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Sábado, 9 de abril de 2011

Familia de luz

Indi es la colección de luminarias en aluminio del diseñador industrial Martín Wolfson y el ingeniero Martín Freijo, creadas con simplicidad tecnológica.

 Por Luján Cambariere

Al hablar de diseño, muchas veces nos toca contar las limitantes productivas de nuestro país. En muchas ocasiones estas son capeadas por profesionales que, como en otras disciplinas, logran el milagro con lo que tienen a mano. Y casi que eso, con la arrogancia que bien nos endilgan, se convierte en nuestro más sobresaliente sello de identidad.

Las familia de luminarias INDI es un fiel ejemplo de esto. Su aspecto visual, formal y calidad no tienen nada que envidiarles a las extranjeras, aunque estén hechas con tecnología muy simple, económica y al alcance de diseñadores-productores, otro fenómeno bien local.

A su creador, el diseñador industrial Martín Wolfson, lo conocemos de hace tiempo, entre otras cosas por su amplia trayectoria en Estudio Cabeza, especializado en mobiliario urbano e institucional, siendo la mano derecha y ahora socio y director del mismo. Recibido en el ‘99, uno de sus primeros trabajos fue en escenografía en el Estudio Tunez y también desanduvo un tiempo la experiencia del estudio propio junto a Darío Fischman, profesional que siguió formándose nada menos que con otro grande, Alberto Lievore. Además Wolfson se dedica desde hace años a la docencia desde la universidad y orquestando junto al Arq. Roberto Busnelli el ciclo de charlas ARDI, en la Sociedad Central de Arquitectos. Un proyecto a pulmón con la intención de profundizar en la disciplina, que daba cuenta de su obsesión y profesionalismo. Un sello que marca el rumbo también de su línea de luminarias, una auténtica perlita para el mercado local.

Se hizo la luz

La historia de INDI comienza hace algunos años como un proyecto de dos amigos. “Nos unimos con Martín Freijo, que es ingeniero pero con una enorme cultura de diseño, para producir la lámpara de pie Hit-Hat. Con este modelo, manufacturado en pequeñas series y comercializado en unos pocos locales especializados en la Capital, dimos nuestros primeros pasos. Así que durante un tiempo fue una empresa con un monoproducto armando en nuestras casas, cargándolas en el auto, llevándolas nosotros a los locales. Lentamente fuimos buscando y desarrollando proveedores para cada pieza, trabajando sobre cada detalle e incorporando mejoras en la calidad y el diseño para que cada nueva serie superara a la anterior. El crecimiento fue paulatino pero constante”, adelanta Wolfson.

Con el tiempo lograron armar su propio taller, donde hoy se llevan a cabo las tareas de armado, control de calidad y embalaje de los productos, ya que la mayoría de sus componentes se producen con proveedores tercerizados (tornería, repujado, anodizado, pintura). Fue el espacio propio lo que les permitió crecer más sólidamente y, de esta manera, poder ampliar la familia de productos. Así, Hit-Hat dejó de ser un modelo único para convertirse en una línea que, en la actualidad, ya cuenta con cuatro variantes: la lámpara de pie, la lámpara de techo, el velador y la lámpara de pie con pantalla. Cada modelo está disponible en tres colores: anodizado gris, anodizado negro y blanco.

“Más que buscar la innovación formal o exotismo en el empleo de un material, con este proyecto me propuse llegar a algo muy correcto y de calidad. La meta fue la rigurosidad. No una búsqueda formal específica, sino simplemente tratar de generar un producto de alta calidad visual, donde estuvieran ajustadas la curva, el espesor, el material, la terminación. Con una tecnología al alcance, torno de repujado que se usa para hacer ollas o las lámparas de galpones, que no son tan onerosas que permiten hacer series no tan grandes. Para la primera de pie, que tira luz indirecta hacia arriba, usamos dos platos iguales y un caño largo en el medio. Después, al tener ya el plato, decidimos hacer la colgante y con el descarte del caño y el plato chiquito un veladorcito. Así empiezan a salir otras y de a poco fuimos armando la familia que hoy suma 30 productos”, cuenta.

¿El material? “Para ilumación el aluminio es ideal, ya que además de una excelente terminacion y de ser fácil de trabajar, es un muy buen conductor de la temperatura. Además buscamos jugar con ciertos detalles, entonces algunos, como las colgantes, llevan un acrílico termoformado arenado que hace de difusor y genera un filo de luz que le da una terminación muy especial y sutil que agrega valor a la pieza. Porque además buscás la lamparita y no la ves.”

Además, otra faceta de INDI es el trabajo conjunto con arquitectos y decoradores en proyectos de iluminación específicos ofreciendo productos a medida y asesoramiento en el equipamiento de obras. “Nuestro próximo paso es la presentación de una nueva familia de artefactos pensados para hotelería, área en la cual el bajo mantenimiento, consumo reducido y funcionalidad son tan importantes como el diseño. Con esta nueva línea buscamos dar a los arquitectos e interioristas opciones de alto diseño, con posibilidades de personalización. Estos productos están principalmente orientados a pequeños hoteles boutique, con propuestas tanto para las habitaciones como para los espacios comunes”, rematan.

* Indi: www.indi-iluminacion.com.ar

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