Además de homenajear a escritores nacionales e internacionales, están también las calles porteñas que refieren a personajes literarios (El Quijote, Don Segundo Sombra), a títulos de libros (La Cautiva, Amalia) e incluso, como aporta Zigiotti, una sola calle que homenajea a un personaje mitológico como Prometeo. Sin embargo, el caso de Domingo Faustino Sarmiento resulta emblemático porque, además de tener dos calles que homenajean dos de sus libros –Facundo y Recuerdos de Provincia–, existe también una calle que realiza la minucia de rendir homenaje a un capítulo del Facundo: El Chacho, por El Chacho Peñaloza, en Liniers.