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Sábado, 27 de julio de 2002

CON NOMBRE PROPIO

Pintar con papel

Arquitecto de profesión, pintor y diseñador de objetos por vocación, Jorge Sarsale emplea el papel tisú como soporte de su obra pictórica y sus objetos utilitarios.

 Por Luján Cambariere

Para definir la vida profesional y la vocación de Jorge Sarsale bien se podría hablar de una secuencia de permisos que fue otorgándose de a poco. Después de veinticinco años de construir, reciclar y remodelar oficinas, locales comerciales y viviendas, y de dedicar a su pasión, la pintura, sólo el tiempo libre, una muestra de arquitectos-pintores le dio en 1998 un permiso concreto para dividir realmente su día en dos: mitad en la obra, mitad en su taller.
Fue también entonces que usó por primera vez el papel como soporte de su obra plástica. Papel vegetal al principio, calco de arquitectura, barrilete chino y hasta papel de molde de costura donado por una amiga, en los siguientes experimentos. “Tenía claro que la pintura no era un hobby para mí. Venía trabajando en ella desde hacia quince años, pero no me animaba a dar el gran salto”, cuenta Sarsale.
Otro cúmulo de casualidades –una remodelación terminada, un pedido de un cliente, más otro de una entendida en la materia como es Valeria Fitterman, dueña de Oda, que quería contar en su local de objetos de artistas con su obra– lo decidió sin más a dedicarse de lleno a su pasión. “Así, mientras trabajaba en una serie de murales, el primer utilitario surgió a partir de unos tubos que encontré en un volquete que mediante el papel trocaron en coloridos candelabros.” Hoy, su producción ya cuenta con múltiples bandejas, fuentes, cajas, macetas, espejos y hasta murales, con una técnica absolutamente original que le es propia.

Volver a enamorarse
Cuando habla del papel, objeto de su deseo, bien podría estar refiriéndose a una persona. “Sensual. Sensible, pero a la vez muy amigable. Seductor. Voluptuoso. Con el papel di con mi material. El que me sirvió de vía de ingreso al mundo del arte pero también al de los objetos. Su sensibilidad tiene que ver exactamente con lo que yo quiero contar”, detalla.
Su técnica es simple. Va pintando las distintas estructura de MDF que él mismo diseña, con papeles tisú de colores que consolida con una resina especial. Capa por capa, los pega con un barniz que tiene un filtro para rayos ultravioletas, para que la luz no decolore, y así va armando el dibujo que desea. En unos juega con las veladuras y transparencias de distintos tonos cálidos. En otros, casi sin darse cuenta, va formando series de cuadrados, rayas o guardas. Y en otros, como un tipo de papel parafinado que no absorbe todo el barniz, hasta pueden leerse ciertas pinceladas. “La idea es realmente usar el papel como pintura. Por eso antes de empezar a dibujar los preparo y ordeno como si fueran mis óleos”, detalla. En plus, todos llevan una capa de hidrolaqueado para se pueda mojar o lavar.
“A mí lo que me gusta del objeto utilitario es que te permite convivir con el arte desde otro lugar. En un sentido, funciona hasta como una manera de acercarte a la obra de arte. Un puente que embellece la vida cotidiana”, remata.
En venta en Oda, Costa Rica 4670,
4833-6383. www.jorgesarsale.com.
[email protected].

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