta de que entre tantos juveniles aparezca algún genio de la pelota o se destape un crack en estado embrionario que dormía a la sombra de algún veterano cumplidor, sino por el reconocimiento que este gesto significa para los que día a día invierten su tiempo y su experiencia en la formación y pulido de aquellos representantes del fútbol por venir.
Este Apertura tiene a priori un condimento tan especial como necesario. En River, por dar algunos ejemplos, tendrán sus chances el central Cristian Nasuti, el volante Rubens Sambueza y el delantero José Sand, jugadores que fueron clave en las victorias veraniegas sobre Boca. En el conjunto de Carlos Bianchi asoman bien los volantes Pablo Ledesma y Neri Cardozo –sin contar, por supuesto, a Carlos Marinelli, el talentoso volante que Boca vendió al fútbol inglés antes de hacerlo debutar en Primera–. En la ofensiva de Racing, estarán Lisandro López y Gastón Fernández, dos que han dado mucho que hablar en el verano; en Independiente, habrá que seguir al lateral derecho Lionel Botaro. Mientras que Damián Luna, Walter Montillo y Roberto Cornejo, tres que fueron claros protagonistas en la obtención del pentagonal, tienen toda la confianza del entrenador Néstor Gorosito para conducir a San Lorenzo en la difícil lucha por el título.
No es garantido que estos chicos ofrezcan un rendimiento siempre ascendente. No son salvadores, son juveniles y van también por sus propias experiencias. Pueden sufrir altibajos, y el hincha, el entrenador, el dirigente, tendrán que tener paciencia. Las fichas de los grandes están puestas sobre los chicos, y es un acierto para sanidad de los clubes y para asegurar que esta compleja maquinaria de las divisiones inferiores no se detenga más ante la zoncera y el exitismo.

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