Lunes. –O sea: monday todo el día, qué pereza. A las cinco, five o’clock yoga con el yogui. Hipply-Forts-und-Waiter amaneció resfriado. Llamar al veterinario. A las seis llamar a H. Si H. no está, llamar a L. Si L. salió, colgar y ponerse neura hasta las ocho. A las nueve, dinner en casa, informal, con los Von Papen, los Bellenguntern y los Soffici. Hablaremos en alemán.

Martes. –De mañana: ejercicios karate. Si llueve y Hipply-Forts-und- Waiter sigue delicado, quedarse en casa leyendo algo de Zen. Reunión a las doce chez Fernanda. Tejeremos hasta la una. Dentro de un mes tendré listo el primer escarpín, después que no digan que no nos interesa la cuestión social. A la una, almuerzo en el Golf. Handicap con la embajadora de Tailandia. Si lo veo a Bertie, saludarlo un poco. A las seis, conferencia sobre las instructuras problemáticas de la neo cultura saladi. Antes: pasar a buscar la peluca rubia.

Miércoles. –Pruebas del vestido que me pondré para festejar algo. Dior, quizá. Algo extensible, de quita y pon, que me sirva para Punta, después. Llamar a Bobbie a ver qué hace de once a doce; si no hace nada, hacer lo mismo que ella. Ensayar la receta de almendras rellenas con puré de langosta con que me presentaré al concurso Coronel Electric de Amas de Casa. A las seis: charla íntima con Bertie sobre nuestros estados de ánimo. A las ocho, relax. A las diez, discos de Piazzolla en lo de Alejandra María. Hablaremos inglés.

Jueves. –Clase de ruso en lo de Petela. Clase de truco en lo de Javiera. A las doce, sacar a pasear a Hipply-Forts-und-Waiter si la penicilina le hizo efecto. Si me sobra tiempo, leer Zen por arriba, antes de jugar golf con Bertie. A las seis, exhibición privada de la última de Bergman en lo de Toto. Preguntarle (a Toto) si me queda bien la peluca rubia. Copas luego con los Ferruci en el Portón. Hablar en italiano (Pero no de teatro, prego).

Viernes. –Clase de ballet temprano, a las doce. Darse una vuelta por Mercado del Puerto para ver si recibieron las especias. Nadie sabe qué especias, pero queda súper onda decirlo. Aprovechar, vichar si Gomensoro está bien. Comprar solamente si está Cravea. A las siete, llamar a Bobbie y preguntarle qué va a hacer de noche. Si no hace nada, hacer lo mismo. En este caso, sentarnos todos en suelo a mufarnos con Albinoni.

Sábado. –Mañana libre. Shopping, pelo, uñas, vibrador. Darse una vuelta por los Cantegriles a ver si no les hace falta nada. De tarde: Punta, si llueve.

Domingo. –Si hay sol, fútbol en lo de Germán. Después del partido, almuerzo criollo. Hablar francés, si hay ambiente.