“Sentí todo junto. Mucho ahogo, mucho nervio, esas sensaciones. Todas lindas, obviamente. Por eso es difícil dejar de jugar porque extrañás todo eso. Eso fue lo que sentí en el ratito que me tocó”, dijo Pablo Aimar después de volver a jugar en la Primera de River al cabo de 14 años. Fueron quince minutos en los que el volante cordobés, que utilizó el número 35 –su edad– intentó jugar de primera y entregar la pelota segura. Su último partido oficial lo había disputado el 21 de abril de 2014 en el fútbol de Malasia. “Mis hijos están (en la cancha). Les debe haber parecido rarísimo porque en las canchas que ellos han ido no se vive así el fútbol. Yo quería que vivieran esto desde adentro”, agregó el enlace, quien dejó atrás una extensa recuperación de su tobillo derecho. “Soy consciente de la vida que he llevado, de que un día esto se termina y por eso intento disfrutarlo todos los días”, concluyó el futbolista, que fue ovacionado al ingresar al campo de juego y también cuando lo abandonó, luego de haber cumplido el objetivo que se había trazado para su vuelta: volver a jugar.