libros

Domingo, 8 de diciembre de 2013

EL AMOR

“La filosofía y el amor no mantienen un vínculo accidental sino esencial. El amor conduce necesariamente a la filosofía, ya que amar en última instancia es ir en busca de la inmortalidad, y ésta sólo se puede alcanzar en el saber absoluto. En el acto inicial por el cual alguien encuentra bella una mano, un tocar, una sensación, inicia una búsqueda en el otro o en lo otro dominada por la idea de belleza, pero sobre todo con el deseo de conseguir fundamentalmente la trascendencia. La mano, el rostro, el cuerpo son disparadores de una necesidad de hallar una respuesta al sinsentido de la muerte, o en otras y similares palabras, al sinsentido de la existencia (ya que termina). La inmortalidad es la única manera de calmar la angustia que se produce cuando las situaciones límite nos hacen conscientes de nuestra finitud. O, como dice Miguel de Unamuno, no sabemos por qué queremos ser inmortales, pero lo deseamos. El sentido trágico de la existencia es así de simple: saber que va a suceder igualmente lo que no queremos que suceda. Pero no queremos. Amando el cuerpo de alguien, amamos los cuerpos. Amando el alma de alguien, amamos las almas. ¿Y qué son las almas en general sino el saber? Si amar es buscar la inmortalidad, entonces es amor al saber. El amor y la filosofía son la misma cosa.”

Compartir: 

Twitter

SUBNOTAS
 
RADAR LIBROS
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.