No caben dudas, Boca no liga, ni siquiera en la Bombonera, por más que sus hinchas sigan llenando las tribunas para seguir alentando y, de paso, cortar la racha negativa que tiene al equipo penando por la parte baja de la tabla. Ni siquiera jugando mejor que su rival, como ayer, consigue ganar Boca. Lo que no ayuda son los errores que los jugadores de Basile repiten una y otra vez.

Con Noir a 100 kilómetros por hora, Boca estaba a un pasito del gol. Pero un error de Cáceres, grosero, torpe, displicente –canchereó un pase atrás y le dejó servido el gol a Jara, quien eludió a Abbondanzieri y definió con un toque cruzado–, puso a los mendocinos en ventaja. El golpe fue implacable, pero Boca se levantó con las ganas de Riquelme, Insúa, Palermo, Battaglia y Noir, se puso a tiro del empate.

Sin embargo, la igualdad llegó en una jugada polémica. Un centro de Palermo que Cáceres, por revancha, cabeceó al arco para que Ibáñez diera rebote, el que, tras tocar a Salomón y pegar en la cara interna de su palo derecho se metió fugazmente en el arco antes de que Sigali, dentro del arco, despejara con el pecho. La jugada seguía, pero el juez de línea Rastelli dejó pasar unos segundos y llamó al árbitro Furchi, quien convalidó el tanto que le permitió a Boca irse 1-1 al descanso.

El chileno Medel, de palomita, puso a Boca en ventaja. La tribuna lo festejaba, hasta que se hizo expulsar tontamente y Boca, que no tenía al lesionado Riquelme, se desbarrancó. Morel bajó a Aguirre en el área, Furchi cobró el penal que Higuain cambió por el 2-2. Boca se jugó todo al ataque y se partió. Una contra letal de Jara promovió un error de Abbondanzieri, salió mal a cortar el centro y Chávez, que desde su ingreso había complicado bastante a la defensa boquense, puso el 3-2 definitivo.